Un verano con más agua: tras las intensas nevadas, prevén mejoras en caudales de ríos del Valle de Uco
La de 2022 fue una de las más secas de los últimos años, pero advierten que estos siete días de temporal sólo mejoraron el panorama y no se alcanzará el promedio pre-crisis hídrica que azota a la provincia desde 2010. El río Mendoza, más complicado.
Es muy buena la nevada de estos últimos días, ha durado mucho tiempo, ha sido generalizada en todas las cuencas y hasta el día de hoy ya ha nevado más que en toda la temporada 2022. Es decir que no será un año escaso, pero con seguridad se estará por debajo del promedio de nevadas anual”, sintetiza Rubén Villodas, director de Gestión Hídrica del Departamento General de Irrigación al referirse al último temporal que duró una semana, una situación que no se registraba hace una década.
A menos de un mes de la finalización del invierno, hay posibilidades de que se siga acumulando nieve en la cordillera y con el inicio de la primavera Irrigación brindará el pronóstico de escurrimiento de las aguas que ofrecerá el panorama que se presentará en el próximo ciclo agrícola, relacionado a la disponibilidad de agua en las distintas cuencas provinciales. Lo cierto es que hace más de una década se arrastra una crisis hídrica debido a las escasas precipitaciones níveas que han reducido los caudales de los ríos mendocinos hasta más del 50% en los peores momentos. Y esta posibilidad de contar con mayor masa blanca este año, genera expectativas entre los productores agrícolas, quienes padecen en primera persona la falta del vital recurso.
De acuerdo a las mediciones de Irrigación en las distintas cuencas provinciales, hasta el viernes 25 de agosto, el panorama era alentador, sobre todo para los valores alcanzados en la del río Tunuyán y Diamante, que superaron el promedio; la del Grande y Atuel están muy cerca de las medidas históricas y en menor medida la del río Mendoza. Villodas explica que son datos de EAN (Equivalente Agua Nieve), que es la cantidad de agua líquida que hay en el manto de nieve. Es decir que no se tiene como referencia la altura de la nieve acumulada.
De acuerdo a los datos obtenidos, en dos cuencas, Tunuyán y Diamante, se ha alcanzado las nevadas de un año medio. En las del Atuel y Grande, se está en el orden del 85% del promedio, mientras que la del río Mendoza llega el 60% del año medio. Sobre esta última cuenca se realizaron mediciones en las estaciones que el organismo tiene en Toscas y Horcones.
Villodas dice que a nivel provincial, “esto implica que durante la temporada 2023/2024 habrá mayores escurrimientos que durante la actual temporada 2022/2023. Aunque se llegue a tener un año medio en nevadas, los caudales seguramente no llegarán a ese nivel, ya que gran cantidad de agua se infiltrará y recargará acuíferos, debido a la serie de años de sequía previos”.
En la primera semana de setiembre el DGI realizará la campaña de invierno, para realizar cateos en alta montaña y validar las mediciones automáticas que las estaciones han hecho a lo largo de todo el invierno. Y para fines de ese mes se presentará el Pronóstico de Caudales para la temporada 2023/2024
TEMPORAL DE UNA SEMANA
Es que desde el jueves 17 de este mes, las autoridades de frontera cerraron el Paso Internacional Cristo Redentor y comenzó un temporal de nieve, de intensidad moderada entre la boca del túnel y Polvaredas, en la cordillera principal y frontal. Pero nevó con mayor intensidad en el Valle de Uco y sobre todo en la zona Sur, especialmente en Malargüe, que el manto blanco se extendió hasta gran parte del llano. El temporal se extendió por siete días y recién se pudo rehabilitar el tránsito hacia Chile ayer por la cantidad de nieve acumulada en la ruta.
Pero desde los sectores técnicos y de investigación son cautos y claros: Villodas reitera que no se alcanzará el promedio histórico de nevadas anuales a pesar del último temporal. Maxi Viale, del Ianigla-Conicet explica que, de acuerdo a los “pronósticos, las características del evento y lo visible en fotos y videos en redes, el de la semana pasada, ha sido un evento extraordinario (en un contexto de crisis hídrica). Pero hay que confirmarlo con mediciones para ver cuan extraordinario es”. Y agrega que con las actualizaciones de mediciones del Departamento General de Irrigación o de los sitios de Nación se podrá saber cuánto precipitó y hacer una evaluación apropiada.
Fernando Jara, meteorólogo independiente mendocino resalta que la última nevada se trató ya de un evento extraordinario, en el marco de la crisis. “Sin duda es una de las más importantes, hace más de una década que no precipitaba en forma de temporal verdadero, de 6 a 7 días. Con una acumulación que superó los dos metros y medio en el Sur provincial y parte del Valle de Uco; un metro y medio en la cordillera principal en el Norte mendocino. Y del lado chileno, la acumulación llegó a los 3 metros en la zona de los caracoles y el centro invernal de Portillo”, afirma Jara. Incluso el viernes, Vialidad mostró una foto en la boca del túnel internacional y la nieve acumulada superaba los dos metros.
El pronosticador que se dedica al estudio del estado del tiempo señala que en las próximas horas se espera nuevamente una situación de inestabilidad en alta montaña, que podría generar nuevas precipitaciones níveas. Sobre las lluvias, Jara también es cauto y, de acuerdo a sus estadísticas, este mes sólo precipitó 1 mm, teniendo en cuenta que lo normal para agosto son 10 milímetros de precipitación en el Gran Mendoza. El promedio anual es bajo todavía y resalta que desde enero al 24 de agosto ha precipitado 47,6 mm y la media anual para la provincia es de 220mm. Es decir que, para alcanzar la media anual, deben precipitar más de 170 mm de agua entre setiembre y diciembre. No es algo imposible, teniendo en cuenta que la provincia ingresará a la época de lluvias. Y aclara que de acuerdo a lo que informa el Servicio Meteorológico Nacional, la manifestación de los efectos del Fenómeno del Niño ya están a un 96% de probabilidades. De acuerdo al informe trimestral del organismo nacional, resalta que habrá mayores precipitaciones en la pampa húmeda y regiones aledañas. Y para Cuyo, especialmente Mendoza, se informa que las precipitaciones serán normales a superiores en un 40%.
Desde los primeros meses de 2023, los investigadores dedicados al estudio de los fenómenos climáticos sostienen que en el segundo semestre del año se esperan más precipitaciones que lo habitual, justamente por la influencia del Niño.
DIEZ DÍAS DE NEVADAS
Desde Irrigación, Villodas reitera que las nevadas fueron importantes durante el último tramo del invierno y estima que aun quedan unos 10 días de precipitaciones. “Se registró una pequeña a fines de mayo, otra importante a fines de junio, pero ese temporal fue el que produjo mucha lluvia en Chile, que generó serios daños en el camino internacional y del lado argentino rompió la ruta al paso Pehuenche. Esa lluvia provocó que se derritiera gran parte de la nieve que se había acumulado y el temporal de la semana pasada servirá para recuperar lo acumulado en junio”. Villodas se pregunta: “¿Todo esto implica que tendremos más agua? Si, pero no tendremos un año medio en escurrimientos, no vamos a llegar al promedio histórico.
Mario González vive hace 25 años en la alta montaña mendocina, en Puente del Inca, y señala que es difícil determinar cuánto nevó, porque también hubo mucho viento blanco, que trasladó la nieve a otros puntos donde se apreciaba una importante acumulación. “De acuerdo a los registros, la acumulación de nieve fue de 1 a 2 centímetros por hora y una precipitación intensa acá es de 15 a 20 centímetros por hora. Y prácticamente ha nevado casi un metro en lo que va del año, lo normal es que nieve 3 metros. Esa cifra se duplica en la zona Sur, en Malargüe”.
Fuente: La Nación