Ley de Identidad de Género
Su documento dice Jesús Andrés López pero la mayoría la conoce por Verónica. Es la primer travesti de la provincia que se recibió de profesora de Lengua y Literatura. En el recuerdo han quedado los días de estudiante, cuando evitaba viajar en colectivo por los maltratos y las burlas. Hoy, “Vero” tiene su propio programa de radio, y afirma que con las nuevas políticas, las travestis ya no tienen necesidad de prostituirse para sobrevivir.
Ella cuenta que desde chico se sintió diferente, atraído por otros varones, y aunque nunca vio mal esa conducta, durante la adolescencia trató de ocultarla sobre todo por el maltrato y la discriminación que sufrió en diferentes instituciones y desde la sociedad en general. “Antes la gente pensaba que los homosexuales no podían vivir en la comunidad; era tal la exclusión que incluso un profesor me dijo que en la naturaleza, los hermafroditas eran eliminados por sus pares” recuerda Verónica, en alusión a los años que pasaron, y agrega “fue difícil, y al sentir el rechazo social me acerqué a Dios”.
En la secundaria, fue “el primer varón en el Colegio del Huerto”. Durante esos años, en los que tuvo varias veces el mejor promedio, en una fiesta para el Día del Amigo, reveló su identidad sexual “soy gay” afirmó, y a partir de ahí comenzó el calvario. “De cien amigos me quedaron diez, tuve amenazas, golpes, insultos, hasta un profesor sentenció que siendo gay “jamás me iba a recibir”, perdí el trabajo que tenía en una radio porque decían que yo era una perversión para hacer esa labor”. Sin embargo, después de salir de la secundaria, y con una tremenda fuerza de superación, ingresó al Instituto Vera Peñaloza y las cosas comenzaron a cambiar. “El Vera fue la primera institución que me aceptó tal cual soy” afirma la actual profesora y recuerda el apoyo que siempre tuvo de dos docentes: Patricia Bergamín y José Luis Castillo.
Mientras vendía flores en un puesto del cementerio siguió estudiando, evitando los colectivos para viajar, porque “caminando tenía suerte, había menos insultos y burlas, aunque muchas veces, en general en las épocas de cosecha, me tiraban tomates o papas desde los camiones, y aunque llegaba sucio al Terciario, siempre hubo amigos que me ayudaban”. Verónica dice que el primer gran cambio ocurrió cuando fue elegida Reina de la Vendimia gay. Desde el pueblo se la empezó a reconocer de otra manera, “era una sancarlina que resaltaba a nivel provincial”. Sin embargo, como ella afirma “fue difícil seguir en el pueblo, volver a quererlo”.
“Soy travesti, no soy mujer” explica Verónica con soltura y cierto grado de altivez. Hoy tiene una vida distinta, y aunque esperará a recibir su título, piensa que pronto cambiará su nombre para sentirse quien realmente es. “Hoy las cosas cambiaron mucho, con las nuevas políticas tenemos reconocimiento y oportunidades. Antes, las travestis en general se dedicaban a la prostitución porque nadie les daba trabajo, hoy se abrieron puertas y nadie tendrá que “hacer la calle” por necesidad”.
A partir de la nueva Ley, Jesús López podrá llamarse Verónica, con todo lo que eso implica. Porque además de dar clases, hacer radio, impulsar un Santuario que armó en El Cepillo, ayudar a las personas de diferentes maneras, Vero estará incluida en todo programa de Salud, de trabajo, de estudio, de previsión social. “Los sueños que se alcanzan son aquellos que se intentan” afirma, y continúa “yo lo intenté, ya cumplí mi sueño mayor”.
2 comentarios
¡Qué bueno saber que Vero se recibió! Le mando un fuerte abrazo y el mejor de mis recuerdos ya que fue mi alumna en el IES Vera Peñaloza. Me alegra saber que terminó sus estudios ya que cuando yo me fui de esa institución estaba un poco alejada de las Didácticas, la Lengua y la Literatura. Es una persona con gran capacidad intelectual.
Todo un ejemplo. Fuerza!
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