Editorial de la semana: Lotería electoral… vote al que hace asfalto

San Carlos arrancó, será el primer departamento del Valle de Uco que dirima una contienda electoral, los parlantes se pusieron en marcha, los carteles aparecieron, la pintura sobre las paredes nos dicen cuál es el candidato, las redes sociales se disputan cuanto más valen los candidatos según la cantidad de “me gusta” y… apareció el asfalto… Asfalto, infaltable, siempre ahí, siempre previo a las elecciones, siempre derramado de mala manera en pos de sumar algunos votos.

Sin pecar de objetivos, si nos preguntan, votamos al que hace asfalto. Siempre ayuda al buen transitar, siempre embellece, siempre me protege el auto. Bueno, en medio de contiendas electorales el asfalto aparece, se manifiesta, se expone frente a la sociedad y es esta última la que premia el esfuerzo del Estado (municipal en este caso) con su voto en la contienda electoral próxima.

San Carlos se aproxima a sus elecciones municipales, ya en alguna columna se ha mencionado el rol de las colectoras: más de doscientos candidatos a concejales acompañan la pre-candidatura de nueve aspirantes al sillón del municipio más antiguo de la provincia. De los nueve aspirantes a la intendencia, solo cuatro no llevan las denominadas listas colectoras, Jofré (FPV) Reynoso (UCR-Socialismo), Abrahám (PRO) y Guizzo (FPV), el resto de los candidatos tiene más de una lista a concejal. A la cabeza de este invento electoral (invento en términos de que las listas “colectoras” y sus candidatos a concejales no son  reales aspirantes a las concejalías, sino más bien sirven básicamente para llevarle votos al candidato a intendente) se encuentra el actual jefe comunal, Jorge Difonso con doce listas, lo sigue de cerca la actual concejal Caraballo con cinco y después Testa y los radicales Ortega y Romano. Es decir sobre un electorado de cerca de 22.000, hay 110 votantes por concejal, un hecho único desde el inicio de la democracia a la fecha en el departamento y quizás en la provincia y el país.

¿Qué pasa en San Carlos, se despertó una suerte de vocación de participación? ¿Hay que pensar que los doscientos candidatos a concejal descubrieron que  los sueldos de los concejales están atados a los del Intendente y al del gobernador y quieren aumentar sus ingresos? ¿O será que algunos vivos creyeron que era necesario pescar votos en donde no llegan los candidatos de las listas oficiales? Vaya uno a saber, lo cierto es que en San Carlos la confusión es tal que, cuando se habla con los conocidos, no se sabe muy bien si le están haciendo una propuesta electoral o es simplemente una charla amistosa.

Mientras escribo esta editorial me pregunto ¿Alguien reflexiona que estas elecciones van a definir quien conduce el municipio? ¿Recordamos que el Estado municipal debe ser el promotor de un departamento que crezca y se desarrolle plenamente? ¿Se nos ocurre pensar que a la hora de las elecciones no basta con largar slogan y propaganda estéril, y que se necesita un proyecto serio y responsable para gobernar? ¿Qué en estas elecciones es necesario  definir si las cosas continúan como están hasta ahora o es necesario un nuevo gobierno? Debo decirlo nuevamente, yo voto al que haga asfalto, pero no dos meses antes de las elecciones, el que me proponga que el asfalto va a ser una política municipal que se va a desarrollar durante los cuatro años de gestión. Que además de asfalto, trabaje en un proyecto de departamento, en el cual la cultura, el desarrollo económico, la educación, las casas y el trabajo sean el eje de la cuestión. En estas elecciones, los sancarlinos vamos a definir quién los gobierne: para eso necesitamos votar con conciencia, con responsabilidad y sobre todo pensando en qué queremos del departamento, si el atraso o el desarrollo, si la seriedad y la responsabilidad o si nos conformamos con el bochorno de un telekino electoral y un asfalto hecho a medias porque se necesitan unos votos más.

Por Marcela Hinojosa