Hoy vuelvo a escribir y rememorar algo que siempre digo, la economía es una ciencia social. Es fundamental este concepto, porque explica de alguna forma la volatilidad de nuestra economía, pues lo que somos como país lo somos en la economía.
Otra idea que quiero hacer semilla e implantar es la siguiente: erróneamente las últimas manifestaciones oficialistas le han hecho creer a la gente que existen dos corrientes fuertes en cuanto a pensamientos económicos, una idea o sistema o movimiento es el neoliberalismo o neoclasicismo; al otro podríamos llamarle el clasicismo.
En primera instancia digo que sí existió una diferenciación de pensamientos: diferencia que se generó porque los neoclásicos criticaban a los clásicos respecto a cómo solucionar problemas de recesión. Los primeros, más laxos, libres, dejan que los precios y el mercado cuasi se regulen solos, mientras que los clásicos no. Desde ya, en un país donde necesitamos unión, que nos hagan creer que somos de los unos o de los otros nos complica de sobremanera.
El segundo punto importante es el siguiente, no existe en el mundo país que haya aplicado políticas totalmente clásicas o liberales. Esto significa que cada país busca equilibrar sus fluctuaciones económicas con un conjunto, paquete o cúmulo de medidas macro económicas y micro para generar desarrollo sustentable de la economía. Ni más ni menos que tratar de satisfacer todas las necesidades de quienes la forman, y hacerlos lo más felices posible.
Por eso que digan que el oficialismo es clásico y no liberal, es un error y viceversa. Este gobierno ha tomado medidas liberales, y las seguirá tomando seguramente, porque no está mal ni bien, es un modo de tratar de enderezar el barco de acuerdo a lo que, según la ideología del gobierno, piensa que deben hacerse las cosas. Así como es correcto que intervenga mercados para controlar, fijar precios en monopolios, etc. No existen medidas totalmente de un color u otro, sólo son parte de un todo. No existen medidas incorrectas o correctas. Sólo existen malos o buenos momentos para tomarlas, o buenas o malas implementaciones, o sea formas.
Habiendo dicho esto, no es lógico pensar que el recorte de un subsidio no es un ajuste, tampoco es lógico pensar que un ajuste sólo tiene que ver con recortar gastos.
Si vemos nuestras pequeñas economías (por ejemplo las de nuestras casas) vemos las siguientes situaciones: si el padre o madre, o ambos, ven deprimidos sus ingresos, automáticamente, los gastos disminuyen. Se consume menos, se ahorra menos, o simplemente se ordena el gasto familiar, existen cosas que se dejan de hacer. Esto sucede en muchas familias argentinas y del mundo. Entonces, si nosotros hacemos esto en nuestra casa, por qué no poder hacerlo a nivel general. En el país.
Por eso no es malo decir, ajuste, además de que un ajuste no sólo puede significar una disminución, sino que en realidad significa tener la capacidad de reorganizar, u ordenar, para luego del diagnóstico -si es necesario- aumentar el gasto o disminuirlo. Ciertamente el ajuste tiene que ver con verificar posibles errores.
Encuentro además gracioso que muchas opiniones vayan en contra del ajuste, negándose a éste nuevo orden, cuando por ejemplo estas microeconomías se endeudan, y lo que hacen es transferir esa falta de financiamiento a otra cadena del eslabón. Lo vemos objetivamente en el caso de las provincias y municipalidades, unas y otras están endeudadas con la nación, transfieren sus deudas para financiarse, pero no quieren tampoco ordenar o ajustar sus gastos.
Redondeando mis ideas, no debemos tener miedo a la palabra ajuste -sí debemos objetar que no haya sido realizado cuando la economía estaba con más estabilidad para soportarlo- pero no debemos temer, pues permanentemente los realizamos en nuestras casas, trabajos, y diferentes lugares.
La otra frase concluyente es que por más que le llamen como le llamen a las cosas, de una forma u otra, las decisiones deberán ser las indicadas. Si es necesario ajustar y recortar subsidios, será conveniente hacerlo, si es necesario hacer o tomar otra medida que brinde estabilidad a la incertidumbre actual deberemos acatarla, tal como lo hacemos en casa.
Pero no debemos negociar la posibilidad de que traten de tomar las decisiones correctas, aunque a ellos les parezcan políticamente incorrectas, por una cuestión de votos. Todavía, en mi humilde punto de vista estamos a tiempo de ser un país de más de diez años de ciclo económico estable.
Un comentario
está buenísimo hablar de ciertos paisajes económicos, invita al lector a reflexionar, pensar, cuestionar
Los comentarios están cerrados.