Tras fallecer su padre, Teresa y Norma se hicieron cargo de la finca y llevan 30 años trabajando la viña
Actualmente tienen la fortuna de poder vender su producción en dos bodegas y una cooperativa.
Teresa Capra tiene 65 años y se ha convertido en una mujer valiente al decidir llevar adelante junto a su hermana Norma de 62, la finca que era de su padre.
Hace 30 años que estas dos mujeres con esfuerzo y sacrificio trabajan 8 hectáreas de vid ubicadas en calle Armani, Las Pintadas, Tunuyán.
Afortunadamente, el fruto de su labor ha dado resultado y actualmente venden su producción a dos bodegas y una cooperativa de Vista Flores.
El Cuco Digital en el mes de marzo, continúa destacando a mujeres emprendedoras y trabajadoras que sobresalen en la sociedad por haber sabido salir adelante a pesar de las dificultades. En esta oportunidad, conoceremos más sobre María Teresa y su camino recorrido.
-Teresa, puede contarnos un poco más sobre su gran trabajo en la finca.
Sí, cuando falleció mi papá hace 30 años atrás, con mi hermana Mirta decidimos hacernos cargo de la finca que él trabajaba. Ahora tenemos 8 hectáreas de vid con diferentes clases de uva que vendemos a dos bodegas y a una cooperativa de Vista Flores.
-¿Sólo se hacen cargo ustedes dos o reciben ayuda?
Nosotras la llevamos adelante pero contamos con la ayuda de un contratista que es Daniel Castro que se ocupa de las labores de la tierra, de regar, de arar y nosotras venimos a controlar si necesita algo. Aunque en época de cosecha nos quedamos en una casita que hay ahí en la finca, de lunes a viernes, depende de los viajes de uva que hacemos.
-Ustedes crecieron en esa finca y ¿con el tiempo se fueron del Valle de Uco?
Sí, actualmente yo vivo en Dorrego y mis hermanas –Norma y Mabel que es maestra- en Gutiérrez, Maipú. Pero viajamos todas pero todas las semanas a la finca y a los encuentros con Mujeres de la Viña.
-¿Qué significa ser parte de Mujeres de la Viña?
Es pertenecer a 24 mujeres divinas dirigidas por Federica Agüero. Este grupo de mujeres es un apoyo para aprender y capacitarnos. Además, es un orgullo porque ahora estamos aprendiendo a elaborar vino y llevando adelante con muchas ilusiones un emprendimiento. Gracias al trabajo de Mujeres de la Viña hemos lanzado el vino Apasionadas.
-¿Cuáles son los desafíos de tener que hacerse cargo de una finca?
Lo difícil es el clima y el dinero. A veces la plata no nos alcanza para muchas cosas, los combustibles, la electricidad. Pero bueno, la clave para permanecer es querer mucho a la tierra. Nosotros acá tenemos muy lindos recuerdos porque crecimos entre las viñas. Acá están los recuerdos de nuestros padres, de nuestra familia. Pero vamos a seguir hasta que la vida nos acompañe. Seguimos firme trabajado porque adoramos la finca.
-¿Un sueño que cumplir?
Un sueño que tenemos con Norma sería completar el viñedo porque hay fallas. Hay que ponerles palos porque se está viniendo abajo el parral, el riego por goteo y estaría al pelo, la tela antigranizo, que son muchos costos, eso sí que sería un gran sueño. Y otro, es seguir adelante.