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Política local, el chasco de políticos que no saben lo que quieren

San Martín caricatura Télam
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San Martín caricatura TélamLa ideología debiera ser el eje de toda acción política, conocer de la práctica política, obviamente que también. Hace algún tiempo que observo en la vida política del Valle de Uco, a dirigentes que no saben por dónde ir. Casi como una característica propia de los políticos opositores a nivel nacional, en el Valle de Uco, la dirigencia local, oficialistas y opositores, deambulan en su gestión. Pero digo deambulan, no porque no tengan actos de gobierno, sino más bien porque sus actos de gestión, parecen ser solo el resultado de la coyuntura, de la propia práctica y, no de un plan concreto que refleje un modelo de Estado.

Digo esto y no pretendo caer en la ofensa ni en la descalificación de ningún mandatario departamental, pero veo necesario, como una discusión de nuestro tiempo, plantear si, la gestión departamental debe centrarse sólo en levantar la basura y mantener limpias las plazas (que para ser sinceros no siempre están  limpias o cuidadas), o acaso, en proponer un modelo concreto de municipio y de departamento. Para ser más concreto: si lo primero es mi eje de gestión, bastará solo con ser un buen administrador. Ahora, si pretendo plantear un modelo de desarrollo debo, cuando menos, sostener alguna ideología.

Hilando fino: si mi propuesta gira en torno al desarrollo sustentable y deambulo por los medios manifestando mi oposición a la megaminería, no puedo gastar el 80% de mi presupuesto en sueldos, sin potenciar (idear, proponer, visualizar) algún tipo de desarrollo local, básicamente porque un municipio y un departamento necesitan recursos. Como tampoco es coherente aliarse a nivel nacional con un candidato que apuntó su campaña contra un supuesta re-reelección de Cristina Kirchner, mientras por otro lado, se intenta ir por un tercer mandato como intendente.

Menos lógico aún es hablar de inclusión social y ampliación de derechos, mientras se mantiene en el gabinete de gobierno a dirigentes cuyas acciones en sus actividades privadas tienen denuncias de explotación laboral. Ni que decir de algunos que, para hacer referencia a los habitantes de villas y asentamientos, utilizan frases tan deleznables como “negros de mierda”.

Sin duda que la gestión de gobierno necesita imperiosamente de una idea clara de lo que se tiene y de lo qué se quiere, pero esto debe ser el reflejo de una visión política a corto, mediano y largo plazo. Pero también necesita de una sensibilidad particular, que se refleje en acciones concretas de gestión.

Hoy la sociedad pide que los dirigentes sean coherentes, den soluciones a las problemáticas, pero sobre todo que muestren un rumbo claro de a dónde se pretende ir. Lamentablemente, parece ser que la dirigencia actual no acusa recibo, tal vez porque los problemas coyunturales ocupan gran parte del tiempo y la energía, o porque la especulación es (para muchos) la ideología a seguir, y en ese rumbo, se dice o se hace lo que presumiblemente “la gente quiere oír”, o lo que “posiblemente logre más votos”. ¿Habrá que buscar nuevas dirigencias?¿Más jóvenes, más dinámicas? Lo cierto es que aún en los emprendimientos más pequeños, siempre hay que tener en claro hacia dónde se marcha, cuál es el objetivo. Y eso, es lo que la mayoría de la gente busca en los referentes locales: ideas reales, soluciones factibles, proyectos creativos, y no frases repetidas, gastadas y sin futuro real. Es hora de que los políticos locales “sean lo que deben ser, o si no, no serán nada”.