Murió la leyenda de la NBA Kobe Bryant en un accidente aéreo
Viajaba con otras cuatro personas en su helicóptero privado Sikorsky S-76 cuando se desplomó sobre la ciudad de Calabasas, ubicada en el condado de Los Ángeles, California. Todos murieron en el acto, incluida su hija mayor Gianna María.
Estupor en el mundo del deporte: a los 41 años, Kobe Bryant
murió en un accidente aéreo. La estrella de la NBA viajaba con otras cuatro
personas en su helicóptero privado Sikorsky S-76 cuando se desplomó sobre la
ciudad de Calabasas, ubicada en el condado de Los Ángeles, California. Tras el
accidente, se produjo un incendio: el personal de emergencia respondió, pero se
informó que nadie a bordo sobrevivió. El vuelo partió desde Orange County y
tenía que llegar a El Monte, al Mamba (Black Mmba era su apodo) Academy, a
observar un entrenamiento, pero en el camino sufrió el accidente.
El sitio TMZ estadounidense confirmó que su esposa Vanessa,
no estaba en el avión, pero sí viajaba Gianna, la hija mayor. La pareja tenía
cuatro hijos: la citada Gianna, Natalia y Bianca y el recién nacido Capri (en
junio de 2019). Bryant edificó una impactante carrera en la liga de básquetbol
más competitiva del mundo, al punto de haber sido comparado con Michael Jordan.
El escolta se erigió como una leyenda de Los Ángeles Lakers, donde ganó cinco
anillos de la NBA, además de obtener dos medallas de oro en Juegos Olímpicos
con la camiseta del seleccionado estadounidense.
La cuenta de Twitter oficial del Departamento de Policía de
Los Ángeles certificó la información con dos publicaciones: “Confirmamos cinco
personas fallecidas, no hay sobrevivientes en el accidente de helicóptero de
Calabasas Investigación en curso. Evite el área hasta nuevo aviso”. El mundo
del deporte mostró su dolor y asombro ante la noticia. “Desvastado”, escribió
Manu Ginóbili en su cuenta de Twitter. “No lo puedo creer… Me siento igual de
mal que si hubiera muerto alguien de mi familia… Qué día de mierda…”,
agregó Luis Scola. “¡No puede ser verdad!”, apuntó Luka Doncic, la nueva
sensación de la NBA.
Nacido el 23 de agosto de 1978 en Filadelfia e hijo del ex
NBA Joe Bryant, fue un ejemplo de amor propio y competitividad. En la
actualidad continúa siendo el cuarto máximo anotador de la historia de la NBA,
solo superado por Lebron James, Kareem Abdul-Jabbar y Karl Malone.
Con sus 196 centímetros llegó a la NBA en 1996, seleccionado
en el draft por Charlotte Hornets en la posición 13. Sin embargo, su deseo era
participar en una franquicia más fuerte: tuvo el guiño de Jerry West, entonces
manager de LA, quien lo veía como un prospecto por el que apostar. En
consecuencia, hizo un movimiento de mercado (traspasó a Vlade Divac) y Bryant
desembarcó en los Lakers, donde jugó 20 años, con su estilo espectacular,
atlético, aunque muchas veces egoísta.
Fue Phil Jackson, paradójicamente, el alfarero del mejor
Michael Jordan en Chicago Bulls, el que obtuvo su mejor versión. A partir de
2000, en sociedad con el pivot Shaquille O’Neal, marcó una época en la NBA.
Ganó el título en 2000, 2001, 2002, 2009 y 2010; terminó dos veces como máximo
anotador (2006 y 2007), fue dos veces MVP (mejor jugador) de las finales y uno
de la fase regular. Participó en 18 ediciones del All Star Game. Sin temor a
los momentos álgidos de los encuentros, siempre se encargó de los lanzamientos
en el final de los encuentros cerrados. Se retiró en 2016 ante Utah Jazz, en un
choque en el que logró 60 puntos, 23 de ellos en el último cuarto; la cifra más
alta de aquella temporada.
Se trató de un basquetbolista especial, que rompió el molde
del prototipo NBA. Cuando él tenía seis años, su padre se mudó a Italia para
continuar con su carrera, por lo que también se transformó en un cultor del
básquetbol FIBA -lo que explica su buena sintonía con Manu Ginóbili-, además de
haber aprendido a hablar con fluidez en italiano y español. Se reveló como un
fanático del fútbol, deporte que practicó, al punto que supo señalar que si
hubiera continuado residiendo en Europa, podría haber terminado siendo
futbolista. Admirador de Lionel Messi (con quien llegó a filmar un comercial de
una línea aérea) y de Ronaldinho, respaldaba en las redes sociales al AC Milan
y al Barcelona.
Para llegar a ser quien fue tenía una ética de trabajo
asombrosa. El portal UK Business Insider había dado a publicidad varios de los
tips que siguió para convertirse en una leyenda. Por ejemplo, ya desde que
estaba en el secundario, realizaba una sesión de entrenamiento extra… de 5 a
7 de la mañana. Para calentar la mano, jugaba uno contra uno con diferentes
adversarios al mejor de 100 puntos. Nadie logró marcarle más de 12 unidades, lo
que marcaba su nivel de intensidad también en defensa. Su obsesión llegaba al
punto que contaba los puntos de los entrenamientos.
Otro de sus trucos para sostener su vigencia a lo largo de
20 años fue su dieta, que mantuvo (exceptuando algunos permitidos) una vez
retirado. Eliminó por completo el azúcar, también las pizzas, las harinas y sus
derivados. Entendía que no necesitaba suplementos si era disciplinado en el
entrenamiento y en su menú. Además, en sus cuidados incluía la aplicación de
hielo tres veces al día. También veía a los videos como una herramienta clave
para mejorar el rendimiento.
“Me gustaría ser recordado como una persona que cumplió con creces, eso significaría mucho para mí. Eso significa que he puesto muchísimo trabajo y exprimido hasta la última gota de jugo que haya tenido”, supo declarar. El mundo del deporte le reservó el sitial que se merece: el de leyenda.
Fuente: Infobae