Si bien algunos deportes ya habían comenzado, ayer quedaron inaugurados formalmente los Juegos Olímpicos París 2024. La ceremonia inaugural tuvo como condimento inicial que esta vez no fue en un espacio cerrado, sino que toda la ciudad fue el entorno donde se llevó adelante el espectáculo artístico. Desde el Río Sena al museo del Louvre fueron parte de la apertura.
Después de tanto esperar, el día llegó. Había muchas expectativas para lo que sería la primera ceremonia a cielo abierto en la historia de los Juegos Olímpicos. París cerró su tráfico aéreo, recibió ayuda de otros países para reforzar la seguridad y con un gran operativo y más de 200.000 espectadores, la Ciudad Luz se abrió al mundo a través de las 206 delegaciones que desfilaron por el Río Sena durante seis kilómetros.
El espectáculo comenzó con un video de Zinedine Zidane en el Stade de France con la antorcha olímpica y un recorrido por la ciudad hasta llegar al metro en donde le pasó la posta a un niño que fue interceptado por un hombre enmascarado. Ambos llegaron al Sena y durante toda la ceremonia, el enmascarado recorrió con la llama los lugares más icónicos de París. Enseguida aparecieron Emmanuel Macron, presidente francés, y Thomas Bach, el presidente del Comité Olímpico Internacional.
Hubo palabras clave que guiaron el recorrido de la ceremonia. Enchanté, la canción interpretada con un acordeón sobre uno de los puentes del Río Sena con el lema inscrito “Citius, Altius, Fortius”. Libertad, Igualdad y Fraternidad, el lema de la revolución francesa. Además “Sororidad”, “Oscuridad”, “Festividad”, “Solidaridad”, “Deportividad”, “Eternidad”, y “Solemnidad” fueron otras de las palabras que durante más de tres horas guiaron el espectáculo.
Las figuras de la fiesta
Lady Gaga fue la primera gran artista en aparecer en escena en las orillas del Río Sena, con la iglesia de Notre Dame en plena reconstrucción de fondo, que se reinaugurará en diciembre de este año después del incendio que sufriera en 2018.
Aya Nakamura también fue parte del show en alusión a la igualdad. La cantante nacida en Malí y criada en Francia, había sido criticada por Marine Le Pen, la política de extrema derecha, por “su vulgaridad y su lenguaje argot que no es francés”.
Axelle Saint-Cirel fue la mezzosoprano que interpretó “La Marsellesa” en el techo del Grand Palais mientras en el Río Sena aparecieron representaciones de mujeres francesas importantes de la historia.
La historia y el show
Las distintas escenas que recorrieron toda la ceremonia estuvieron relacionadas a parte de la historia y la cultura del país anfitrión. La más impactante fue la representación de la Maria Antonieta decapitada, sosteniendo su cabeza por ella misma en la Isla de la Cité, el lugar en donde fue aguillotinada en 1793. Anteriormente se representó el mítico cuadro de “La libertad guiando al pueblo”, realizado por Eugene Delacroix en 1830, actualmente en el Museo del Louvre.
Otro momento impactante del desfile fue cuando la delegación argelina tiró claveles al Río Sena en homenaje a sus compatriotas que fueron asesinados y arrojados a este río en la Masacre de París en 1961 por reclamar por su independencia.
Encendido del pebetero
Zinedine Zidane fue el primero en aparecer después de la parte protocolar de la ceremonia para recibir la antorcha olímpica del hombre enmascarado. Rafael Nadal, ganador de dos medallas de oro, fue el segundo en recibir la llama, lo que sorprendió, ya que generalmente los últimos relevistas son solo del país anfitrión. Un impresionante show de luces en la Torre Eiffel estremeció al público y mientras el espectáculo lumínico seguía, el tenista mallorquín apareció en un bote acompañado de otros múltiples medallistas olímpicos. La extenista Serena Williams, quien luego le pasó la antorcha a la rumana Nadia Comaneci, portadora de nueve medallas. El cuarto fantástico de ese bote fue el atleta Carl Lewis, quien tiene una cosecha de diez preseas. Amelie Mauresmo esperaba para recibir la llama y seguido a ella Tony Parker tomó la posta para encaminarse con otros atletas paralímpicos a las Tullerías, donde está el pebetero olímpico.
Finalmente Teddy Riner y Marie-José Pérec encendieron el pebetero, un globo aerostático que se elevó para quedar suspendido hasta que la llama se apague.
El cierre fue lo más impactante y emocionante con Celine Dion que cantó la “Oda al amor” de Edith Piaf en la Torre Eiffel en una interpretación conmovodera que quedará en la retina de la historia de las ceremonias olímpicas.
Por Florencia Mo
Fuente: Página 12