En el primer cuatrimestre del año bajó 12%. En el mercado interno los despachos se redujeron 13%, mientras que las exportaciones de fraccionados se redujeron 9%.
No hay brotes verdes en la vitivinicultura, al menos, así lo demuestran los números generales, que da a conocer mes a mes el Instituto Nacional de Vitivinicultura. Es que la combinación entre la retracción general de la economía y una cosecha de 19 mil quintales, ha dado por resultado comercial: menos consumo y menos exportaciones.
La comercialización total de vino fraccionado en volumen mostró una baja del 12,4%. Desglosado: en el mercado interno se vendieron 2,5 millones de hectolitros, unos 380 mil hectolitros menos que en 2016, lo que implica una caída del 13,1% en solo cuatro meses.
En el mercado externo los vinos fraccionados no tuvieron mejor suerte y bajaron en volumen 9,1%. De esta baja, uno de los resultados que más preocupa al sector, es la caída de las exportaciones de vino embotellado, en este sentido, se dejaron de vender 41.076 hectolitros (-7%).
«Acá tenemos varios problemas: por un lado, la segunda cosecha más chica en más de 50 años y por otro, la retracción del consumo y la inflación. Entonces, la cosecha chica hace que los precios de la materia prima estén por las nubes, eso se traduce en aumentos en la góndola. A esto hay que sumarle la inflación y eso genera un escenario en donde cae el consumo de vino», estimó Juan Carlos Pina, gerente de Bodegas de Argentina.
Cabe recordar el salto que dieron los precios de los vinos al público.
Según datos de CCR, entre enero y febrero, el segmento bajo que el año pasado tenía un precio promedio de $ 33,12, ahora está en $ 55,85, lo que deja una suba del 69%.
El segmento medio, que en 2016 tenían un precio promedio de $ 44,88 y en los primeros meses de 2017 se elevó a $ 74,19 (65% de suba).
La categoría «alta», que el año pasado tenía un precio promedio por litro de $ 73,82, hoy los vinos que se encuentra a $ 112,14, lo que deja una suba del 52%, y con un porcentaje similar estuvieron los del segmento «superior» que pasaron de $ 119,22 a $ 171,05.
Por su parte, Sebastián Lafalla de la Asociación de Viñateros de Mendoza y miembro del Fondo Vitivinícola de Mendoza, estimó que «el consumo en el mercado interno cae porque no es ajeno a la situación económica del país. En general el consumo de alimentos cae, como por ejemplo el de carne, nosotros no estamos fuera de este escenario».
En tanto, sobre la situación en las exportaciones de vino, Lafalla fue contundente al asegurar que se necesita «competitividad para poder exportar» y agregó «hoy tenemos un dólar quieto con inflación en todos los insumos, eso no permite mantener los mercados».
Mosto con serios problemas
Las estimaciones de conseguir unas 100 mil toneladas de mosto para exportar quedaron truncas, tras la baja cosecha de 2017 y la comercialización parece complicarse. Para Sergio Colombo, gerente de la Cámara de Exportadores de Mosto, este año se elaboraron unas 85 mil toneladas de mosto, una cifra inferior a la esperada. Pero los datos sobre cómo están funcionando los negocios en el exterior para Jugo concentrado de uva son preocupantes.
Según el INV, entre enero y abril de 2017 cayeron 54,35 las exportaciones de mosto. En total se han enviado al exterior unas 15.905 toneladas versus las 34.791 toneladas exportadas en el mismo periodo de 2017.
«Fundamentalmente esto está sucediendo porque Argentina es cara con respecto del jugo de manzana y por el otro lado también está con menos oferta. Se elaboraron 85 mil toneladas, no es un mal número en función de lo que se cosechó. Hoy una tonelada de mosto concentrado está alrededor de los 1.400 dólares la tonelada, mientras que la jugo concentrado de manzana está en 1.200 la tonelada».
No obstante, Colombo se muestra confiado con lo que puede pasar el resto del año: «hay que esperar el resultado de las cosechas en el hemisferio Norte, ya que al menos en Europa han existido heladas que podrían afectar la provisión de mosto de esos destinos».
Fuente: Los Andes