Después de un día agobiante de calor, nada mejor que descansar junto al río Tunuyán, escuchando a grandes artistas. Así lo vivieron decenas de miles de personas que llegaron hasta el Anfiteatro municipal para disfrutar la última noche festivalera.
Fue magnífica: todos los artistas que pasaron por el escenario mayor se lucieron. Distintos estilos y voces deleitaron a un público que colmó el predio. La noche cálida y con buen tiempo también complotó para disfrutar de un espectáculo que no tuvo desperdicio: Igualitos, Los Cantores del Alba, Mónica Abraham, La Buenamoza, entre otros, derrocharon talento y energía, anunciando lo que sería un gran cierre. El escenario, como las noches anteriores, fue un espectáculo en sí mismo. Las pantallas gigantes mostraron lo mejor de los artistas, y las luces se convirtieron, no solo en el marco de cada artista, sino casi en una obra artística en el contraste de la oscura noche valletana.
En los últimos tramos, Nahuel Pennisi enamoró al público. El joven ciego, un virtuoso de la guitarra, y dueño de una voz dulce y bella, llegó a emocionar hasta las lágrimas. Su humildad, tan enorme como su talento, se palpó en sus palabras de despedida: “Estoy muy agradecido por estar en tan impresionante Festival (…) donde existe una de las músicas más poéticas y con una riqueza cultural enorme”.
Luego, llegaron los puntanos de Algarroba.com. Enérgicos, divertidos y talentosos hicieron cantar y bailar, sobre todo al público joven. Junto a Pennisi, a quien invitaron a cantar una última tonada, dieron un gran espectáculo, que dejó gusto a poco, por el tiempo que estuvieron sobre el escenario.
El final estuvo a cargo de Los Nocheros, que dieron un gran show, de más de una hora. Talentosos, carismáticos, y pródigos en canciones, los salteños reafirmaron su relación con sus fans, y con el público en general, que los acompañó y aplaudió hasta la madrugada. Pasadas las 4 de la mañana, se despedían cantando, y cerraban el Festival Nacional de la Tonada.