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«PROnismo», estrategia para salvar el voto a Macri en las provincias

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PronismoFin de semana de minués ensayados y laboratorio de estrategias para el PRO. Los radicales, que en las provincias tienen manejo directo de territorio y, por lo tanto, saben cómo es lidiar con peronismos locales, lograron imponerle al PRO la exigencia de campañas más humanas, menos diagramas de consultora, más contacto físico con el votante. En paralelo, Mauricio Macri escuchó hasta el hartazgo una recomendación desde adentro y fuera del PRO: aceitar el trato con peronistas anti-K para buscar allí el voto que garantice no quedar afuera del balotaje. No irritar al peronismo no oficial, sumarlo a las fórmulas donde aún se pueda. Está claro que a la hora de elegir peronistas para sumar y tentar el voto PJ local los radicales hablan concretamente de traerlos del massismo.
No es sólo la UCR. Cultores de la política multicultural, como Emilio Monzó, en pelea con el purismo de Jaime Durán Barba, vienen poniéndole la cara hace tiempo a un idea básica: es imposible avanzar en muchos distritos sin una pata peronista básica.

Se lo dijeron a Monzó y a Sanz los radicales que cerraban acuerdos en sus provincias incluyendo la boleta de Sergio Massa. Está claro que en ese momento los números de las PASO aún eran una ruleta con pronóstico reservado. Hoy los ejemplos ya se ven en el campo de batalla. Gerardo Morales definió ayer que su compañero de fórmula para la gobernación será Carlos Haquim, del Frente Renovador, con quien el radical tiene acuerdo desde antes que la UCR cerrara la alianza con el PRO en la Convención de Gualeguaychú.

No eligió entonces a un macrista, sino a un peronista massista para la pelea con Eduardo Fellner y sobre todoMilagro Sala en Jujuy. El cuadro lo cerró el viernes pasado cuando hizo el lanzamiento de su campaña a gobernador: lo hizo subiendo al escenario a Alejandro Snopek, aliado massista del multiacuerdo que sostiene su candidatura y heredero de uno de los nombres históricos del peronismo en Jujuy

Los radicales tienen un training muy afilado en perder elecciones y es por eso que quiere vacunarse hasta en los distritos donde no tienen mayores conflictos, como es el caso de Mendoza. Julio Cobos volvió de su reunión a solas con Macri con la idea que el candidato a presidente tenía dudas sobre el núcleo de los riesgos electorales que implica el peronismo en las provincias, sobre todo en el norte. Tucumán fue una escala, pero caminos similares esperan en la Jujuy de Milagro Sala o en Formosa con Gildo Insfrán.

«Sigo con la idea de que esto es un partido de tenis. Macri está jugando contra Djokovic y los filósofos que tiene alrededor no le están transmitiendo la dimensión de los peligros». La definición sobre la pelea Scioli-Macri parte de un armador histórico del radicalismo y sirve como muestra de la preocupación, sobre todo, por no perder desde esta semana el viento a favor que, cree Cambiemos, le trajeron los desaguisados electorales en Tucumán.

La solución, una vez más, la ven en el PROnismo. Los radicales creen que al macrismo le cuesta menos que a ellos seducir al voto peronista para lograr subir los votos que necesitan para entrar cómodos en el balotaje. De hecho, el PRO estuvo históricamente constituido por experonistas, exradicales, ex UCeDé e independientes.

La forma en que José Cano sumó el voto de Macri y el de Massa detrás de su candidatura a gobernador en Tucumán, duplicando lo votos que las listas del radicalismo y el PRO para diputados nacionales habían sacado en la PASO, es otra muestra de los riesgos en juego.

Entre los consejos que rodean por estos días a Macri hay algunas repeticiones sintomáticas. Además de la necesidad de una pata peronista que le recomiendan en cada distrito, aparece la exigencia, también por parte de radicales y algún dirigente propio del PRO, de bajar cierto discurso exitista.

Se considera que la propaganda que promueve la idea de que Macri ya está en el balotaje puede estar beneficiando a Scioli con cierto relajamiento del voto opositor. Los mismos que le piden a Macri más peronismo, le exigen cuidado a la hora de mantener un equilibrio de discurso para no derivar más voto a Massa del conveniente.

 

Fuente: Ámbito.com