Además del cóndor están el pichiciego, el cardenal amarillo, una rana y el águila coronada. En Mendoza hay más de 300 especies relevadas.
Según datos del inventario de fauna 2012-2017 realizado en las Áreas Naturales Protegidas de la provincia, hay más de 300 especies animales entre aves, mamíferos, reptiles, anfibios y otros.
De ellas, tal como confirmaron desde el departamento de Fauna de la secretaría de Ambiente, cinco son las que se encuentran en estado de conservación crítico.
Dentro de éstas, tres están en peligro de extinción: cardenal amarillo, ranita del pehuenche y águila coronada. Mientras que una se considera amenazada: el cóndor andino; y otra vulnerable: el pichiciego.
“Sabemos que no se puede descuidar ninguna especie, pero para trabajar nos centramos principalmente en las que tienen un estado de conservación crítico”, explicó Adrián Gorrindo, jefe del departamento de Fauna.
Detalló que dentro del estado de conservación hay tres categorías: peligro de extinción, amenazada y de preocupación menor, y que a nivel nacional se encargan de agrupar las especies dentro de estas jerarquías.
“En Mendoza las tres que están en peligro de extinción son el águila coronada, cardenal amarillo y la ranita del pehuenche”, detalló.
Con respecto al cóndor andino, especie afectada por lo sucedido en Malargüe, precisó que está declarado monumento natural según la ley provincial 6.599 y que se considera una especie amenazada a nivel país, es decir, en una categoría menor a la extinción.
“A pesar de lo sucedido no se puede determinar a la ligera si pasó a la categoría de peligro de extinción porque no hay un censo de la especie en el país”, informó el director de Fauna.
Sí aclaró que si sigue sufriendo un impacto negativo como el de Malargüe, el cóndor puede llegar a entrar en esta nueva categorización.
Dentro de las especies en estado crítico de conservación, el funcionario nombró al pichiciego, al cual se lo considera en otra categoría: estado vulnerable.
“Se encuentra en un estado delicado de conservación, pero se sabe poco porque es un especie muy difícil de relevar, ya que vive bajo tierra”, detalló.
De todas formas, señaló que se presume su estado crítico por la pérdida de su hábitat tras los incendios forestales.
Alta presión de la caza
Además de las especies nombradas, Gorrindo aseguró que también se centran en las afectadas por la presión de caza. “Se trabaja para que no se conviertan en especies amenazadas o en peligro de extinción”, remarcó.
En esta categoría entran siete cuchillos, mara, quirquincho, guanaco y ñandú. “Hacemos foco en ellas a través de controles porque diferenciamos lo que es la caza ancestral, que es una práctica cultural muy arraigada, de la cacería para venta y posterior consumo, que es la más agresiva”, detalló.
Otros mamíferos como el zorro, el puma y las aves carroñeras como el cóndor están expuestos a envenenamientos, tal como sucedió en el sur provincial. “Sufren el impacto de tener que convivir con el ganado doméstico en su hábitat natural”, explicó.
Para el funcionario, se trata de una problemática preocupante, porque se utiliza un agrotóxico que no es selectivo sino que afecta a toda la cadena trófica.
Gorrindo aseguró que desde el área de Fauna han trabajado en pruebas piloto en Malargüe, aplicando medidas de ahuyentamiento de los predadores para evitar este tipo de situaciones.
“Son medidas que se utilizan en los corrales pero cuando el ganadero tiene el ganado extensivo en plena cordillera y no tiene suficiente personal cuidando, es imposible que no sufra un efecto de la fauna silvestre”, reconoció.
Por esta razón, para él lo fundamental es llamar a la reflexión a los productores y contar con su colaboración para un mejor manejo de los animales.
Ganaderos vs. predadores
Para Ricardo Ojeda, investigador de biodiversidad del Instituto Argentino de Investigaciones de Zonas Áridas (Iadiza), es muy difícil contabilizar la cantidad de especies que hay en la provincia, ya que a nivel mundial se han clasificado solamente 1,7 millón cuando hay estimaciones que hablan de más de 10 millones en el planeta, “de las cuales no conocemos ni tenemos nombradas”.
Además, según él, sólo un pequeño porcentaje de las mismas está dentro de alguna categoría de especies amenazadas.
Sobre la muerte de los cóndores en Malargüe, consideró que “sale a la luz un viejo conflicto que está en todo el mundo entre ganadería y predadores. En Estados Unidos se ve con el coyote y los lobos”, ejemplificó: “Son problemas que están y hay que enfrentarlos. Las mismas direcciones de Ambiente tienen que proveer a los ganaderos de protocolo y normas para evitar este tipo de situaciones”. De hecho, según su visión, no alcanza solamente con atrapar al responsable, lo cual por supuesto considera necesario. “Lo que falta es la presencia del Estado en lugares aislados. Hay que atacar el problema más que ocultarlo”, remarcó.
Como medidas propuestas, Ojeda enumeró la realización de talleres multisectoriales para brindarles información y capacitación, además de la utilización de perros pastores, entre otros.
“Entiendo que hay otras medidas que pueden ayudar a mitigar parte del daño y evitar acciones de este tipo, como que se reconozca a los crianceros parte del ganado que pierden por los predadores”, sumó.
Confirmado: el carbofurano mató a los 34 cóndores
El fiscal Javier Giaroli, que investiga la muerte de los 34 cóndores, confirmó ayer a Los Andes que los peritos de la Policía Federal concluyeron las tareas que se les habían solicitado.
Los científicos tomaron muestras de tierra, agua y flora del lugar de los hechos y este material fue remitido (garantizando la cadena de custodia) al laboratorio del Cuerpo Médico Forense, quedando a la espera de las conclusiones e informes resultantes de su análisis.
Según el fiscal, el titular del laboratorio de la ciudad de Buenos Aires -que se encuentra analizando las primeras muestras que se tomaron de los animales muertos- precisó que se había logrado determinar que presentaban rastros de carbofurano. De este modo, se confirma la hipótesis original sobre la causa de la mortandad. En la brevedad se remitirá el informe resultante.
También se realizaron y se están ejecutando otras medidas con la colaboración de Policía Rural y de la Unidad Investigativa de Malargüe en los parajes de Valle Hermoso, Las Leñas, Los Molles y el Sosneado. Sobre esto se ampliará a la brevedad, a fin de no frustrar líneas investigativas.
(Fuente: Diario Los Andes)