Los incendios están ocurriendo a un ritmo récord en la selva amazónica de Brasil, y los científicos advierten que podría dar un golpe devastador a la lucha contra el cambio climático.
Los grupos ambientalistas han estado haciendo campaña durante mucho tiempo para salvar el Amazonas, culpando al presidente de extrema derecha de Brasil, Jair Bolsonaro, por poner en peligro la vital selva tropical. Lo acusan de relajar los controles ambientales en el país y alentar la deforestación.
Las políticas ambientales de Bolsonaro han sido controvertidas desde el principio de su mandato. Bolsonaro, excapitán del Ejército, hizo promesas de campaña para restaurar la economía explorando el potencial económico de la Amazonía.
Hace apenas unas semanas, el director de INPE fue despedido después de una disputa con el presidente; el director defendió los datos satelitales que mostraban que la deforestación era un 88% más alta en junio que el año anterior, y Bolsonaro calificó los hallazgos de “mentiras”.
Bolsonaro también criticó las advertencias de deforestación de la agencia como dañinas para las negociaciones comerciales, según la agencia de noticias Agencia Brasil.
La postura favorable a las empresas de Bolsonaro puede haber envalentonado a los madereros, agricultores y mineros a tomar el control de un área en crecimiento de tierras amazónicas, dijo Carlos Rittl, secretario ejecutivo de la organización ambiental sin fines de lucro Observatorio do Clima (Observatorio del clima).
Los recortes presupuestarios y la interferencia federal hacen que sea aún más fácil para las personas explotar la selva tropical. La agencia de cumplimiento ambiental de Brasil ha tenido un recorte de presupuesto de 23 millones de dólares, y los datos oficiales enviados a CNN por el Observatorio do Clima muestran que las operaciones de la agencia han disminuido desde que Bolsonaro asumió el cargo.
El miércoles, Bolsonaro dijo que la reciente ola de incendios en el Amazonas puede haber sido causada por organizaciones no gubernamentales para atraer críticas internacionales a su gobierno.
“El crimen existe, y debemos asegurarnos de que este tipo de crimen no aumente. Les quitamos dinero a las ONG”, dijo.
“Ahora se sienten afectados por la falta de fondos. Entonces, tal vez los tipos de ONG están llevando a cabo estos actos criminales para generar una atención negativa contra mí y contra el gobierno brasileño. Esta es la guerra que enfrentamos”.
En julio, Greenpeace calificó a Bolsonaro y su gobierno como una “amenaza para el equilibrio climático” y advirtió que a la larga, sus políticas acarrearían un “alto costo” para la economía brasileña.
Activistas y organizaciones ambientales como el Fondo Mundial para la Naturaleza advierten que, si el Amazonas llega a un punto sin retorno, la selva tropical podría convertirse en una sabana seca, que ya no será habitable para gran parte de su vida silvestre. Si esto sucede, en lugar de ser una fuente de oxígeno, podría comenzar a emitir carbono, el principal impulsor del cambio climático.
Fuente: CNN