La oportunidad de escribir festejando un año desde el lanzamiento de este proyecto/sueño, es la posibilidad perfecta para hacer este intento de balance afectivo.
Tener la libertad de escribir y la posibilidad de ser leídos y comentados, es para los que hacemos EL CUCO una alegría casi imposible de manifestar en palabras.
Desde este espacio he intentado aportar con notas sobre política y educación, pero en realidad en esas notas lo que hacemos es ejercer el derecho a soñar, eso es lo que nos dio el impulso inicial y lo que todavía nos mueve.
Soñábamos y lo seguimos haciendo, con tener la posibilidad de hacer circular miradas, opiniones y textos que no se aferren a la falsa objetividad e independencia tras la cual algunos se esconden.
Soñábamos y lo seguimos haciendo, con escribir tratando de echar luz sobre algunos asuntos, aportando a la realidad y a la historia de este hermoso espacio/tiempo que es nuestro Valle de Uco.
Soñábamos y lo seguimos haciendo, con ser el medio local que escape un poco a las miradas liberales, hipócritas y poco profundas que abundan en nuestros medios gráficos, radiales, televisivos y, en menor medida, digitales.
Pues este sueño ha cumplido un año de innumerables sacrificios, esfuerzos, búsquedas, discusiones, abrazos y satisfacciones. Soportamos las embestidas que nos tildaban de “guñazusistas”, “K”, “baratos” o “follestistas”, y acá seguimos demostrando que nuestro sueño no se vende, y eso evidentemente molesta.
No nos colgamos de triunfos ajenos, no somos oportunistas, no escribimos a sueldo. El orgullo de escribir estas líneas y de formar parte de este equipo de trabajo es la principal recompensa y combustible para seguir adelante.
Con nuestros errores y aciertos seguimos soñando y apostando por nuestros ideales, partiendo desde la honestidad de no disfrazar posiciones y ofreciendo argumentos e ideas para que nuestros lectores reciban una campana más en la tarea de reconstruir la realidad.
Termino agradeciendo a todos los que nos apoyaron desde el principio, a todos los que se fueron sumando, a los que escriben, a los que leen, a los que lo difunden. ¡Muchas Gracias! Por supuesto, también gracias a los que nos critican sin fundamentos, a los que escondidos tras nombres falsos comentan nuestras notas. Esas actitudes no hacen más que reafirmar nuestra postura acerca de cómo hacer periodismo.
¡Un año! Quizás a algunos les parezca insignificante, pero para nosotros es un logro inconmensurable, que nos obliga a seguir comprometidos y a intentar mejorar constantemente. Nuevamente, Gracias.