¿Cómo hacer para transformar las vacaciones en una oportunidad para nuestros hijos?
Para la mayoría de nuestros hijos las vacaciones son lo máximo, una oportunidad para alejarse del estrés escolar y hacer lo que les gusta. Pero su desarrollo integral no sale de vacaciones, lo que ellos hacen en este periodo o dejen de hacer, afecta su crecimiento.
¿Cuál debe ser nuestra meta como padres? La misma de
siempre: lograr en nuestros hijos un desarrollo emocional, cognitivo y social
integral y balanceado que les permite estar preparados para la vida y ser
personas felices. Esto no significa que debemos recargarlos de actividades, el
descanso también es una actividad importante. Pero podemos ayudarlos a
disfrutar de unas vacaciones seguras y saludables, evitando el uso excesivo de
la televisión, Internet, celular, y video juegos, que no les dejan beneficios
importantes.
Las vacaciones deben tener como propósito fomentar la salud
y prepararlos para que vuelvan a clases renovados. En este periodo podemos
fortalecer la integración familiar y el crecimiento personal.
Durante las vacaciones es fácil caer en ciertas conductas
que alteran los ciclos de nuestro organismo. Por eso es bueno mantener las
normas establecidas en cuanto a horarios para acostarse a dormir o del tiempo
dedicado a la televisión y videojuegos, entre otros. Todo esto no debe
ser muy diferente al periodo de clases, de este modo existirá una transición
natural y no tan brusca al terminar las vacaciones.
Idealmente las vacaciones de los niños deben coincidir con las vacaciones de los padres, esto tiene la ventaja de que los padres pueden participar y orientar el tiempo libre de sus hijos. Pero si esto no es posible, existen varias opciones de recreación y sobre todo actividades que educan a los niños y desarrollan habilidades personales en ellos.
Aquí hay algunas recomendaciones:
1.- El deporte no solamente desarrolla el cuerpo:
Las vacaciones son un momento ideal para comenzar con la
práctica continua de algún deporte, el cual hay que adecuar a la edad y
preferencias del niño. Buenas opciones son el fútbol, voleibol, natación,
básquetbol, bicicleta, entre otros.
Realizar actividades deportivas fortalece la voluntad, la
disciplina, el trabajo en equipo, los hace más fuertes no solo físicamente,
sino también emocionalmente. Además de desarrollar coordinación,
equilibrio y concentración, habilidades primordiales en un buen estudiante.
Cuando un niño realiza un deporte, esto favorece la formación de su
autoconcepto y de su autoestima, ya que, siente que es “capaz” de realizar
alguna destreza en particular. Por otro lado, niños diagnosticados con
“hiperactividad” o “agresividad” encuentran un buen medio para expresar sus
impulsos y canalizarlos.
Una de las mejores maneras para incentivar la actividad
física en los niños es que los padres sean el ejemplo y lleven una vida activa
y saludable. Por lo que aprovechen estas vacaciones para salir a andar en
bicicleta en familia o realizar una simple caminata. Además de hacer deporte,
puede ser un momento único para iniciar diálogos, conocer más a sus hijos y
entregar valores.
2.- Alimentación saludable siempre:
Para volver a clases con mucha energía tenemos que cuidar
nuestro cuerpo y mente, por esto hay que cuidar la alimentación. Es
recomendable mantener una buena hidratación, pero evitar bebidas gaseosas y
jugos llenos de azúcar. Igualmente, es bueno acostumbrar a leer las etiquetas
de las comidas envasadas, evitando las que tienen muchas calorías, grasas o
azucares (hidratos de carbono). Siempre preferir frutas y verduras. Lo
que hay disponible en la casa es lo que van a comer los niños, por eso, el
momento de comprar la comida es clave para decidir qué tipo de alimentación
queremos entregar.
Muchos papás ofrecen premios a sus hijos por su buena
conducta en forma de comida, casi siempre comida chatarra. Hacer esto
ocasionalmente no traerá efectos negativos, pero recuerde que a través de los
premios se entregan valores. Otras formas de premios pueden ser más
efectivas, como el cariño y pasar tiempo junto haciendo alguna actividad
entretenida como las que vienen a continuación.
3.- El arte de la vida:
La música y el arte estimulan nuestra creatividad, memoria,
emociones, motricidad fina, disciplina y mucho más. Usemos nuestras manos para
crear! Podemos aprender a tocar algún instrumento o pintar, crear un
collage, papel maché, maquetas, pulseras, álbumes de fotos, etc.
Gracias a Internet se pueden descargar cursos o ver videos
para aprender música y/o cursos de manualidades. A la misma vez que su hijo se
divierte, es una gran estimulación para ambos hemisferios cerebrales,
especialmente el creativo. Encontrará un canal para expresar sus emociones y su
ingenio. Permite al niño conocer sus propios talentos y desarrollar sus
múltiples inteligencias y habilidades, lo que lo ayudará en cualquier cosa que
se proponga. La imaginación y la creatividad son fundamentales para resolver
problemas de manera más asertiva.
Si además puede tomar talleres grupales, esto le permitirá
al niño y/o adolescente interactuar con otros y potenciar sus habilidades
sociales. Afianzar vínculos es esencial, pues nuestra naturaleza es ser
individuos sociales. Las vacaciones son una buena oportunidad para estimular
las relaciones interpersonales.
4.- La magia en los libros:
Muéstreles a sus hijos que leer no es algo aburrido y
obligatorio, sino que puede ser un mundo mágico por descubrir, que puede ser
algo entretenido, como jugar o hacer deportes. Elijan libros juntos, es
importante que ellos se sientan parte de las decisiones y haga la lectura un
espacio lúdico, donde se puede compartir y dialogar. Esto, ayudará a su hijo a
aumentar su vocabulario y estimular su pensamiento.
Para muchos papás esto es una gran tarea durante el año
escolar, pero no se desanimen, acuérdese que los niños aprenden por el ejemplo,
por lo tanto, es importante que los vean leer y que los vean entretenidos leyendo.
Coménteles las noticias del diario que les puedan interesar, vean libros
entretenidos juntos, hay textos con muchas imágenes que son muy atractivos para
leer. Lo importante es que logre mantener su interés y la constancia.
Así como lavarse los dientes, leer también es un hábito que
hay que cultivar desde temprana edad. Enséñeles a sus hijos que leer se
entrena, igual como se entrenan los músculos en el gimnasio.
5.- Actividades en casa:
En vacaciones no debemos olvidarnos de exigirles
responsabilidades y colaboración, aunque con unos horarios más flexibles. Se
pueden hacer actividades que promuevan la autonomía y valores personales como
el orden o la limpieza. Por ejemplo, podemos pedirles ayuda para arreglar o
limpiar algunas cosas, preparar el almuerzo o comida, algo que requiera mayor
responsabilidad que lo que habitualmente les solicitamos. El trabajo
colaborativo es una experiencia que puede enseñar valores de la importancia,
como el reciclado (separando la basura), el cuidar la naturaleza (regar las
plantas), fomentar la solidaridad (llevando los juguetes o libros que no usen
tus hijos a una ONG o una parroquia que los distribuya a los niños sin
recursos). Los niños logran de esta forma desarrollar la empatia, es decir,
ponerse en el lugar del otro. Recuerda que los estamos preparando para el
futuro, donde existen responsabilidades y si las incorporan con naturalidad, la
vida se les hará más fácil.
6.-Actividades fuera de casa:
Aproveche de ir con ellos a conocer las bibliotecas, muchas
tienen espacios infantiles y así las niños sabrán cómo acceder a ellas.
Infórmese de la variedad de actividades gratuitas que hay en su ciudad. En
verano hay espectáculos como obras teatrales o cuentacuentos para niños, los
argumentos que se presentan en estos escenarios, no sólo entretienen, sino
también los educa.
Los paseos en familia no deben faltar, lo conveniente
es que se dedique por lo menos una tarde a conocer algún lugar distinto a los
habituales, esto favorece la unión familiar y la interacción con el medio,
además los niños pasarán un momento agradable. Salga de picnic con sus hijos,
organizando con ellos lo que necesitarán.
7.- No nos olvidemos de jugar:
Desde el punto de vista psicológico, el juego le permite al
niño canalizar sus emociones, fortalecer su autoestima, tener más tolerancia a
la frustración, trabajar en equipo, desarrollar una competencia sana, entre
otras. Aunque a veces el juego puede ser fuente de discusiones, ya que, hay
a quienes les molesta más perder. Es el momento perfecto para ayudarles a
gestionar sus impulsos y a enseñarles que algunas veces se gana y otras se
pierde y que tienen que respetar las normas (reglas del juego) y el resultado.
También se les pueden enseñar que hay juegos donde todos ganan, como son los
juegos de cooperación. Algunos ejemplos de juegos: el dominó, el pictionary,
juegos de cartas, un rompecabezas, etc.
8.- Hablar sobre los sueños y objetivos:
Es fundamental que nuestros hijos sean capaces de crear sus
propios objetivos, no los nuestros, y que éstos se conviertan en sus
motivaciones diarias para ir al colegio. Siéntense con ellos una tarde y fijen
objetivos a 6 meses, 1 y 5 años. Hablen de sueños y deseos, la imaginación no
tiene límites, pregúnteles como pueden lograrlo. A veces se enseña más
preguntando, que mostrándoles el camino. Los niños y adolescentes comienzan a
buscar su propia identidad. Lo importante es acompañar a nuestros hijos en ese
proceso, apoyarlos y orientarlos para que el tiempo de calidad sea parte de la
construcción de sus propios destinos.
9.- Que importante es compartir:
Aprovechemos este tiempo y compartamos con nuestros hijos.
Tratemos de almorzar con ellos, de llegar más temprano a la casa, de armar
planes para el fin de semana, buscar actividades entretenidas para hacer
juntos. Estos espacios y momentos, son especiales para que nuestros hijos se
habrán a compartir sus inquietudes y se inicie un diálogo. Escuchar sus
opiniones los hace sentirse importantes, aumenta su autoestima y la
resiliencia, que es la capacidad para afrontar situaciones adversas, aprender y
salir fortalecidos de ellas.
Por último, algo que no debemos de olvidar nunca es:
entrégueles mucho afecto.
Fuente: CETEP