Durante semanas, la Cámara alta dio señales y operó para sesionar esta semana. Sin embargo, en despachos kirchneristas comenzaron saludos de fin de año y se cayó cualquier tipo de encuentro en el recinto. Al revés del panorama inicial, la Cámara baja intentará hoy activar el recinto por última vez.
Tras casi un mes de anunciar y operar una sesión para la corriente semana, el cristinismo comenzó a despedir el año en el Senado y no sesionará estos días. Al revés del panorama inicial, Diputados intentará activar el recinto este mediodía no sólo para sancionar la nueva moratoria previsional -que el kirchnerismo apuró en la Cámara alta-, sino también para empujar -como moneda de cambio con un sector de la oposición- la creación de ocho universidades.
Los establecimientos educativos que propone el kirchnerismo en Diputados -la sesión será presidida por la titular de la Cámara baja, Cecilia Moreau- son las universidades del Delta, que comprenderá a los partidos de Tigre, Escobar y San Fernando; de Saladillo, de Pilar, de la Cuenca del Salado; y de Ezeiza, que estarán ubicadas en la provincia de Buenos Aires.
También aparece -con polémica- la Universidades de Madres de Plaza de Mayo, en la ciudad de Buenos Aires; de Río Tercero, en Córdoba; y en Entre Ríos, la Universidad Juan Laurentino Ortiz, con sede en la ciudad de Paraná.
Con este combo, el kirchnerismo espera que el radicalismo “blue”, del diputado y dirigente de la UBA Emiliano Yacobitti -preside la bancada el cordobés Rodrigo de Loredo-, aporte a la causa y ayude para iniciar la sesión, ya que los principales bloques opositores -PRO, UCR, Coalición Cívica y el interbloque federal- no se sentarán al inicio en sus bancas.
Sobre lo previsional, Alberto Fernández tuvo que prorrogar meses atrás la moratoria vigente, y de allí la necesidad de la Cámara baja de avanzar con la ley. En el Senado, el proyecto del cristinismo fue acelerado en modo “Flash” por Juliana di Tullio, quien criticó en junio pasado la insistencia opositora “en cuanto a preguntarle al ministro de Economía -en ese entonces, era Martín Guzmán- por el costo fiscal”. En esa línea, aseguró que el mismo será “de 0,02% este año y 0,3% el próximo”, y disparó: “Es insignificante, pero para endeudarse en 50.000 ‘palos’ -en referencia a millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional- no pidieron ninguna aparición en este Congreso”.
Semanas después, la siempre seria Oficina de Presupuesto del Congreso dejó claro en un informe: “Se estima que para el primer año de aplicación de la medida el impacto fiscal sería de 0,27% del PBI, llegando durante el segundo año a 0,42% del PBI”. Es decir, muy alejado de lo expuesto y defendido por Di Tullio en la Cámara alta.
En la Cámara baja, un sector de Juntos por el Cambio presentó un dictamen de minoría para rechazar la moratoria y, en cambio, ofrecer prestaciones en relación con los años de aportes realizados.
Un detalle de la ley kirchnerista es que da luz verde a un permiso para que cerca de 850.000 trabajadores en actividad puedan adelantar cuotas y lleguen, al momento de retirarse, sin deudas previsionales. En el Senado, el proyecto fue avalado por la peronista anti-K de Córdoba Alejandra Vigo, lo que aumenta las chances de sanción en Diputados si se inicia la sesión, ya que el interbloque federal, que preside Alejandro “Topo” Rodríguez, se quejó por la decisión unilateral del kirchnerismo con respecto a la convocatoria y temario y no aportará al quorum, pero no ve con malos ojos a la moratoria en cuestión.
Fuente: Ámbito