Según informa el diario provincial MDZ online, la investigación por el asesinato del escritor y docente sancarlino Omar Luna aún tiene muchas lagunas de información como para tener alguna noción de lo que sucedió y desencadenó el ataque contra la víctima perpetrado por un adolescente de 17 años, el único detenido por el crimen.
Pocas certezas existen actualmente con respecto al caso. El homicidio ocurrió la noche del domingo pasado en la puerta de la vivienda de Luna, situada a la vera de la Ruta Nacional 40, en jurisdicción de la localidad de Pareditas. Alrededor de las 21, el escritor estaba por ingresar al inmueble cuando fue alcanzado por dos disparos que impactaron en su espalda.
Luna logró reconocer a su agresor, quien escapó, y logró llegar hasta una casa vecina, habitada por su hermana y su cuñado, donde les dijo el nombre del adolescente poco antes de desvanecerse. Inmediatamente fue trasladado hasta el hospital Tagarelli de Eugenio Bustos, donde lo derivaron al Scaravelli de Tunuyán.
Mientras el automóvil (ya que, dicen, no había una ambulancia disponible) cruzaba el puente sobre el río Tunuyán, Luna sufrió un paro cardiorrespiratorio, que se repitió al menos dos veces más, hasta que finalmente dejó de existir. Cuando llegó al nosocomio tunuyanino, los médicos constataron la muerte del escritor.
A su vez, la Policía se dirigió a la casa del adolescente, ubicada a unos 500 metros de la propiedad de Luna, donde detuvieron al supuesto agresor, con resistencia por parte de los familiares del chico. Inmediatamente fue trasladado a la Comisaría del Menor, en Guaymallén, y quedó a disposición del Juzgado Penal de Menores de Tunuyán.
Fuentes vinculadas a la investigación señalaron que el adolescente fue trasladado a Tunuyán ayer a la mañana, con el objetivo de tomarle declaración en la Fiscalía Penal de Menores, y fue nuevamente trasladado a la Comisaría del Menor en Guaymallén, donde permanecería detenido durante los próximos días. Tal es el hermetismo que se desconoce, hasta ayer a la noche, si el adolescente confesó o no el crimen.
Mientras tanto, la línea investigativa está tratando de recolectar evidencias y analizando muchas hipótesis. Hasta ahora, el arma no ha sido hallada, pero una de las pocas certezas es que está descartada la hipótesis de robo. Las teorías que se manejan son variadas: desde un impedimento para poder entrar al bar que Luna gerenciaba en Pareditas, hasta inconvenientes de índole privado.
Sobre una relación en el ámbito escolar, la Policía sancarlina es cauta: el agresor no habría sido alumno de Luna al menos este año, aunque están tratando de verificar si existía diálogo entre ambos en la escuela secundaria Ángel Funes, donde el joven estaba cursando el último año.
De todos modos, los investigadores suponen que las dudas podrían estar cerca de ser esclarecidas una vez que finalicen los estudios psicosociales que se le realizarán al adolescente en la Comisaría del Menor. Con ellos, además, se podrá saber las conductas habituales del chico y si tenía problemas familiares o personales, entre otras cosas.
También podría ser clave, en los próximos días, testimonios de los vecinos de Pareditas. Esa localidad sancarlina cuenta con poco más de mil habitantes en su zona urbana, siendo el típico pueblo donde todos se conocen y pueden aportar datos a la investigación. «Hay algo que no estamos viendo o que es difícil de obtener. La cuestión todavía está en pañales», reconoció una fuente policial valletana.
La causa está siendo llevada adelante por la jueza Penal de Menores de Tunuyán, Ana María Blanco; la fiscal Penal de Menores, Viviana Crespillo; y la investigación es encarada, con directivas judiciales, por una Unidad Investigativa de San Carlos.
La cuestión de la ambulancia y la atención en el Tagarelli
Sin dudas, es otra de las dudas derivadas de este caso. Tal como se mencionó, Luna fue trasladado por sus familiares de manera particular hasta el hospital Victorino Tagarelli, situado en Eugenio Bustos. Según una versión, hasta ahora la más aceptada, es que allí fueron recibidos por el médico de guardia, quien derivó a Luna hasta el Scaravelli por la seriedad de las lesiones.
Pero otra versión sostiene que el galeno nunca revisó al escritor malherido y que directamente ordenó que sea llevado hasta el nosocomio tunuyanino, sin analizar si Luna necesitaba ser asistido de urgencia.
Esto motivó un pedido de informes en el Senado tanto al director de Hospitales, Roberto Correa, como al flamante director del nosocomio sancarlino, Humberto Tagarelli, para que expliquen lo sucedido y hablar, además, sobre la atención psiquiátrica en San Carlos, puesta bajo la lupa tras los homicidios de Luna y la periodista María Paula Giglio, sucedido en junio pasado.
Si bien lo referido a la ambulancia y la atención médica no están siendo investigados, ello podría cambiar si el Ministerio de Salud llega a pedirlo ante la Justicia. De todos modos, lo que los investigadores saben hasta el momento es que Luna llegó al hospital Tagarelli y el médico rápidamente lo derivó al Scaravelli, “porque notó que necesitaba una complejidad mayor”. Los más de 20 minutos de viaje fueron mucho tiempo.
¿Por qué el adolescente está en Guaymallén?
La respuesta es sencilla: en el Valle de Uco no hay una Comisaría del Menor, como existen en otros departamentos como San Rafael, por lo cual los chicos que no cumplen aún los 18 años son trasladados al Gran Mendoza para su detención o terminan siendo entregados a sus padres, según considere la Justicia.
En este caso, se especula con que la jueza Blanco decidió el traslado del joven al Gran Mendoza para resguardar su integridad física hasta tener la certeza de si es inocente o culpable, porque si es devuelto a sus familiares, correría riesgo de sufrir un daño social importante.
Por ello, se sostiene que es imperiosa la necesidad que el Valle de Uco cuente con un alojamiento policial para adolescentes, lo cual facilitaría trabajar contra la problemática de la delincuencia juvenil en esa región.
Fuente: diario MDZ