El representante de los trabajadores de Alco, Marcelo Castillo, fue desvinculado de su puesto laboral el día sábado 17 de febrero. Las razones se debían, según explicó Castillo a este medio, a que «exigía y reclamaba por los derechos de sus pares». La justicia dictaminó la reincorporaron el pasado 28 de febrero.
El sindicalista Marcelo Castillo, delegado interno en la planta de Tupungato, pasó por la amarga experiencia de llegar un sábado por la mañana a su trabajo y enterarse, sin previo aviso, que había sido despedido.
Castillo en comunicación con El Cuco, informó que el despido había sido ilegal ya que la decisión de desvincularlo de su trabajo se debía a los fuertes reclamos que él realizaba a favor de todos los trabajadores, quienes estaban sufriendo discriminaciones, malas condiciones laborales y económicas. Por otro lado, el delegado también denunciaba las irregularidades con respecto a la obra social de los empleados.
Debido a su expulsión laboral, diferentes organizaciones sindicales de la provincia se reunieron fuera de la planta de conservas el día martes 27 de febrero, para exigir por la reincorporación del delegado Castillo.
En una nueva comunicación con este medio, Marcelo Castillo informó que «el pasado jueves 1 de marzo fui reincorporado a la empresa».
«Había una medida cautelar y la Justicia ha dictaminado a mi favor; han visto y han reconocido que verdaderamente fue injusto el despido. El juez ordenó a la empresa reincorporarme dentro de las 24 horas. Eso ocurrió el día 28 y el día jueves 1 me presenté ahí con mi escribano para constatar que me reincorporarán nuevamente», informó el delegado.
Por otro lado, el sindicalista también agregó que «la gente está contenta con mi regreso de vuelta porque estaban totalmente desamparados en un empresa que verdaderamente los sigue haciendo trabajar en malas condiciones. De a poco tendré que esforzarme para seguir luchando por los intereses de los trabajadores».
«El miércoles habrá una audiencia en la Subsecretaría de Trabajo; está notificada la empresa con el sindicato, que por cierto a mi no me comunican nada ni me dicen nada, y como delegado que soy debería estar al tanto, pero no sucede eso. Es más el sindicato jamás intervino en mi situación, estuvieron totalmente ausente».
Por último, Castillo finalizó la nota contando que «muchas veces quiso bajar los brazos pero con la ayuda de los compañeros de Mendoza, el apoyo y el aliento del Partido Obrero y también los compañeros de adentro y de afuera, logró seguir adelante, aunque Alco sigue estando en el ojo de la tormenta».