La importancia de las políticas públicas: el deporte y el turismo en Valle de Uco (luces y sombras)
Un análisis desde los datos, los datos y las perspectivas.
Por Juan Jofre
Siguiendo a Oscar Oszlak (muy reconocido investigador), podríamos decir que las políticas públicas son aquellas decisiones que toma el Estado para implementar acciones duraderas que apunten a dar solución a alguna problemática que aqueja a la sociedad, o a algún sector de ella.
Siempre estas decisiones dependen de la mirada, de la lectura, del diagnóstico, y de la interpretación que cada Gobierno realice de esa problemática. Aquí es donde entran en juego las ideologías, los marcos teóricos, las perspectivas, los posicionamientos.
La educación, la salud, la economía, por ejemplo, son áreas donde se toman este tipo de decisiones que llamamos políticas públicas, y que son el ejercicio por excelencia de todo gobierno.
Pero en esta columna, hoy, nos vamos a centrar en dos de ellas que son muy importantes para los municipios: turismo y deporte.
Desde hace unos años, en nuestro país se implementaron como política pública los feriados para sumar a los fines de semana, y lograr así que se potencie al turismo como actividad económica.
Al principio fueron cuestionados desde algunos sectores, pero con el tiempo todos los espacios políticos lo fueron tomando como política, y esto hizo que el turismo se afianzara en Argentina. Para ejemplificar aún más, las cámaras empresariales de ese sector le están pidiendo al presidente Milei que haga un fin de semana largo para agosto, para ayudar al sector que está sufriendo mucho la recesión económica que vivimos.
En cuanto al deporte, por ejemplo, se creó el Cenard (Centro nacional de alto rendimiento deportivo) en 1950, y si bien estuvo prácticamente cerrado en épocas de dictaduras, ha logrado sobrevivir como política pública hasta estos días. En ese organismo, funcionan lugares para el entrenamiento de deportistas y un sistema de becas que los ayuda, en aquellos deportes no tan conocidos y que claramente no pueden autofinanciarse. En la actual gestión, se ha despedido personal y se recortaron becas, haciendo que algunos deportistas que representan al país en sus disciplinas, no puedan continuar dignamente con sus carreras.
Nuestra provincia, ha sostenido una importante política de promoción turística en los últimos años, que ha logrado instalar a Mendoza como un gran destino turístico.
Ahora está impulsando la campaña “Sale Mendoza”, que ofrece 30% de descuento en servicios donde los prestadores adhieran voluntariamente. El Estado pone la publicidad, el privado el descuento. Guste o no, no deja de ser una política pública.
En cuanto a deporte, no se puede decir lo mismo, ya que se han desfinanciado algunas áreas, haciendo que esta función recaiga prácticamente en los municipios.
Los Juego Evita, que se realizaban todos los años desde la Nación, y en coordinación con todas las provincias y municipios, deberían haber empezado en junio, y hasta el momento no hay ninguna novedad. Todo parecería indicar, que una política pública que buscaba promocionar el deporte y los controles de salud en los jóvenes (también en adultos mayores), ha recibido también la motosierra, y no se realizará.
El Gobierno Provincial, venía impulsando un programa complementario, que se llamaba “Deporte escolar”, y apuntaba a estudiantes del nivel secundario que no fueran asiduos practicantes de deportes, y también parece haber sufrido los recortes, porque tampoco hay novedades hasta el momento.
Lo que disparó esta columna, o este tema para la columna, fue que estuve siguiendo, sufriendo y alentando a dos jóvenes de Tunuyán que estuvieron muy cerquita de clasificar para los Juegos Olímpicos: Bautista Amieva y Maciel Bueno.
Pensando, buscando información, hablando con algunas personas, llegué a concluir que tener representantes deportivos a este nivel es producto del sostenimiento de políticas públicas que se han ido mejorando año a año, además, claramente, del esfuerzo personal y del talento de estos pibes.
Tunuyán es sinónimo de Volley en lo deportivo… tanto es así que su actual intendente fue un destacado en ese deporte.
Desde hace unos años se han visto grandes resultados, tanto en el Indoor, donde fueron campeones el año pasado, como en el Beach, donde se han convertido en una potencia.
También por estos días, San Carlos destaca en el básquet masculino, compitiendo por los primeros lugares en la liga provincial, y eso también obedece a que, desde el Municipio, desde hace años, se ha apostado por este deporte, con aciertos y errores, pero siempre sosteniendo y apostando a más.
Algo similar ocurre con el handball en este departamento, ya que se vienen viendo muy buenos resultados y deportistas destacados, que no menciono para no olvidarme de ninguno, pero el caso de Gonzalo Guerra es emblemático, llegando a jugar profesionalmente en Brasil y siendo convocado para las selecciones nacionales juveniles.
En Tupungato, la política deportiva se centra sobre todo en básquet, vóley y handball, pero, a decir de muchos críticos, solo en la zona del centro, con un olvido importante en los distritos más pequeños.
El fútbol sigue siendo el deporte más popular, y generalmente es sostenido por sus simpatizantes, socios, familias y jugadores, haciendo que la participación de los Municipios suela ser menor. Los tres departamentos tienen la tradición de entregar materiales deportivos, pero no asiduamente ni en forma sostenida. Lo que sí ha sido importante, es el subsidio del Municipio de San Carlos que garantizará el pago de la seguridad en los eventos del fútbol, algo que ya hizo años atrás Tunuyán, y algo que garantizaba la provincia hasta el año 2015.
Ahora bien, en cuanto al turismo, las comparaciones entre los departamentos son muy diferentes.
Tunuyán viene sosteniendo un equipo de trabajo, una línea de promoción y comunicación, y una articulación público-privado desde hace años, y los resultados están a la vista.
El último fin de semana largo, que casualmente fueron dos juntos, era una instancia ideal para el turismo. Sin embargo, por la situación económica del país, la actividad cayó 64% en comparación con el año pasado (datos de CAME).
En Mendoza fue un poquito mejor, cayendo 60% en promedio, y en Tunuyán cayó solo un 45%, que, si bien es un porcentaje preocupante, habla de lo afianzado que está este sector gracias al sostenimiento de buenas políticas públicas, y al esfuerzo, creatividad y calidad de los servicios que ofrece el sector privado.
San Carlos en cambio, ha tenido números malos, debido a que nunca logró sostener en el tiempo una línea clara en referencia al Turismo.
Da la sensación que todo el que comienza con una gestión, arranca casi de cero, debido a que no se ha sostenido, o no se ha continuado lo que hacía el anterior. Hubo momentos donde se promocionó “Los caminos de Altamira”, como circuitos y servicios. Después se abandonó como política pública y se intentó potenciar la Laguna del Diamante, y pasó los mismo. Hubo una etapa donde el foco y el énfasis se puso en promocionar las Huayquerías, y también ocurrió lo mismo: al cabo de un tiempo se abandonó esa política pública.
Esta situación es reconocida por prestadores privados (que son pocos) y por funcionarios actuales, que saben que tienen ahí otro de los desafíos de la nueva gestión.
Tupungato tiene más afianzado su turismo, pero comparte con San Carlos dos déficits que hasta aquí las gestiones no han logrado superar: el turismo del vino de algunas bodegas y restaurantes top, que prácticamente no realizan ninguna actividad en esos departamentos, ya que los turistas llegan hasta la bodega, consumen y se vuelven a ciudad. ¡Ni combustible cargan! El otro problema que comparten es que tienen una cordillera hermosa, pero casi sin acceso al público. Tupungato tiene dos parques maravillosos, pero a los que casi no se puede acceder. San Carlos tiene la Laguna del Diamante como único acceso a la montaña, y solo se accede dos meses al año. Desafíos importantes para las actuales y futuras gestiones.
Un detalle para nada menor. Con todas las personas que hablé de turismo, ven con mucha preocupación la situación económica del país, y las políticas con el tipo de cambio. Ven como “nos hemos puesto caro en dólares”, y con estos valores del dólar, más la posibilidad (o promesa) de “salir del cepo”, podría pasar con el sector turístico lo que pasó en los años noventa, donde se redujo a su mínima expresión, y la poca gente que podía juntar un peso, viajaba al exterior.
Claro que estas y todas las políticas públicas tienen sus detractores, y claramente también son mejorables.
Para mencionar algunos ejemplos, en Tunuyán hay quienes reclaman para los otros deportes obras de infraestructura y recursos como los que se han destinado al vólley. En San Carlos algunos reclaman que el básquet es prácticamente potenciado en La Consulta y casi nada en otros distritos. Similar reclamo ocurre en Tupungato.
Siempre, toda decisión política tiene sus beneficios y sus perjuicios, y siempre habrá formas de verlas que sean distintas y opuestas.
Más allá de eso, desde esta columna quiero destacar y rescatar aquellas políticas públicas que, sostenidas, monitoreadas, y mejoradas, refuerzan la identidad y permiten a las personas que habitamos este Valle de Uco, tener oportunidades de crecimiento y desarrollo, y también porqué no, inflar un poco el pecho de orgullo cuando alguien de estos lugares se destaca, individualmente o como equipo.
Como he afirmado en cada columna, escribo para intentar contribuir con una ciudadanía más activa, participativa, que reclame y proponga, y que además de palabras, ponga su esfuerzo y su trabajo.
Quien aquí escribe, descree completamente de la mirada que supone que el Estado no sirve, o que debe correrse. Venimos de ahí, siglos y siglos, y nunca se han tenido mejores oportunidades, en el deporte como en el turismo, que cuando han articulado bien lo privado y lo público en la búsqueda de objetivos, y en el sostenimiento de políticas públicas.
Chau, hasta la próxima.