Organizado por el INTA y el programa ProHuerta, se realizó el tradicional trueque de semillas. Hubo comidas típicas para degustar, talleres y venta directa de productos de la agricultura familiar. El objetivo: promover el derecho a decidir qué cultivar y qué comer.
El pasado sábado se realizó en el IES Rosario Vera Peñaloza, en Eugenio Bustos, la III Feria de Intercambio de Semillas y Saberes en el Valle de Uco, organizada por el INTA La Consulta junto al programa ProHuerta. De la jornada participaron agricultores y diferentes organizaciones de la región y los demás oasis de la provincia.
La generosidad fue una de las características de la actividad, pues no sólo se intercambiaron semillas sino además diversos saberes: las formas de cultivar, el uso de las plantas, las formas de elaboración de los productos de la feria. El trueque, una vez más, enriqueció a los guardianes de semillas que compartieron sus preciadas simientes de variedades criollas.
“Me regalaron semillas de tomate amarillo”, dijo Mario Ovejero, quien llevó semillas de porotos para intercambiar. “Yo me llevo semillas de flores para mi abuela y otras de maíz para mí”, comentó por su parte Juan Figueroa: “Llegué temprano, a las 10 de la mañana, cuando estaban terminando de armar todo, y me puse a charlar con los productores”, agregó.
Durante la jornada se realizaron talleres de lombricompost, cromatografía gaseosa de suelo, multiplicación de plantas aromáticas y nativas. Hubo radio abierta y actividades para los niños en las que pudieron reflexionar sobre la importancia de la conservación de semillas. También se realizó una feria de la agricultura familiar, donde se ofrecieron productos de elaboración propia directamente al consumidor.
“Nuestra intención es promover la soberanía alimentaria, que la gente tome conciencia que es importante conservar nuestras semillas criollas porque de esta manera decidimos sobre nuestro sistema alimentario y productivo”, comentó Inés Lorello del INTA La Consulta.
El ProHuerta acompañó en la promoción de la autoproducción de semillas. Esta es una práctica sencilla que permite obtener semillas adaptadas a cada zona (a su clima y a su suelo), y asegurar de esta manera los alimentos de cada año. En este sentido, uno de los objetivos que persigue el programa es que los pequeños productores no dependan de insumos agrícolas externos (no deban comprar o recibir semillas) y puedan garantizar su abastecimiento y el de sus comunidades a través de los mercados de cercanía.
La sopa de maní, el picante de pollo, la chaya de pavo, la comida vegetariana y el chivo a las brasas, entre otros platos, fueron el convite del encuentro de este año. Alrededor del fuego, referentes de comunidades y del Valle de Uco compartieron sus recetas, esas que heredaron de generación en generación y mantienen vivas en sus mesas.
Es que el alimento –afirmó Lorello- forma parte de nuestra cultura y es producto de las semillas que conservamos. “El objetivo de la degustación fue intensificar el eje temático de la feria que fue la soberanía alimentaria, reflexionar cómo las semillas están asociadas a una cultura, que es la forma como se cultivan, conservan y consumen”, explicó la técnica.
“Cada vez se suma más gente, gente del campo y de la ciudad. Hay mucho entusiasmo respecto al tema y mucha concientización de lo que es cuidar nuestros cultivos nativos y nuestros recursos genéticos”, finalizó Lorello.
Fuente: Prensa INTA