Los candidatos, que disputarán la presidencia en el balotaje del domingo, se vieron las caras en Río de Janeiro. El programa fue televisado por C5N.
Brasil vive horas de tensión a falta de dos días para que se dispute el balotaje que tiene como candidatos a Lula Da Silva y Jair Bolsonaro y, este viernes, ambos líderes de la política brasileña se vieron las caras en el último debate presidencial, organizado en Río de Janeiro.
El debate es televisado esta noche desde las 21:30 a través de la cadena Globo, el canal con mayor audiencia en todo el país. El objetivo de ambos candidatos es convencer a aquellos electores que todavía no tienen definido su voto.
En los primeros minutos, ambos candidatos se lanzaron acusaciones mutuas, vinculadas a las noticias falsas y el salario mínimo. Bolsonaro se mostró con una actitud más agresiva, y Lula contestó las diatribas, destacando sus logros económicos cuando era presidente.
Igualmente, Lula expresó: “Usted tiene 35 causas en la Justicia”. Además, destacó que fue enjuiciado solo para que Bolsonaro llegara a la Presidencia en las elecciones anteriores.
Elecciones en Brasil: cómo fue el último debate entre Lula y Bolsonaro
Inicialmente, la cadena Globo había planteado tres instancias de debate, aunque Lula se ausentó al segundo programa y priorizó otros compromisos de campaña. En el primer debate, el presidente y el ex mandatario se acusaron mutuamente de mentirle a la sociedad brasileña.
“Lula pare de mentir, es malo para un hombre de su edad”, le dijo Bolsonaro, de 67 años, a su rival, de 76. “Usted es el rey de las fake news, el rey de la estupidez”, le respondió Lula, quien acusó duramente a Bolsonaro por su gestión de la pandemia.
“Su negligencia hizo que 680.000 personas murieran cuando se podría haber salvado la mitad”, agregó Lula.
Ambos candidatos, vestidos con traje oscuro y corbata – verde para Bolsonaro y los colores de Brasil para Lula -, se interpelaron uno junto al otro de pie, caminando por el escenario, sin cruzar miradas.
El debate es una instancia clave para conquistar a los electores indecisos, según analistas, en medio de una campaña de fuertes ataques entre los candidatos y desde sus entornos, incluyendo acusaciones de canibalismo o vínculos con el crimen organizado.
Fuente: Ámbito