> Calendario del Archivo de Noticias <

Salud: alerta epidemiológica por un caso de rubéola

WhatsApp
Facebook
Twitter
Imprimir

Se trata de un nene de siete años, que no había sido vacunado. La noticia fue confirmada por la Secretaría de Salud de la Nación y es el segundo contagio en lo que va del 2019.

La Secretaría de Salud de la Nación emitió una alerta epidemiológica en la Ciudad de Buenos Aires debido a un nuevo caso de rubéola que contrajo un chico de 7 años que no estaba vacunado. El nene que vive en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, presentó fiebre, erupción en la piel, aumento de tamaño de un ganglio linfático, tos y catarro.

En este momento se investiga la fuente de infección y están bajo seguimiento los contactos del menor. Un hermanito presentó una erupción compatible con la enfermedad, aunque en su caso están pendientes los análisis del laboratorio.

El caso porteño es el segundo que se detecta de rubéola en el país en lo que va de 2019. El otro surgió en la provincia de Córdoba. Los últimos casos endémicos de rubéola se habían detectado en 2009. Desde entonces, y hasta fines de 2018, se habían detectado solamente cuatro casos, los dos últimos en la órbita porteña en 2014.

La rubéola es una infección viral contagiosa que se distingue por un sarpullido característico. Aunque comparte el sarpullido rojo con el sarampión, no es la misma enfermedad, ya que la causa es un virus diferente. En efecto, no es tan infecciosa como el sarampión.

Las autoridades recomiendan una dosis de vacuna triple viral (sarampión-rubeola-paperas) entre los doce meses y los cuatro años de vida. A partir de los cinco años, se deben acreditar dos dosis con doble o triple viral después del primer año de vida. No se recomienda vacunación a los nacidos antes de 1965, porque se los considera inmunes a la enfermedad.

Ante un posible caso de rubéola se recomienda informar de inmediato a las autoridades sanitarias, recolectar muestras para diagnóstico etiológico a través de una muestra de sangre e hisopado nasofaríngeo, así como el aislamiento del paciente hasta los siete días posteriores a la aparición del exantema, para evitar contagios.