Como consecuencia de la represión policial murieron seis personas. Tuvo su epicentro en la emblemática polaza Tahir de la capital El Cairo.
Fuentes de seguridad egipcia explicaron a la agencia de noticias EFE que cinco de las víctimas recibieron disparos cuando protestaban frente a la sede del Partido Libertad y Justicia (PLJ) en la ciudad meridional de Asiut.
La sexta víctima, según la citada agencia, es un joven de 22 años falleció hoy en el hospital por las heridas sufridas en un ataque perpetrado por desconocidos contra manifestantes antigubernamentales en la ciudad de Beni Suef.
Sin embargo, otros medios como el diario El País en su edición digital informaron esta noche que los muertos ascienden «al menos a siete» y que cientos resultaron heridas en las ciudades de Asiut, Beni Suef y Fayoum.
En una rueda de prensa, el portavoz de la Presidencia egipcia, Yahab Fahmi, insistió en que Mursi no acepta «imposiciones», pero que no «desconoce» las demandas de los manifestantes.
«El presidente nunca pensó que las demandas del pueblo estén equivocadas, las escucha y las atiende todas», aseveró el portavoz, antes de explicar que el mandatario se reunió hoy con ministros del gabinete para analizar las protestas.
Mientras tanto, en el Cairo se vivió la manifestación más importante desde las protestas de la llamada Primavera Arabe en 2011 que derrocaron al ex presidente Hosni Mubarak.
Varias columnas convergieron en distintos barrios para dirigirse a la emblemática plaza Tahrir, encabezadas por personalidades del Frente de Salvación Nacional, principal coalición opositora, como los ex candidatos presidenciales Hamdeen Sabbahi y Mohamed ElBaradei, informó la agencia de noticias Europa Press.
(FL)Los opositores, representantes de un amplio espectro ideológico, reclaman la renuncia del presidente, al que acusan de querer islamizar al país(F) Además, una multitud similar se concentró en una de las plazas principales de Alejandría, la segunda ciudad más importante del país y el escenario de los enfrentamientos y la represión del viernes pasado que dejaron cuatro muertos, para marchar hacia el barrio céntrico de Sidi Gaber, informó la cadena de noticias BBC.
Aunque miles de personas llegaron de todo el país para sumarse a la protesta en El Cairo, se registraron marchas y manifestaciones en al menos otras 20 ciudades egipcias, entre ellas también Luxor y Port Said.
Ante la masividad de las protestas, el Frente 30 de Junio, organización política que lidera el movimiento opositor y aspira a dirigir una eventual transición política, anunció hoy que mantendrán concentraciones indefinidas en la plaza Tahrir, ante el Palacio Presidencial, y en las principales plazas de todas y cada una de las ciudades de Egipto hasta que Mursi renuncie.
Después de una semana de protestas a favor y en contra del gobierno, enfrentamientos y represión, el centro de la capital egipcia amaneció hoy expectante y casi paralizada ya que mucha gente decidió no ir a trabajar o salir de sus casas, por miedo a posibles enfrentamientos entre opositores y la policía.
Por su parte, miles de simpatizantes del presidente Mursi y del movimiento islámico al que pertenece, los Hermanos Musulmanes, se concentraron en la otra punta de la capital, en Ciudad Nasser, en un intento por contrarrestar al movimiento opositor.
Pero su manifestación quedó opacada por las mareas humanas que inundaron la plaza Tahrir.
Los organizadores de la manifestación en la plaza Tahrir obstaculizaron esta mañana el acceso las calles cercanas con barras de metal, sacos de arena y carteles que advertían: «Prohibido el acceso a los Hermanos Musulmanes», según informó la agencia de noticias DPA.
Al grito de «¡Vete! ¡Vete!» los manifestantes comenzaron a congregarse desde temprano en la misma plaza que fue testigo hace apenas dos años de la caída de Mubarak, otrora hombre todopoderoso del país.
Los opositores, representantes de un amplio espectro ideológico, reclaman la renuncia del presidente, al que acusan de querer islamizar al país y de dar poder a los Hermanos Musulmanes para actuar con los mismos métodos autoritarios que su antecesor.
El movimiento opositor Tamarod (Rebelde), que convocó varias de las manifestaciones celebradas en El Cairo, asegura haber conseguido más de 22 millones de firmas que piden la renuncia de Mursi.
De confirmarse esa cantidad de firmas, se trataría de un número muy superior a los 13,2 millones de votos que el presidente egipcio obtuvo en las urnas el año pasado.
Mursi volvió a rechazar hoy la posibilidad de renunciar.
Sin embargo,Mursi volvió a descartar la posibilidad de renunciar al asegurar el diario británico The Guardian que sSi cambiamos a alguien que fue elegido según la legitimidad constitucional, habría gente que se opondría a ese nuevo presidente y una semana o un mes después pedirían también su dimisión».
El mandatario egipcio, quien siguió muy atento las protestas desde un palacio alejado de la plaza Tahrir, también acusó al «antiguo régimen» de financiar e impulsar las manifestaciones opositoras con dinero «que consiguieron a través de la corrupción».
Fuente: Télam