Genera el doble de empleos que el sector automotor y sus exportaciones implican el uno por ciento del PBI, con altas proyecciones de crecimiento. La apertura al mundo para buscar clientes y trabajadores es una característica que favorece al sector, pero podría ser una desventaja para el país.
La industria del conocimiento es la nueva estrella de la economía y desde diversos ámbitos se busca hacer crecer a un sector que, entre otras cosas, es de empleo intensivo y representa el doble de los puestos de trabajo del sector automotor. Pero este impulso podría opacarse en el mediano plazo, si no se establecen estrategias específicas para potenciarlo.
En Argentina el ecosistema Innovación y Tecnología (IT) emplea a más de 140.000 profesionales y registra exportaciones por U$S 400.000.
Son datos de la Cámara de la Industria Argentina del Software (CESSI) que hasta el viernes realiza su 16° Encuentro Empresarial en Mendoza. Con la participación de unos 150 representantes de empresas tecnológicas del país, se busca crear sinergia, establecer redes y pensar estrategias relacionadas con problemáticas comunes entre las que se destacan el talento, los desafíos de internacionalización y la necesidad de financiamiento.
Para 2031, el sector espera realizar exportaciones por U$S 20 mil millones, lo que representaría el 5% del PBI y, según la CESSI, posicionaría a la industria como la segunda más importante del país en generación de riqueza. Se trata de una producción limpia, de alta generación de empleo, 100% en blanco, que ya ha mostrado su capacidad para traer dólares al país. Eso, por no mencionar la importancia estratégica que siempre ha tenido la inversión en innovación y conocimiento.
Sergio Candelo, presidente de la CESSI, entidad que nuclea a 520 compañías de todo el país y a través de parques y clústeres abarca a unas 2000, explicó que los beneficios que da el sector son altos y que el salario promedio puede equipararse a unas dos canastas básicas. En marzo el Indec midió en $177.063 el valor de la CBT.
“Es una industria que da al país una perspectiva diferente, movilidad social ascendente, es inclusiva y federal ,ya que se puede trabajar desde cualquier provincia”, subrayó Candelo.
Desde Argentina al mundo
Los datos alentadores y la relevancia que ha adquirido la industria del conocimiento en los últimos años, impulso pandemia mediante, se mezclan con desafíos a nivel país que es preciso atender. De lo contrario, se corre el riesgo de que, tanto a los trabajadores como a los empresarios, les convenga migrar sus papeles a otro país, aunque tanto unos como otros trabajen desde Argentina.
Las barreras geográficas se dispersan y en todo el mundo no sólo están los clientes de este tipo de compañías -cualquiera sea su tamaño- sino también sus colaboradores. Ésta es una de las principales preocupaciones del sector, ya que ahora deben competir con mano de obra que puede cobrar en dólares. Se trata de una ecuación difícil, ya que mientras las exportaciones que algunas empresas realizan son al dólar oficial, quienes trabajan para afuera lo multiplican por cuatro.
En 2021, un trabajo que realizó la CESSI junto con la AFIP estimó que al menos 30.000 personas trabajaban en el rubro para empresas de afuera. Es decir, que se sumaban a las 140.000 registradas. Aunque este número no se ha podido actualizar, hay estimaciones que hablan de más de 100.000 personas que viven en el país y cobran un salario de una empresa del exterior. En este contexto, los datos también muestran que el crecimiento de Argentina fue alto, pero de un impacto menor al de los países vecinos.
El país ha sido pionero en la región, por lo que estaba entre los que más servicios tecnológicos exportaban en comparación con otros. Así, en pocos años, tanto Uruguay como Chile tuvieron un alza exponencial de sus exportaciones en el rubro, lo que no implicaría tanto un desarrollo genuino, sino más bien una mudanza de empresas locales cansadas de las trabas, los dólares diferenciales y las pocas facilidades de contratación de personal.
Así, el crecimiento y la potencialidad del rubro en el que Argentina corre con ventaja por la calidad de su talento y los desarrollos previos podría mudar papeles e ingreso de dólares a otro lugar. La paradoja es que tanto trabajadores como empresarios podrían vivir en el país, pero generar riqueza para otro.
Dificultad de financiamiento
La comparación con la industria automotriz no es inocente, ya que se la considera como una de las principales generadoras de riqueza. Así, mientras esta genera unos 60.000 puestos de trabajo; el polo IT, más del doble. Lo que es una ventaja para la actividad económica, debido al empleo intensivo y de calidad que este sector crea, también puede volverse en su contra.
Una de las preocupaciones conocidas tiene que ver con la escasez de talento y, si bien tanto los gobiernos como las empresas y el área educativa buscan enmendar eso, el proceso no es instantáneo. Pese a esto y al signo de alerta que enciende la difundida dificultad para comprender textos, uno de los fuertes de Argentina es la calidad de su talento humano debido a su tradicional sistema educativo y tal vez uno de los motivos por los que los profesionales locales sean tan demandados.
La explosión de las TIC -con todo lo que ya ha comenzado a llegar por la Inteligencia Artificial (IA)- ha implicado una alta demanda de profesionales especializados en todo el mundo, no sólo en Argentina. En el país, ya se observan personas más grandes que eligen reconvertirse al sector pese a que no es un camino sencillo, así como crece el impulso desde lo institucional para difundir la actividad entre los jóvenes.
De este modo, mientras el 4% de los costos de la industria automotriz se destina a personal, ese porcentaje sube a más del 75% en la del conocimiento. “Para nosotros es capital humano que, no obstante, no funciona como garantía o activo para solicitar financiamiento”, destacó Candelo. Se trata de una dificultad y una complejidad de acceso, que funciona como otro freno para el crecimiento y que se busca resolver para avanzar.
Fuente: MDZ on line