Sufrió cáncer y hoy está curada. Con gestos solidarios, quiere devolverle a la vida y a Dios, la oportunidad de poder salir adelante.
María Antonia Catalán es celadora de la escuela Libertad 1-460, un establecimiento rural que está ubicado Piedras Blancas, en el distrito de Pareditas, en San Carlos.
Allí, donde el frío azota mucho más que en varias zonas del resto de país, decenas de chicos asisten de lunes a viernes para recibir clases.
La mujer- que trae consigo una conmovedora historia de vida y superación- tuvo un noble gesto y decidió tejer gorritos de lana para que los niños permanezcan abrigados durante su estadía en la escuela y también fuera.
«He pasado por situaciones muy difíciles en mi vida, me he curado de un cáncer de colon que después de cinco años se me fue al pulmón. Es un agradecimiento a Dios, a la vida, por darme otra oportunidad de seguir. Hago esto para devolverle a Dios un poco de todo lo que él da» contó Antonia en comunicación con El Cuco Digital.
«Me ayudaron mis hermanos a tejer porque con tanta quimio y tantos rayos que me han hecho a veces se me adormecen las manos. También colaboraron con lanas que hoy en día han aumentado muchísimo».
Fueron alrededor de 20 los niños que recibieron sus gorritos con mucha satisfacción. Y ahora, Antonia, en la que medida que su tiempo se lo vaya permitiendo quiere seguir colaborando para que más chicos de esa escuela tengan un abrigo.