Desde el Gobierno mantienen que se pulveriza porque el período de tiempo es adecuado y que los trabajos se realizan a 200 metros de las zonas pobladas para evitar riesgos.
Tras los reclamos en el Valle de Uco, las manifestaciones contra el Iscamen y las pulverizaciones aéreas se trasladaron hasta el centro de Mendoza donde vecinos, productores de la región valletana, Lavalle y Maipú, agrupaciones ambientalistas y agrónomos se reunieron ayer en la puerta del SENASA para exigir una respuesta a su reclamo por la peligrosidad que representa el químico que se utiliza para combatir la Lobesia Botrana.
«Estamos preocupados por la droga que se van a utilizar ya que el producto tiene una toxicidad clase 3 lo que significa que puede producir enfermedades crónicas. teniendo en cuenta que las clases de peligrosidad son 4» explicó Martín Betancud, ingeniero agrónomo integrante de Unión de los trabajadores sin tierra (UTST).
«Las pulverizaciones de este producto se están dejando de hacer en todo el mundo. El Gobierno dice que es de última generación pero no lo es», continuó. Además manifestó que «no se realizó ningún estudio de impacto ambiental ni sobre los efectos que puede generar en la población vulnerable (niños, embarazadas y ancianos)».
«Estamos ´muy flacos´ en la legislación de aquímicos, data del 94 y no contempla las pulverizaciones aéreas».
Según explicó Bentancud, el producto que se utilizará para combatir la polilla de la vid, es de «contacto e ingesta»: «para ser efectivo debe llegar específicamente al racimo. Existen barreras forestales, telas antigranizo, si el producto no llega a destino no sirve.
Desde el Gobierno remarcan que las pulverizaciones fueron avaladas por un comité Técnico-Científico compuesto por los organismos sanitarios nacionales (SENASA e INTA) y los provinciales (ISCAMEN, Gobierno de San Juan y otras provincias vitivinícolas), además del INV, INASE, IDR, Facultad de Ciencias Agrarias, y los representantes del sector privado, y que los trabajos son inocuos para humanos, platas y animales y se realizarán a más de 200 metros de distancia de zonas pobladas, o de escuelas y hospitales, para evitar riegos.
Por su parte, la próxima medida que llevarán a cabo los manifestantes será la presentación de un amparo que buscará frenar las fumigaciones aéreas.
Foto: Gentileza (Asamblea Popular por el Agua)