Argentina es el segundo país con más consumo de drogas psicoactivas de la región
Lo afirma un informe realizado por la Universidad Católica Argentina (UCA), al que tuvo acceso exclusivo Infobae, y que muestra el aumento del número de casos (alta prevalencia) en el país, en comparación con América Latina. La muestra abarca a las sustancias legales e ilegales: alcohol, cocaína, marihuana, éxtasis, psicofármacos, entre otras. Qué países integran el podio regional. Opinan los expertos.
La contundencia de los dichos del experto sirve para precisar un tema que puede resultar inabarcable: “Las drogas en general son nefastas para la salud psicológica y física de cualquier persona”, sentenció el médico psiquiatra y experto en adicciones, Eduardo Kalina, en diálogo con Infobae.
El consumo de drogas psicoactivas, que engloba a las legales y a las que no lo son, abarca un conglomerado de sustancias que van desde el alcohol, la cafeína, la nicotina, la marihuana, psicofármacos yciertos medicamentos para aliviar el dolor (morfina y otros). Y muchas drogas ilegales, como la heroína, el LSD, la cocaína y las anfetaminas, entre otros.
Sobre este tema aporta cifras y estatus al debate, el último estudio realizado por la Universidad Católica Argentina (UCA), al que Infobae tuvo acceso en exclusiva, y que reveló que Argentina tiene una alta prevalencia de consumo de drogas en el contexto de América Latina y el mundo.
El trabajo, publicado en una revista indexada al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), compara el consumo problemático de sustancias psicoactivas y los distintos abordajes de tratamientos en el país con otras regiones. El objetivo que se propuso la investigación es analizar la evidencia sobre el consumo problemático de sustancias psicoactivas y los abordajes de tratamiento en Argentina desde una perspectiva global.
El paper analiza las últimas estadísticas sobre prevalencia (cantidad de casos) de consumo, trastornos de consumo y la participación en tratamiento en Argentina y en otros países de América Latina y otras regiones del mundo. Y establece una variación por género, edad y grupo socioeconómico.
Las estadísticas analizadas en el trabajo de la UCA muestran la alta prevalencia de consumo de drogas ilícitas en Argentina en comparación con otros países de América Latina y, en particular, la alta prevalencia de consumo y dependencia de la cocaína.
El escenario que describe el estudio de la UCA es paradojal: en general el consumo de drogas es más dominante (prevalente) en los sectores de nivel socioeconómico más alto; pero los trastornos de consumo son más prevalentes en las personas de menor nivel socioeconómico; y está especialmente arraigada en los barrios vulnerables. A pesar de la evidencia sobre la efectividad de los tratamientos, solo una fracción de los argentinos en situación de consumo problemático los recibe.
Queda claro que el consumo problemático de drogas psicoactivas representa un grave problema para la salud de las personas, pero también para el ámbito familiar y, en definitiva, para el social. Las drogas, sea cocaína, marihuana, sustancias de diseño o, incluso alcohol, pueden provocar dependencia física y psicológica, lo que implica un fuerte deseo de consumir la sustancia y dificultades para dejarla.
Problemas severos respiratorios, cardiovasculares, hepáticos, renales y neurológicos, son algunas de las consecuencias que provoca en el organismo el consumo problemático de drogas. Además, los expertos advierten que el consumo puede aumentar el riesgo de contraer enfermedades infecciosas como el VIH-Sida o hepatitis, por el uso compartido de jeringas y/o por las conductas sexuales de riesgo que se encuentran asociadas.
El artículo, escrito en el marco de la evaluación de impacto del Hogar de Cristo, fue publicado bajo el nombre “Consumo problemático de sustancias psicoactivas en Argentina en perspectiva global. Tendencias y formas de tratamiento” en la Revista de Ciencias Sociales y Humanas del Instituto de Investigaciones Socio-Económicas, indexada en el Núcleo Básico del Conicet.
Y los autores del trabajo fueron la directora del Departamento de Investigación y del Centro de Desarrollo Humano Sostenible de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Católica Argentina (UCA), Ann Mitchell, junto a Ignacio Debortoli.
En primer lugar y a partir del análisis de las estadísticas de fuentes nacionales (Sedronar) e internacionales como la ONUDD (Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito) y la OMS (Organización Mundial de la Salud), el estudio mostró que Argentina tiene una alta prevalencia de consumo de drogas psicoactivas en comparación con los otros países de América Latina, lo que posiciona al país en segundo lugar luego de Uruguay (primero en el podio regional).
Los países con mayor prevalencia anual (casos) de consumo de marihuana —la droga más consumida en la región— son Uruguay (14,6%), Chile (13,33%) y Argentina (8,13%), mientras que el promedio de la región es de apenas 3,8%.
En cuanto a la cocaína, Uruguay (2,1%) es seguido por Argentina (1,67%), Chile (1,42%) y Brasil (1,0%), con una media regional de 0,37%.
En el caso del consumo de alcohol, cannabis y cocaína, se ubica en una situación más cercana a las regiones del mundo con mayor prevalencia de consumo, que son América del Norte y Oceanía, que a las regiones de prevalencia baja.
Además, el trabajo sacó a la luz el marcado aumento de la prevalencia de consumo de drogas ilícitas en los últimos 20 años en Argentina:
—En 1999, uno de cada diez argentinos había consumido alguna sustancia al menos una vez en su vida y un 2,9% en el último mes.
—Para el 2017 se pudo observar casi una duplicación de ambas tasas, que llegaron al 18,3% quienes lo hicieron al menos una vez en su vida, y al 5,7% durante el último mes.
Asimismo, indicó el informe, —según datos del estudio internacional Global Burden of Disease 2019— el 3,08% de la población nacional presenta trastornos de consumo de sustancias psicoactivas (alcohol y/o drogas) lo que supera la tasa de prevalencia global de 2,17% ( es decir, el número de personas que consumen). Sin embargo, esta tasa es más baja que en otros países de América Latina, como Brasil (4,33%) y Chile (4,17%), y también menor que en Norteamérica (5,72%).
En Argentina, al igual que en las otras regiones del mundo, la prevalencia de consumo y de dependencia de drogas ilícitas es más alta entre hombres que entre las mujeres. De todas maneras, la investigación mostró que, entre el 2010 y 2017, los varones duplicaron su consumo (5,6% a 11,5%) y las mujeres lo triplicaron (de 1,8% a 5,4%).
Mirada de expertos
El psiquiatra, neurólogo, sexólogo y médico legista Enrique De Rosa Alabaster precisó que, “tanto las pastillas de diseño como la cocaína tienen el potencial de matar, eso debe ser alertado a una población joven y maleable, que interesa al mundo del consumo. Ambas drogas afectan el estado de conciencia y causan fenómenos de atrofia cerebral”, indicó.
Según los expertos, existe una cierta predisposición biológica y psicológica para la dependencia, pero también influye de manera determinante el contexto social del individuo.
Precisa a Infobae eldoctor Carlos Damin, jefe de Toxicología del Hospital Fernández, profesor titular de Toxicología de la UBA y director de Fundartox, “cuando se estudia a un adicto hay que abordarlo desde una mirada triangular. Para que exista adicción tiene que haber sustancia (en este caso psicoactiva), además de estudiar a la persona y su contexto. Hay que enseñarles a los jóvenes a cuidarse. Los toxicólogos preferimos hablar de sustancias psicoactivas y no de drogas, porque hay prejuicio con esta palabra”.
En cuanto al consumo de alcohol, De Rosa Alabaster advirtió, “sobre la afectación en la vida sexual y reproductiva que puede tener este consumo. Uno de los más comunes es la disfunción eréctil. Beber alcohol, por encima del límite, dificulta la capacidad de tener o mantener una erección”.
“El alcohol interfiere a nivel central del sistema nervioso, vía el sistema nervioso autónomo; que interviene en el llenado de sangre de los cuerpos cavernosos, lo que dificulta la erección”. Además, “preocupa en el mundo que se registran, cada vez, menores niveles de testosterona. En esto el alcohol tiene un rol fundamental y está demostrado por la literatura y la práctica desde hace décadas”.
“Mientras que en los hombres el alcohol incide en la menor producción de esperma (y de menor calidad) por ende, en la fertilidad, en la mujer el alcohol genera alteraciones en el ciclo ovulatorio y en general desequilibrios hormonales. En este contexto, se han referido la relación con síndromes metabólicos y diversas formas de diabetes. Las alteraciones en cuanto a la grasa corporal y aumento de peso son frecuentes”, remarcó el psiquiatra De Rosa Alabaster.
El trabajo realizado por la UCA se refirió también a la relación entrelos niveles socioeconómicos respecto del uso de estas sustancias. Si bien la prevalencia de consumo de drogas suele ser mayor en los sectores de la sociedad de nivel socioeconómico más alto —dijo—, la transición del consumo a la dependencia es superior en las personas de menor nivel socioeconómico. Además, destacó que el consumo y la dependencia de drogas está especialmente arraigada en los barrios informales del país.
Por último, los investigadores remarcaron que una pequeña fracción de las personas que padecen dependencia a sustancias psicoactivas recibe tratamiento tanto en Argentina como en el resto del mundo.
Según la Sedronar, el porcentaje de personas que buscaron tratamiento por consumo de riesgo de alcohol en nuestro país es del 3,3% y sube a 13,5% y 29,5%, para personas con dependencia de la marihuana y la cocaína respectivamente. Sumado a esto, 4 de cada 10 personas que buscaron ayuda acabaron sin acceso a ningún tipo de tratamiento.
Drogas de target joven y ayuda
El peligroso listado de algunas de las drogas que integran las llamadas sustancias Creamfiels o de diseño crece cada vez más: incluyen ketamina, efedrina, éxtasis, marihuana, cocaína y LSD. Para el médico Kalina no hay vueltas, “el narco-comercio cada vez más quiere seducir a los jóvenes buscando activar la fantasía omnipotente de los jóvenes, en una apelación nefasta: ‘Probá , no te va a pasar nada, ¿tenés miedo? No vas a quedar enganchado, vas a salir”.
Los investigadores del estudio de la UCA explicaron que “la falta de participación en tratamientos (contra las drogas psicoactivas) se debe no solo a la escasez de oferta sino también a que las personas no perciben la necesidad de solicitar ayuda”. Y que “esta temática necesita ser abordada no solamente por especialistas, sino también por personas que trabajan en múltiples disciplinas y por la sociedad en su conjunto”.
Por otra parte, de acuerdo con un informe de SEDRONAR al que accedió Infobaeel año pasado,con datos comparativos entre 2019, 2020 y la mitad de 2021, se registró un aumento de un 18% en la cantidad de llamados a la línea 141, que es el servicio telefónico gratuito y nacional que brinda información y asistencia las 24 horas los 365 días del año. Se llegó a un promedio de atención de 521 llamados por día.
Si bien la mayoría de las consultas son de familiares pidiendo ayuda o información, por primera vez desde que funciona la línea se registró un aumento de un 4% de las consultas directas de personas que se encuentran en situación de consumo.
Al respecto, el médico psicoanalista y dramaturgo, José Abadi agregó, “lo que hay que decir es que del camino de prueba, hábito y adicción no es tan fácil salir. Esto lleva a una terrible paradoja: el miedo de muchos jóvenes a quedar excluidos del grupo por no consumir, y ante esto se animan a intentarlo”, refiere el médico Abadi.
Es imprescindible la prevención y para esto el puente familia-escuela-sociedad es fundamental. “Los valores positivos son el mejor límite para enfrentar la problemática de la droga. Hay que informar sobre la gravedad del consumo sin minimizar sus efectos”, dice Abadi.
Y cierra: “La adicción es una enfermedad subsidiaria, es el emergente de un conflicto intrapersonal, familiar y social, que busca en la droga la solución equivocada. Después cuando se instala como hábito, la consecuencia se transforma en causa de futuras enfermedades serias”.
Fuente: Infobae