El costo de la guerra en Ucrania (u$s4.940 millones), uno de los planteos de Massa en Washington
Además del impacto de la sequía en la economía argentina, el ministro reiterará sus argumentos en torno a los efectos que dejó el conflicto bélico para el país en 2022 en materia comercial y fiscal.
Además de los reclamos de flexibilidad por las consecuencias de la sequía sobre la economía argentina, Sergio Massa lleva a Washington para sus reuniones de esta semana en la Casa Blanca y en el Fondo Monetario Internacional sus números sobre el costo para el país que durante 2022 provocó la invasión de Rusia a Ucrania. El titular del Palacio de Hacienda reiterará el reclamo por los u$s4.940 millones, que según el cálculo del propio ministerio tuvo como efecto macro el conflicto bélico iniciado por Vladimir Putin a través de las consecuencias sobre la pérdida de ingresos fiscales y, fundamentalmente, gastos por importación de combustibles.
El número fue elaborado a comienzos de año en el despacho del viceministro, Gabriel Rubinstein; y pese a que desde 2022 Kristalina Georgieva prometió tenerlo en cuenta para evaluar la evolución de las metas a cumplir por Argentina durante 2023, aún no fue considerado, a diferencia de las consecuencias de la sequía, que sí fueron atendidas por el staff técnico del organismo y su directora gerente.
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La hipótesis de máxima del Ministerio de Economía es que el FMI reconozca el costo y el dinero, y establezca un plan de ayuda directa a través del giro de divisas que llegarían vía DEG; que podrían ser girados en todo o parte, este año en su totalidad o en 2023 y los años subsiguientes.
Massa expuso en la India el paper sobre el costo de la guerra en Ucrania, ante sus colegas del G20. Las líneas generales de lo que el Palacio de Hacienda reclama son las siguientes:
La guerra en Ucrania ocasionó importantes cambios en el escenario económico mundial, que generó un efecto negativo de u$s4.940 millones en la balanza comercial que se atribuye a un shock general de precios internacionales del sector agropecuario (soja 9,4%, trigo 33,7% y maíz 17,8%) y sobre el precio de los combustibles (gas de Bolivia 114%, GNL 233% y gasoil 85%).
Se observa un aumento exponencial del déficit del sector energético en la balanza comercial con respecto a los meses invernales de 2021.
Para cuantificar el impacto de este aumento de precios, se puede realizar un ejercicio de simulación del valor de las importaciones durante 2022, si los precios fuesen los mismos que durante el año anterior. Las proyecciones indican que las importaciones de combustibles alcanzarán los u$s13.279 millones. La diferencia de u$s4.246 millones implica un importante efecto negativo sobre la balanza comercial argentina, elevando los requerimientos de dólares para llevar a cabo estas importaciones.
En cuanto al impacto fiscal, el shock de precios de los combustibles generó un aumento en los subsidios energéticos transferidos por el Estado nacional durante 2022. Según los cálculos realizados, se prevé que las transferencias en concepto de subsidios asciendan para este año a los$1,8 billones.
Si se toman los precios de 2021 y la estrategia energética de 2022, es decir, se utilizan las cantidades de cada fuente energética según los precios vigentes durante ese año, los subsidios a la empresa CAMMESA ascenderían a los $898.117 millones. Dentro de los subsidios a CAMMESA el 60% corresponde a la demanda residencial. En el mercado de gas, los subsidios hubieran ascendido a los $290.425 millones, $135.239 millones para IEASA por la importación de GNL y gas desde Bolivia y $76.978 millones bajo la órbita del Plan Gas.
Hubo además un aumento de precios de los fertilizantes y se estima que la Argentina importa un 70% de los fertilizantes que utiliza para su producción agropecuaria. Asumiendo una importación para el año 2022 igual a la realizada para el período 2020-2021, y manteniendo los precios vigentes durante el primer semestre de 2022, las importaciones de fertilizantes ascenderían a u$s4400 millones durante todo 2022. Representando un incremento de 93% respecto a las importaciones de 2021, las cuales ascienden a u$s2.285 millones.
Por otra parte, se registró un alza en el envío de fletes, producto de la salida de la pandemia y la guerra ruso-ucraniana ha incrementado el costo de los fletes marítimos para el periodo 2021-2022. Pudiendo atribuir la mayor subida en el precio de los fletes a los cuellos de botella posteriores a la salida de la pandemia. La bolsa de comercio de Rosario estima un aumento en los costos para exportar la cosecha cercano al 62% respecto a la campaña 2020-2021, lo que representa un aumento de u$s1.800 millones. Respecto a las importaciones, la bolsa de Rosario estima un costo adicional de u$s1.217 millones para las importaciones de 2022.
Fuente: Ámbito Financiero