La afortunada es Florencia Dibattista, única representante de Argentina en un equipo de 12 viajeros oriundos de distintos países, elegidos entre unos 800 mil postulantes.
La misión, que se inició hace dos semanas en Portugal y se prolongará por casi un año, se basa en «acercar al mundo un poco más». Para ello, los elegidos visitarán 28 destinos para compartir luego sus experiencias con los seguidores del programa a través de las redes sociales y valiéndose del trabajo social y ambiental que irán realizando al interactuar con las ONG de cada localidad.
Cómo llegó hasta ahí
Fue en mayo pasado cuando esta joven de 25 años, licenciada en Relaciones Institucionales y estudiante de Periodismo, conoció de la propuesta de World Life Experience y se inscribió llenando formularios sobre su personalidad y sobre idiomas. «Después me olvidé porque me parecía algo imposible», recuerda de esa instancia la mendocina, acerca de lo que ocurrió mientras viajaba por Europa con una amiga.
En agosto, ya en Argentina y habiendo empezado a trabajar para una bodega en Tunuyán, recibió un mail en el que le avisaban que había quedado entre los 82 primeros seleccionados, entre los que estaba además de ella otro argentino. Para avanzar en la convocatoria, tuvo que realizar videos y completar otros test que la llevaron a estar entre los 32 finalistas.
Sin embargo, el sueño pareció truncarse cuando, después, recibió otro mail en el que le avisaban que no estaba entre los 12 que viajarían a 25 países durante casi un año.
«Ahí volví a olvidarme hasta que a principios de noviembre me avisaron que había una vacante. No dudé en decir que sí cuando me preguntaron si estaba interesada en viajar», relató acerca de lo que ocurrió hace ya dos meses y que la llevó a prepararse para la experiencia que ahora la ubica en Lisboa.
Esto implicó, además de colocarse las vacunas y de realizar trámites de documentación, renunciar a su trabajo y también a otras actividades programadas para estos meses, como ser parte de la Fiesta Nacional de la Vendimia, en la que bailaría luego de quedar entre las elegidas a través del casting central.
Las buenas expectativas sobre esta experiencia, admite, justificaron que armara bolsos y asumiera las responsabilidades de esta propuesta de repercusión mundial. «Queremos que sea una experiencia enriquecedora para todos nosotros, pero también para quienes nos siguen. Es la primera edición y por eso pensamos que va a seguir creciendo. Para mí esto no tiene techo porque tiene un alto impacto en lo social», comentó Dibattista desde su primer destino en Europa, adonde ya participa en cursos que van desde actividades de teatro hasta capacitaciones en forestación.
En unos días más, la mendocina contó que volverán a subirse a un avión que los llevará a Granada para seguir instruyéndose en el próximo destino. «Se trata de concientizar al mundo acerca de la necesidad de un viajero consciente, de no viajar por viajar. Respetando siempre las culturas de diferentes países, a la gente, al ambiente, y promoviendo dejar de hacer las cosas de moda que hacen mal al lugar adonde vamos y hacer cosas que realmente estén buenas», agregó la tunuyanina sobre el motivo de este «viaje ideal», por el que se les costean todos los gastos, además de percibir un salario.
(Nota: Alejandra Adi/ Diario Uno)