Inflación: lo que proyecta el Banco Central para los próximos meses

El ente monetario reconoce que el atraso en el precio de la carne ya jugó a favor y hacia adelante lo hará en contra. También advierte sobre los próximos ajustes salariales.

Pese al mejor dato de inflación de junio el Banco Central (BCRA) sigue atento al recorrido de los precios internos, y en ese sentido si bien proyecta para los próximos meses una desaceleración de la tasa mensual, a la vez advierte y pone el acento, en la carne. Es más, podría decirse que de cierta forma le pone fecha de vencimiento a esta desaceleración de la tasa mensual de inflación para la primavera, donde no solo la carne sino también los ajustes salariales darían lugar a la gradualidad de la baja de los precios minoristas.

En su último balance trimestral el BCRA destaca el efecto negativo de la sequía “récord” sobre los niveles de inflación en los primeros meses del año, sumándose a la inercia previa, y derivando en una marcada aceleración del Índice de Precios al Consumidor (IPC) hasta abril. “Los precios de las verduras, frutas e incluso carne aviar, huevos y lácteos fueron impulsados en forma directa por las condiciones climáticas adversas para la oferta de dichos bienes”, explica. A lo que se suma, según el BCRA, el efecto de la mayor incertidumbre económica y financiera producto de la menor liquidación de divisas y de la recaudación fiscal, lo que generó más volatilidad financiera presionando indirectamente al alza las tasas de inflación de abril y mayo.

El BCRA, presidido por Miguel Pesce, considera que las medidas instrumentadas para reducir la volatilidad (suba de la tasa de interés, renovación y ampliación del swap con China, el restablecimiento del Dólar soja y agro) lograron contener la aceleración inflacionaria evitando un proceso de espiralización al tiempo que los precios de los alimentos frescos jugaron a favor y así en mayo hubo una leve reducción de la tasa de inflación mensual. “En junio se profundizó el descenso de la tasa de inflación al 6% mensual y fue más difundida entre los distintos agrupados del IPC respecto a la de mayo; de esta forma, el ritmo de suba de los precios retornó a un nivel similar al de enero que, si bien es aún elevado, implica una marcada reducción respecto al 8,4% alcanzado en abril”, señala el ente monetario.

Ahora bien, dice en su último Informe de Política Monetaria (IPOM) que “para los próximos meses se prevé una reducción gradual de las tasas mensuales de inflación núcleo sin carnes”. Allí sostiene que “un conjunto de factores explica la perspectiva de gradualidad en dicho descenso durante el resto del año, entre ellos, el ritmo de suba de los salarios nominales implícito en las paritarias recientes y las elevadas expectativas de inflación”. Con relación a las negociaciones salariales el BCRA destaca que se observa además “un acortamiento de los plazos contractuales y un aumento en la cantidad de tramos de incrementos otorgados”. En tal sentido, reconoce que el salario registrado ha caído en términos reales en los primeros meses del año generando presiones al alza para las renegociaciones que se darán durante el segundo semestre. Pero también advierte que “sobre el nivel general de precios incidirá la típica volatilidad de los precios estacionales que tienden a acelerarse en septiembre y octubre, y de las carnes, mientras que se prevé una ligera desaceleración de los precios regulados, tras la actualización de las tarifas de los servicios públicos que se verificó en el primer semestre”.

En lo que respecta a Alimentos y bebidas no alcohólicas (AyB), el IPOM reconoce el impacto favorable del menor ritmo de los precios de las carnes que permitió una desaceleración de AyB en el trimestre, pese a que la mayoría de sus agrupados se aceleró. Al igual que el IPC general, la división presentó una evolución dispar a lo largo del segundo trimestre, alcanzando un pico de 10,1% de suba mensual en abril para luego desacelerarse significativamente hasta 5,8 y 4,1% en mayo y junio, respectivamente, promediando de esta forma un incremento de 6,7% mensual en el segundo trimestre (-2 puntos menos que en el I trimestre). “La desaceleración de mayo y junio respecto de abril obedeció a la evolución de los alimentos frescos (carnes, frutas y verduras), que promediaron una suba de 1,2% en dichos meses luego de haberse incrementado 11,1% en abril. Entre los alimentos frescos, el agrupado Carnes y derivados (de elevada ponderación en la canasta de consumo familiar) fue el que explicó la mayor parte de la desaceleración respecto al primer trimestre. Luego de haber promediado un alza de 11,5% mensual en el primer trimestre, destacándose la suba de 19,5% en febrero, las carnes redujeron su ritmo de suba en abril hasta 9,1% y luego evidenciaron una significativa y previsible desaceleración en mayo y junio (1,4% promedio mensual). “Esta evolución refleja el comienzo del período del año en el que suelen registrarse incrementos mensuales acotados vinculados al ciclo ganadero”, explica el IPOM.

Fuente: Ámbito Financiero