> Calendario del Archivo de Noticias <

Qué pasará con la economía tras las elecciones del próximo domingo

WhatsApp
Facebook
Twitter
Imprimir

En la previa a las PASO los mercados estaban eufóricos, con un dólar estable y acciones que sobrevolaban a niveles récord.

Pero después de la votación se encontraron con caídas muy pronunciadas de las acciones y de los bonos, una fuerte suba de las tasas de interés y una gran devaluación del peso.

La diferencia entre el contexto de las elecciones de este domingo y el de las PASO es que hoy no hay encuestas y nadie quiere arriesgar cómo serán los resultados. Sumado a esto, el mercado internacional mira con descrédito lo que pasa en la Argentina.

Una de las señales de desconfianza es el dólar, que tiene tres termómetros: uno en función del ahorrista; otro para los grandes operadores y empresas; y el llamado «dólar MEP» que tiene que ver con bonos y acciones en pesos que se llevan a dólares y es el que miran los inversores.

La economía real empieza a mostrar señales claras. Esto se ve, por ejemplo, en las empresas que aceleran la toma de decisiones en tiempos de crisis: Despegar.com -uno de los cinco unicornios de la Argentina (firmas que superaron los US$1000 millones de valuación)- decidió achicar su equipo en el país y en la región; la tabacalera Massalin Particulares -que comercializa marcas como Marlboro y Philip Morris- cerró su planta en Goya, por lo que despidió a 220 empleados; y Kimberly-Clark cerró su planta papelera en Bernal, por lo que dejó de producir papel higiénico y rollos y despidió a 200 empleados.

La culpa por estos cierres es compartida entre Mauricio Macri, con quien la economía y el consumo nunca despegó, y Alberto Fernández, a quien las empresas le temen porque creen que tomará medidas coercitivas para evitar los despidos. A corto plazo, estas medidas son buenas para los trabajadores, pero son complejas a largo plazo porque no generan puestos de trabajo.

También se están produciendo pases en las empresas como el de Gabriel Martino, que abandonará su cargo como titular de la filial local del Banco HSBC, puesto que ejerció durante los últimos ocho años. Martino era un miembro activo del grupo de WhatsApp «Nuestra voz» formado por empresarios. Además, se había cruzado judicialmente con el kirchnerismo por lo que ahora se mudará a la filial de Londres para evitar nuevos conflictos.

Los headhunters (es decir, los cazadores de talentos de gerentes intermedios, directores y presidentes de empresas) reciben dos clases de llamados telefónicos reiterados.

Por un lado, de parte de muchos funcionarios de Cambiemos que habían pasado al sector público y que ahora buscan trabajo porque quieren volver al privado ante este nuevo escenario. Y, por otro, de directores generales de empresas con filiales en la Argentina que llaman preocupados por el devenir del país y la posible vuelta del populismo.

Hoy Milagros Gismondi, actual jefa de Gabinete de Hacienda, le respondió con números a Alberto Fernández con relación a su crítica por los fondos que recibían las provincias con la coparticipación. Así, le demostró que esas transferencias fueron aumentando.

Uno de los ejes está puesto en las empresas unicornio, entre las que está Mercado Libre. Pese al resultado de las PASO, Marcos Galperin -el CEO de esta compañía- se animó a decir que votará a Macri, aunque reconoció que la Argentina tiene la presión impositiva de Suiza y la contraprestación de la África pobre.

También resaltó la importancia de que se realice una reforma previsional y una laboral, cuestiones que son un secreto a voces entre los posibles ministros de Economía de Macri y de Fernández. Galperin se atrevió a dar estas definiciones en medio de la crisis regional.

Estos dichos no son casualidad porque, durante el debate, Fernández «chicaneó» a Macri diciéndole que «uberizó la economía» y asoció a los emprendedores con las irregularidades de las nuevas plataformas. Estos dichos pusieron el grito en el cielo en muchas empresas que temen lo que pueda venir.

El 28 de octubre se develarán las cartas que Alberto y Macri no muestran, pero lo cierto es que las promesas de campaña que ambos proponen son imposibles de cumplir. Uno puede elegir soñar, pero la macroeconomía no te lo permite.

Fuente: La Nación