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Se creó un internado para los aspirantes a policías auxiliares: los del Valle de Uco se alojarán este mes

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Desde mediados de abril, más de 200 aspirantes a auxiliares de la Fuerza estarán alojados en el predio ubicado en Panquehua.

Por primera vez en su historia, el Instituto Universitario de Seguridad Pública (IUSP) de Mendoza tendrá a sus cadetes internados en un centro de entrenamiento especialmente preparado para que, al cabo de un año, los alumnos salgan a patrullar las calles con el rango de auxiliares.

El proyecto es ambicioso pero ya está en marcha y se prevé que para mediados de este mes los más de 200 alumnos que ya comenzaron a cursar comiencen a hacerlo en el predio ubicado en el kilómetro 20 de la ruta provincial 52 en Panquehua, Las Heras, donde hace años funcionaba la cementera Minetti.

En el lugar, los cadetes podrán realizar prácticas en un polígono de más de 20 líneas de tiro, ensayar maniobras con los móviles para obtener el carnet profesional de conducir, maniobrar motos, entrenar con canes de esa División y montar los caballos de ese Cuerpo Especial de la Policía provincial.
“En 2016 el Ministerio de Seguridad de la Nación encaró, a través de la Subsecretaría de Formación y Planes de Seguridad, el proyecto de la Ley Federal de Formación Policial. Así se armó el Consejo Asesor Federal de Formación Policial (Cafop) que permite compartir experiencias con institutos de todas las provincias”, explica Alejandro Antón, director del IUSP y de Cafop.
El intercambio de experiencias en el Consejo y el conocimiento de las necesidades de instrucción en la Fuerza lo llevaron a encabezar el ambicioso proyecto de crear el internado por primera vez en la historia del Instituto.

“El internado funciona pero no en su forma tradicional. Porque es muy costoso y porque supone que, al estar internados un año, los cadetes están aislados de la sociedad. Genera un muy buen espíritu de cuerpo pero ese espíritu después puede trasladarse a actos de corrupción, de encubrimiento, etcétera”, explica Antón.

“El aislamiento total funciona para algunos cuerpos especiales militares pero no para el policía, que debe estar en contacto con la sociedad”, agrega en diálogo con Los Andes.

A diferencia de otras provincias, en Mendoza las delegaciones del IUSP se ubican de manera dispersa en el territorio. Por eso se utilizará un sistema modular.

“El predio está predestinado a lo que se denominan prácticas profesionalizantes. Los alumnos van a estar alojados por módulos a partir de este mes. Por ejemplo, los de Valle de Uco irán del 15 de abril al 30, los de San Rafael del 30 al 15 del mes siguiente, y así por módulos”, detalla el funcionario.

Y amplía: “Lo hacemos así porque tenemos que interrumpir las clases teóricas que tiene en cada delegación el curso de auxiliares. Y además para hacerlo progresivamente. Esos módulos en los que va a venir el alumno se repetirán con distintos objetivos y con más tiempo”.

“El último mes, cuando terminen con la carga curricular, tenemos la idea de que participen pero no con los compañeros de sus cursos sino con los de la provincia. Vamos a traer 10 alumnos de Alvear, 10 de Junín, 10 de acá y van a vivir y a trabajar juntos”, ejemplifica Antón, quien es consultor en seguridad.

“Los institutos que tienen internado obtienen muy buenos resultados ya que el instructor está permanentemente mirándolos, y se empiezan a ejercitar otros valores y saberes: la convivencia, la responsabilidad, los horarios, el grupo de pertenencia. Es un saldo muy positivo”, afirma.

Hace más de 30 años el antiguamente llamado Liceo Policial tenía internado de lunes a viernes. Estaba ubicado en la Playas Serranas de Parque, donde hoy funciona el museo Cornelio Moyano. Pero en la actualidad, con cambios de paradigmas en la formación policial, Mendoza no había tenido a sus cadetes internados.

Centro de Entrenamiento Policial

El predio que prepararon y que dentro de unos días recibirá a los alumnos del IUSP pertenecía a  la fábrica de cemento Minetti. La planta propiamente dicha no fue utilizada sino otras edificaciones donde hoy existen aulas y habitaciones que usarán los futuros policías.

“Cuando recibimos el predio estaba en muy mal estado. No tenía cloacas, no tenía agua. Es un predio muy grande donde hicimos baños nuevos, cocina, aulas y ahora el polígono”, detalla Antón.

Y agrega posteriormente: “La idea es que el alumno vaya, maneje, estén los perros, estén los caballos, estén las motos. Entonces al alumno lo vamos a ir metiendo en el mundo policial y armaremos el viejo destacamento-escuela, donde el estudiante está como si estuviera en una comisaría”.

El lugar también contará con una ambulancia para casos de emergencia y hasta una lavandería donde los cadetes podrán lavar su ropa. Comenzar a trabajar en el predio implicará el traslado de personal que realiza tareas administrativas.

Un polígono de lujo

La Policía de Mendoza no tiene polígono, sino una ripiera donde los uniformados realizan las prácticas de tiro. Así y todo es solicitado incluso por miembros de otras fuerzas de seguridad para practicar allí. El nuevo Centro de Entrenamiento Policial tendrá un polígono homologado con estándares internacionales.

Días atrás, Vialidad comenzó a llevar la arena para nivelar el terreno donde habrá más de 20 líneas de tiro. El espacio a cielo abierto contará además con parquizado, baños, luces y hasta churrasqueras.

“Como fuerza de seguridad no es necesario respetar lo que pide el ex Renar, actual Anmac, para armar un polígono. Pero si logramos tener el polígono homologado por la Anmac podremos unir la comunidad del tiro a la Policía”, se entusiasma Antón.

“En la parte privada hay muy buenos tiradores. Queremos juntarlos para intercambiar experiencias. Para eso el polígono tiene que estar homologado cumpliendo diferentes exigencias”, agrega. Eso permitirá además traer instructores de otras partes del mundo para capacitar a los uniformados mendocinos.

“Estamos sembrando. Por eso le damos mucha atención al alumno, planificamos, contratamos, edificamos. Más del 90 por ciento termina de cursar y se recibe. El premio es una buena capacitación y un buen trabajo”, concluye Antón.

Fuente: Los Andes

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