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Se calienta el conflicto en Tupungato por las tierras fiscales

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Fuente fotografía: radio comunitaria de Tupungato "Sin dueño"
.Fuente fotografía: radio comunitaria de Tupungato «Sin dueño» FM 97.1

Varias familias temieron ser desalojadas, mientras el particular que litiga la zona levantó un nuevo alambrado que impide que la Comuna retire áridos.

Hace unos días saltó a los medios un conflicto que mantiene el municipio tupungatino y un particular, por un terreno de alrededor de dos mil hectáreas, en donde se ubica la ripiera municipal. Por el conflicto, la última semana el intendente Joaquín Rodriguez terminó a las piñas para defender el predio que, fue expropiado por la provincia en el año 2013 y traspasado al municipio por la misma época.

Esta mañana, la situación se complicó más, cuando personal policial llegó hasta la zona para custodiar el predio, despertando el alerta de familias que viven en el lugar desde hace varios años, que temían por un posible desalojo. En ese momento, lo más claro que se podía observar fue una gran confusión, con versiones cruzadas de un lado y de otro.

Consultadas diversas fuentes pudo saberse que:

Varias familias viven desde hace años en la orilla del predio que se encuentra en conflicto, y cuentan desde el año 2013 con un compromiso municipal, de que, además que se respetarán sus derechos adquiridos (estas familias llevan más de diez años viviendo en el lugar), también se ayudará a gestionar las escrituras. Antes de que la provincia expropiara los terrenos, Fiscalía de Estado hizo un relevamiento y verificó que había 28 personas viviendo en el lugar, por ello se contempla la entrega de escrituras a estas familias, una vez que el municipio tome la posesión. Vale mencionar que actualmente estas familias están trabajando con una reconocida bodega de la zona, limpiando los alrdedores y realizando diversas obras para evitar inundaciones.

Por otro lado, en los últimos meses, otras personas habrían intentado asentarse en otro lugar del terreno (a 7 kilómetros aproximadamente de las primeras familias). En relación a estas personas el Fiscal interviniente habría dictaminado que se erradique cualquier tipo de asentamiento. En relación a estas nuevas ocupaciones, hay versiones cruzadas: algunos dicen que en este lugar no hay personas viviendo, y solo se trata de tomas de posesión a través de alguna construcción precaria (plantación de palos, chapas, etc.); otras versiones dicen que ya había gente viviendo ahí. Sí es un hecho que, ante la orden de erradicación, algunas personas pasaron la noche en el lugar, para evitar el desalojo, y que por el momento la policía custodia para evitar el ingreso de más personas. Un hecho importante, y no menor, a tener en cuenta es que, este lugar donde se habrían intentado establecer las nuevas familias es un sitio muy riesgoso, ya que se ubica a la vera del arroyo Anchayuyo, un cauce que crece considerablemente durante la época de tormentas.

En síntesis, esta situación de familias que reclaman sus derechos adquiridos a partir de más de diez años de posesión, y de nuevos asentamientos, está enmarcada en el conflicto que mantiene Abel Cipriano Bellido (y su hijo David Bellido), que dice ser propietario de las dos mil hectáreas, y la Municipalidad de Tupungato, que desde el año 1967 extrae áridos de ese lugar para obras locales. El municipio está a la espera de que el Fiscal interviniente se expida, ya que desde la semana pasada cuando comenzó el conflicto no se ha podido ingresar a la ripiera. Según informaron desde la comuna, si esto no se resuelve se deberá destinar aproximadamente diez mil pesos diarios para hacer frente a las necesidades de áridos. También se supo, que ayer martes, el intendente Rodríguez llegó al lugar acompañado de la Policía, encontrando que el portón de ingreso había sido roto, y que se había levantado un nuevo alambrado que impide que los camiones municipales ingresen a la ripiera, acciones que se atribuyen al particular que litigia por el predio (Bellido).

Mientras tanto, la policía está apostada en la zona, garantizando que no haya conflicto, a la espera de la llegada del fiscal, un hecho relevante de por sí en nuestra región, ya que sería la primera vez que un fiscal se presenta en el lugar del conflicto para garantizar y ordenar la situación.

Por Paula Hinojosa