Reeditamos la entrevista que realizó la periodista local Alejandra Adi para diario Uno, a los policías que salvaron a la familia sancarlina mientras se incendiaba por completo su vivienda.
Cinco minutos podrían haber hecho la diferencia, y si la movilidad policial se hubiera demorado cinco minutos más, quizás esta familia hoy no estaría con vida. Las causales del incendio aún se desconocen, sin embargo los Bomberos del departamento alegan que podrían haber sido dos los motivos: una estufa que se quedó prendida y el calor alcanzó el techo que estaba cubierto de caña, o la presencia de un caloventor que hizo cortocircuito en la red eléctrica que no contaba con un disyuntor.
Lo cierto es que el móvil policial, que realizaba patrullajes en la zona, ni bien recibió el llamado de emergencia llegó hasta el lugar y la casa entera ya ardía por completo. El matrimonio con su pequeña hija, se despertaron cuando el incendio no los dejaba salir del dormitorio y empezaron a abrir las puertas dirigiéndose hacia una oficina contigua. Sin embargo, hacia el final la última puerta era de chapa y no pudieron abrirla, refugiándose en el baño de la oficina. Cuando los efectivos policiales los rescataron, ya presentaban los síntomas de la intoxicación por monóxido de carbono.
La entrevista a los policías héroes
Decir que fue una cuestión de minutos resulta exagerado cuando salvar la vida de toda una familia dependió de un accionar tan rápido, como inconsciente, de apenas unos segundos.
«Cuando hay gente pidiendo auxilio en lo único en que pensás es en ayudarlos. Después te ponés a pensar más en frío y tomás conciencia de lo que podría haber pasado. Pero en el momento sólo pensamos en sacarlos, sobre todo a la beba. Cristal me acuerdo que se llama», contó aún emocionada la auxiliar Paola Guzmán (35), miembro de la fuerza policial mendocina.
Ella y el oficial inspector Andrés Carmona salvaron durante la madrugada de ayer a una pareja y a la pequeña Cristal, de tres meses, de que terminaran víctimas de las llamas, ya que su casa ubicada frente al barrio Chacón, en San Carlos, se incendió completamente.
Faltaban menos de dos horas para que los dos efectivos terminaran el turno que habían iniciado a primera hora del domingo, en la UEP (Unidad Especial de Patrullaje) sancarlina en donde se desempeñan habitualmente. Aproximadamente a las 5.16 de la madrugada, mientras realizaban un desplazamiento por Tres Esquinas con el patrullero 2.899, supieron, a través del Comando Radioeléctrico, que en el kilómetro 100 de la ruta 40 se estaba incendiando una vivienda.
Iguales de rápidas fueron la premura con la que acudieron y la reacción que tuvieron apenas se acercaron a la propiedad perteneciente al establecimiento de la ex sidrera Ticar, escena en la que se encontraron con dos autos completamente en llamas en un garaje abierto y los gritos desesperados de auxilio de unas personas, que provenían de la casa que ubicada hacia un costado, al sur.
«Gritaban pidiendo auxilio y se habían metido en un baño. Ellos mismos nos dijeron que podíamos dar la vuelta y entrar por una oficina. Ahí empezamos a golpear a patadas la puerta hasta poder abrirla y sacarlos», relató Carmona (35), sobre lo ocurrido en esa vivienda que era ocupada por el encargado del establecimiento y donde funcionaban también unas oficinas, que fue hasta adonde llegó la pareja y su beba de tres meses, ya que el fuego había consumido todo lo demás.
En el momento justo
«Ya no tenían casi aire ni oxígeno; habían roto una ventana, por donde entraba más humo todavía. Unos minutos más y esto lamentablemente hubiera sido una tragedia. Llegamos en el momento justo», agregó Guzmán, que es mamá de dos niños y que por eso se vio aún más sensibilizada ante la presencia de la beba en el siniestro.
«Por la premura de la situación no podíamos esperar al Servicio de Emergencias Coordinado y las llevamos en el móvil al hospital de Eugenio Bustos», contó el oficial inspector sobre la medida rápida que tomaron después con la mujer involucrada, llamada Melinda Gisel Puebla (29) y con Cristal Fernández, su hija de tres meses. El esposo, Daniel David Fernández, que también fue víctima del incendio, quiso quedarse en el lugar, adonde arribaron minutos más tarde los bomberos, personal de Cuerpos Especiales y de la Comisaría 41 para mitigar el fuego.
Las pérdidas fueron totales, ya que además de la casa y oficina del establecimiento se quemaron por completo dos autos: un Chevrolet Astra y un Fiat Regatta. Aún no se sabe qué desencadenó el incendio.
«Nos quedamos con ella hasta que se calmó un poco. Gracias a Dios nos dijeron después que estaban bien», agregó la auxiliar oriunda de San Rafael acerca del procedimiento que siguió junto con su compañero de trabajo, que es tunuyanino. Según la información aportada por el subcomisario Ariel Navea, el primer diagnóstico que se dio desde el hospital Victorino Tagarelli hablaba de intoxicación por monóxido de carbono, pero no pasó a mayores y ya en el transcurso de la mañana fueron dados de alta.
«Para la policía esto significa que hacemos las cosas bien, que nuestro trabajo es nuestra vocación, que la vida de terceros es nuestra prioridad hasta el extremo de dar nuestra propia vida. En la fuerza hay muchos Carmona y Guzmán que también son capaces de darlo todo en el servicio con la única retribución del deber cumplido», comentó sobre el procedimiento el segundo jefe de la Comisaría 18 de San Carlos.
-Dos horas. Faltaban dos horas para que los policías Guzmán y Carmona terminaran la faena y pudieran volver a casa, pero la urgencia del fuego en la casa en San Carlos les requirió actuar súbitamente y hacer un gran esfuerzo.
«Ya no tenían casi aire ni oxígeno; habían roto una ventana, por donde entraba más humo todavía. Unos minutos más y esto, lamentablemente, hubiera sido una tragedia” Paola Guzmán, auxiliar de la UEP de San Carlos
«Ellos mismos nos dijeron que podíamos dar la vuelta y entrar por una oficina. Ahí empezamos a golpear a patadas la puerta hasta poder abrirla y sacarlos” Andrés Carmona, oficial inspector de la UEP
«Esto significa que hacemos las cosas bien, que nuestro trabajo es nuestra vocación y que la vida de terceros es nuestra prioridad” Subcomisario Ariel Navea, segundo jefe de la 41ª
Fuente: Alejandra Adi para diario Uno