Imagen ilustrativa
La mamá de la pequeña destacó la acción del niño y grabó la reacción de su hija.
¿Quién no tuvo un juguete favorito cuando era chico, al que llevaban a todos lados? Aitana perdió el suyo en Tunuyán pero por fortuna un nene se lo devolvió dando una gran lección para concientizar.
La niña tiene autorismo y ese peluche representa un gran apego, probablemente mucho mayor a la de cualquier niño, y su reacción al encontrarlo lo demostró.
“El lunes estábamos en la vereda, yo sentada y las mellis jugando, y Aitiana anda con su perrito permanente ya que es su muñeco de apego, y lo dejó sentadito en la reja. Cuando quisimos entrar a la casa el perrito no estaba. Yo supuse que la perra lo había agarrado y seguro lo dejó tirado en el descampado de enfrente porque suele hacer esas cosas. Salí a buscarlo dos veces pero no lo encontré”, relató la mamá de la pequeña a El Cuco Digital.
“A la noche decidí publicarlo en el Face porque Aiti ya empezaba a peguntar por él, confiando en el poder que tiene compartir la publicación. Y así fue como al otro día Celeste, la mamá de Tiziano, se comunicó conmigo para decirme que habían encontrado el perrito tirado cerca del hospital y se lo había llevado; y viendo la publicación se dio cuenta que era el perrito de Aiti, así que fuimos a buscarlo super contentas”, contó.
“Aiti tiene un corazoncito muy especial, y para los que la conocen saben que es una niña muy dulce, no conoce la maldad. Para muchos un simple peluche no significa nada, pero para ella es su gran compañía y en quien siente seguridad, por eso lo lleva abrazado permanente. Por eso me gustaría destacar este gran gesto, y sobre todo lo hermoso que es seguir inculcando en los niños la solidaridad, y agradecerle a Celeste y Tiziano por su gran gesto” destacó la mujer.
“Me gustaría aprovechar esta oportunidad para pedirle a la sociedad que si en algún momento ven alguna situación con un niño, no se lo juzgue como un capricho, porque eso también es estigmatizar a una persona con discapacidad. En nuestro caso no es un apego común sino una necesidad de sentirse seguros al andar por la vida”, mencionó la mamá de Aitana.