Los contagios se han registrado en zonas de la Ciudad de Mendoza y el gran Mendoza, sin tener ninguna persona afectada en zonas del interior como el Valle de Uco.
A diferencia del año pasado, en el que los casos de dengue arrancaron en diciembre, esta vez los contagios se anticiparon y de acuerdo con lo reportado en el Boletín Epidemiológico, dado a conocer por el Ministerio de Salud de Mendoza, durante la última temporada se han registrado siete casos.
“Durante la temporada 2024-2025, es decir desde el inicio de la semana 31 hasta la 47, registradas entre fines de julio y fines de noviembre, se han notificado 508 casos sospechosos“, indica el reporte y agrega que a la fecha hay en Mendoza siete casos confirmados (cinco autóctonos y dos importados).
Según los datos oficiales, los casos confirmados se registraron en:
Guaymallén (2).
Luján de Cuyo (2).
Godoy Cruz (1).
Ciudad (1).
Maipú (1).
En consonancia con el adelantamiento de la detección de casos, desde los efectores públicos y privados advirtieron, además, que creció el número de consultas. Tanto adultos como niños llegan a los nosocomios con diferentes síntomas propios de la enfermedad.
“Estamos en etapa preparación, todavía no estamos en alerta temprana”, admitió Andrea Falaschi, directora general de Epidemiología de Mendoza. “Luego de tres semanas de casos sostenidos por región o departamento, ahí pasamos a alerta temprana y luego evolucionamos a brote. Recién ahí se pueden confirmar casos por criterios clínicos o epidemiológicos”, agregó.
En comparación al año pasado, la funcionaria aclaró que “estamos teniendo más notificación y sospecha. Al ser ya la segunda temporada, la gente está más acostumbrada”.
Hay conciencia social, pero no psicosis
Si bien los casos han aumentado, lo que se observa, en general, es que la gente no ha tomado conciencia de la existencia del Dengue en Mendoza.
En los comercios expresan que el interés por la compra de repelentes ya casi no existe. “Tenemos stock disponible y la gente no está comprando como sí ocurrió meses atrás en los que se volvían locos por llevar los insecticidas, a tal punto que tuvimos que limitar la compra a dos por personas”, explicaron.
En tanto, en las farmacias no hay vacunas contra el dengue. Si bien Mendoza no es una de las provincias en las que se recomendaba la inmunización, meses atrás eran muchas las consultas, sobre todo de los adultos mayores. Hoy, esa inquietud prácticamente desapareció, según contaron los profesionales.
Los especialistas consideran que si bien los mendocinos intentan tomar recaudos, la amenaza del dengue ya no se vive como una psicosis.
“Hace meses compré bastantes insecticidas, en spray y pastilla, repelentes y todo lo necesario para proteger a mi familia. Hoy nos colocamos sólo cuando salimos a un lugar específico al aire libre o, por las noches, antes de dormir. No estoy tan obsesionada como el año pasado”, contó Emilia, madre de dos niños.
Por su parte, Facundo, un jubilado que vive solo en una casa de Dorrego, expresó que “intenta tener el patio ordenado, sin malezas, pero no vive esta temporada como la anterior. Casi no me coloco repelente, salvo cuando siento que hay algún mosquito en la casa”.
Plan del Gobierno para combatir el dengue
Tal como se estableció meses atrás, la provincia cuenta con un plan estratégico que sigue las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El mismo se desarrolla en cuatro etapas: preparación, alerta temprana (cuando aparecen los primeros casos que, por lo general, son exportados), respuesta ante brote y evaluación.
El plan provincial no solo se enfoca en la prevención, sino también en el seguimiento activo de los pacientes diagnosticados. Cada vez que se detecta un caso sospechoso, se realizan operativos de desinfección en el domicilio del afectado y en los alrededores, con el fin de eliminar larvas y controlar la proliferación de mosquitos.
Estas acciones son parte del control focal, que es clave para detener la propagación del virus.
En tal sentido, el ministro de Salud, Rodolfo Montero instó a los intendentes a intensificar los esfuerzos de limpieza y a reforzar la comunicación con la comunidad para educar sobre las medidas preventivas y la importancia del descacharreo.
Fuente: El Sol Diario