Desde la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas elaboraron un informe sobre cómo impactan los dos últimos aumentos en los costos de producción.
En cinco años, con precios controlados y no controlados desde que el Gobierno nacional los liberó, la nafta súper, el combustible más vendido en surtidores, aumentó su precio 176%. El impacto del alza en esta que es una materia prima para muchas actividades implica un incremento directo en los costos de producción.
Con el último aumento de combustibles, el gasoil superó los $20 y desde la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas de Mendoza (Acovi) alertaron sobre el impacto que esto podría tener en la actividad, que no logra recuperarse y que todavía no vuelve a ser competitiva.
«Este aumento de combustible repercute directamente en la actividad primaria del sector vitivinícola. Por un lado el productor debe hacer frente al gasoil de su maquinaria (tractor) y por el otro, impacta en el flete que abona, sobre todo en el período de cosecha», expresaron en un comunicado repudiando el alza.
El análisis realizado por los economistas del observatorio estudió los costos asociados a la maquinaria propia y al flete por las actividades de cosecha, entre ambos suman el 21,5% de los costos totales de producción teniendo en cuenta un gasoil a como estaba en octubre a $17,30.
«Con un aumento del 17% en el combustible, tomando los aumentos de octubre y noviembre acumulados, promediando los $20,20 por litro, los costos asociados a la maquinaria propia (incluyendo el uso de gasoil y mantenimiento) y al flete de cosecha representan el 24,2% de los costos de producción, incrementando su peso casi 3%, ascendiendo los mismos a $20.228 por hectárea», señalaron.
Después de la mano de obra, el costo de flete y maquinaria ocupa el segundo lugar en los costos de los productores vitivinícolas. La mano de obra representa el 41,5% del costo total, el flete implica 24.2%, los agroquímicos son el 13,74% y los impuestos y servicios alcanzan el 20,52%.
Esta alza acumulada del 17% en dos meses implica una suba del 3,5% en los costos y hace que pasen de $80.721 a $83.586 por hectárea sin amortizaciones.
«El aumento de este insumo impacta directamente en la actividad productiva, siendo un insumo necesario para las labores del ciclo y particularmente en el período de cosecha. Mientras, en el uso de la maquinaria propia y el flete durante la cosecha también repercute el mayor precio del combustible, siendo que estos gastos tienen un peso relativo importante y pasarían del 21,5% al 24,2% de los costos totales de producción», sostienen desde Acovi.
Aunque el análisis se basa en la actividad primaria, los productores señalaron que el aumento impactará en el resto de la cadena afectando los costos de elaboración y comercialización. «Esto repercute directamente en la competitividad, por seguir incrementando los costos asociados a la logística, los cuales ya están muy elevados respecto de otros países, haciéndose cada vez más difícil competir en los mercados. Los costos de logística y operativos en la Argentina están entre los más elevados de Latinoamérica, con lo cual estos aumentos profundizan esta diferencia», alertaron.
El presidente de Coninagro y dirigente de Fecovita, Carlos Iannizzotto, se expresó también sobre la suba de combustibles y manifestó su rechazo.
«Como representantes de productores cooperativistas, Coninagro quiere dejar expresado que la suba de combustibles impacta negativamente sobre los costos de los productores agropecuarios argentino», escribió el dirigente en su cuenta de Twitter y dio a conocer un informe elaborado por la confederación nacional en el que dan cuenta del impacto en todos los sectores agropecuarios.
Fuente: Diario UNO