Política local: se abrió el telón y habrá que ver quién actúa mejor

La coyuntura electoral vuelve a tomar las vidas de los habitantes de este suelo, la Argentina. Esa es la realidad: por suerte cada dos años nos encontramos envueltos en contiendas electorales que definen, en cierta medida, el destino de todos.

¿Qué le deparará al Valle de Uco? Por ahora dos municipios son gobernados por el Peronismo, el tercero es el último bastión del Partido Demócrata en Mendoza. Difícil es saber qué será de la política local, cierto es que aunque algunas cosas parecen brillar, en lo profundo hay grandes contradicciones, internas, retos y enojos de unos con otros y esto, dificulta la mirada hacia el porvenir.

Empecemos por Tupungato. Este departamento gobernado por el Peronismo, pareciera ser el menos agitado. Si bien el Radicalismo local ha intentado en numerosas ocasiones vencer al peronista Joaquín Rodríguez, no lo ha logrado. Parado en su gestión, sin saber demasiado de las internas del peronismo provincial, Rodríguez ordena de manera vertical y sin demasiadas fisuras su gobierno. A la vieja escuela, solo podría encontrar problemas si decidiera no volver a ser candidato: la sucesión quizás daría alguna esperanza a los radicales, que por ahora solo han sido efectivos en algunas elecciones legislativas.

Ya en territorios más agitados encontramos a Tunuyán: la convivencia de caciques viejos y nuevos lo ha vuelto un lugar inestable en términos políticos. Por un lado, el oficialismo comandado por su actual intendente Martín Aveiro y la actual miembro del Directorio del Banco Nación, Patricia Fadel, ha encontrado ciertas dificultades a la hora de ordenarse. Lejos de la unidad demostrada en las últimas elecciones ejecutivas, donde Aveiro se coronó como intendente, el peronismo tunuyanino se ha visto envuelto en algunas rispideces. La última elección a concejales así lo demostró: la Corriente Peronista, logró imponer en segundo lugar a concejal a Paula Gonzalez, relegando al candidato del intendente, Darío “el chuave” Cirincione, al tercer lugar de la lista. A estas dificultades, se le suman la aparición de algunas organizaciones ligadas al peronismo K, como Kolina, La Cámpora y el Movimiento Evita, que en medio de los encontronazos del PJ van logrando un desarrollo territorial propio. En los últimos días, se vertieron algunos rumores que hablan de un quiebre entre Fadel y Aveiro, volviendo más tormentosa la situación del peronismo tunuyanino.

No tan distinta es la situación del Radicalismo: por un lado su principal dirigente, el actual senador y ex intendente, derrotado en las elecciones del 2011, Eduardo Giner, ha dado muestras de pretender retornar la intendencia, pero, como ocurre cotidianamente en el radicalismo, su principal escollo han sido los propios radicales. Divididos en el Concejo Deliberante, pasaron de ser la primera fuerza, a solo ser una minoría más que disputa alguna batalla contra el Ejecutivo municipal. Los nuevos y algunos viejos dirigentes radicales ya no ven con tan buenos ojos una posible candidatura a intendente de Eduardo Giner, entendiendo que hay que darle espacios a las camadas más jóvenes. Esta situación se suma a la imputación de Giner por una presunta malversación de fondos durante su gestión, lo que complica aún más el panorama. La dispersión, posterior a la pérdida de la intendencia, se ha hecho sentir, y la aparición de nuevos actores hace, en apariencia, inviable la unidad radical.

Lo cierto de todo esto es que Tunuyán sufre una polarización entre peronistas y radicales, ambos con dificultades para unir a toda la tropa, ambos más preocupados por lo que hacen los propios que los contrincantes. Sin demasiadas críticas a la gestión de Aveiro, la política de Tunuyán no encuentra un tercer actor de preponderancia que equilibre la balanza y que dé mayores posibilidades al electorado: lejos están fuerzas como el Socialismo, el FIT o el PRO, de ofrecer esa alternativa. Las elecciones del próximo año dependerán, tanto de la unidad interna de las fuerzas políticas preponderantes, como de la aparición de un tercer actor.

Por último, está el caso extraño de San Carlos. Este municipio, a diferencia del resto de la provincia, ha elegido durante dos mandatos consecutivos a un demócrata, el actual intendente Jorge Difonso. Sin ningún lugar a duda, su mayor capacidad se ha dado a partir de sus camaleónicas acciones políticas. Capaz de coquetear tanto con el PRO, como con el ya extinguido FAP (devenido en FAUNEN) o con el mismo FPV, el demócrata parece haber hecho pie en el Frente Renovador de Sergio Massa. Aunque las últimas encuestas muestran estancado el crecimiento del bonaerense, Difonso pareciera estar planeando una candidatura a gobernador o diputado nacional por este espacio, dando lugar a una sucesión en la intendencia; en este punto podría surgir alguna dificultad, dado que no aparecen dirigentes locales dentro de su espacio con la capacidad que garantice continuidad. La suerte del Partido Demócrata pareciera solo depender de lo que decida Difonso.

Por otro lado, el Frente Para la Victoria muestra despliegue territorial para enfrentar una contienda electoral, pero será la unidad de este espacio lo que garantizará su suerte. Las últimas elecciones a concejal mostraron que sin unidad no hay resultados auspiciosos, aunque también descubrieron algunos liderazgos jóvenes al seno del FPV, como el de Juani Jofré (primer triunfo de Kolina en la provincia), Claudio Guizzo (Corriente Peronista), y Alicia Caraballo (sector Azul), entre otros.

El Radicalismo, diluido en internas, solo encuentra en el actual diputado Omar Sorroche un bastión provincial. Sin unidad, como de costumbre en los últimos años, el radicalismo departamental lejos está de representar la primer fuerza política, como otrora, durante las gestiones del intendente Firpo. Habrá que ver si, la posibilidad de acuerdos con fuerzas como el Socialismo departamental, en el marco del FAUnen, le dan alguna chance.

En síntesis, y por ahora, se abre el telón político en el Valle de Uco; habrá que ver cómo se desarrolla la obra. Quien actúe mejor, se llevará el aplauso final.