Por Alejandrina Zotelo
San Carlos es reconocido por sus producciones de orégano, una aromática que perfuma cada alimento de una manera especial. Como cada proceso de producción, no es simple y requiere un arduo tratamiento en su elaboración. De este modo, los pequeños productores de la región han atravesado por diversas problemáticas que han debido afrontar. Actualmente muchos de ellos apuestan a su trabajo mediante la unión con sus pares en pos de fortalecer un sector históricamente vulnerable. En este sentido, integrantes de la cooperativa “Aromáticas Sancarlinas” nos relatan su experiencia y la importancia de trabajar en conjunto pensando en las necesidades y aspiraciones comunes de todos sus miembros.
Don Bruno Chávez vive en el distrito de Tres Esquinas. Sobre la tranquilidad de la calle Daniel Guevara posee a penas una hectárea de plantación de orégano que trabaja junto a Nelly Becerra. Ambos forman parte de la cooperativa “Aromáticas Sancarlinas” que se inició en el año 2009 en vistas de beneficiar conjuntamente a cada integrante de la misma. “Lo mejor es la unión, lo que queríamos nosotros era unirnos, ayudarnos los unos a los otros” afirma Bruno.
Don Chávez, o “Quito” como lo conocen en su pueblo, hace 40 años que trabaja en el orégano. Con su vasta experiencia en el sector comenta lo difícil que resulta en ocasiones el proceso, más aún cuando se dispone de pocos recursos como maquinarias. El seguimiento debe ser constante ya que hay proteger la planta de las malezas, evitando los agroquímicos.
Asimismo relata que en épocas de “corta” el trabajo aumenta ya que se debe efectuar un trabajo minucioso y estar atento a las inclemencias climáticas. “No ha sido fácil, es sacrificio” admite Quito.
Enero es la época donde se realiza tal actividad y desde la plantación hasta la comercialización cada trabajo es llevado a cabo por Quito y Nelly. Según afirma Bruno, es complicado contratar a terceros porque deberían pagarles jornales y no les gustaría no poder cumplir con tal pago.
Por otra parte el pequeño productor relata que antiguamente vendía su producción a diversos intermediarios, quienes disponían el precio de su producto y lo vendían a un valor mucho más elevado de lo que recibía. “Antes me compraban el orégano a granel. Nosotros lo trillábamos y lo embolsábamos y si él decía que valía cinco, bueno valía cinco pesos y chau. A lo mejor nos pagaba eso y lo vendía a doce o trece”, agrega.
En este contexto, frente a las injusticias en el mercado y las necesidades de los productores, se reunieron para formar una cooperativa. Hoy son 24 integrantes y cada uno de ellos está inscripto en el Registro Nacional de Agricultores Familiares.
Así Nelly Becerra expresa que se reúnen todos los meses intentando construir un espacio que beneficie a todos. De la misma manera participan en las mesas zonales del Foro Nacional de Agricultura Nacional. En los encuentros como testifica don Chávez “se habla de lo que se ha hecho, de lo que no se ha hecho, cada uno da su opinión”.
En este sentido, luego de tanto esfuerzo, han conseguido crecer como cooperativa de modo que ya tienen, a través de subsidios, algunas maquinarias y un lote sobre la Ruta 40 en Chilecitos en el que construirán la oficina, un galpón, entre otras cosas.
Nelly es representante del FONAF y afirma que ser parte del mismo ha permitido que la cooperativa obtenga ciertos beneficios como la obtención del monotributo y el acceso a asistencia técnica que admite el desarrollo de cada uno de los integrantes de “Aromáticas Sancarlinas”.
Ciertamente al grupo le queda mucho por crecer pero representa un éxito haber conseguido dar tantos pasos considerando que como cuenta Bruno, llevaban años y años vendiendo su trabajo por nada y ahora, a través de la participación del pequeño sector unido mediante el Foro a lo largo del país, lograrán fraccionar, vender, y continuar pensando en un bien colectivo desinteresado e igualitario.