Diego Díaz, más conocido como “Pipo”, es una joven promesa del fútbol. Actualmente juega en el Club Independiente Villa Obrera donde sueña vestir la camiseta de River Plate.
Como todo jugador, “Pipo” nació con una pelota, como cuenta su familia, desde chico corría detrás del balón. Gracias a su papá Roque que lo llevó, a los 6 años jugó por primera vez en el conocido Tiro Club Sportivo Tunuyán.
Su primer entrenador en la carrera de futbolista fue Toni Pizzolo, quien lo formó como delantero. Luego Ramón Carvallo, un árbitro de la Liga de Tunuyán y Raúl Giménez, representante del jugador, se encargaron de contactarse con Diego y llevarlo a San Juan. “Personalmente, cuando recibí el llamado de este club sanjuanino no lo dudé. El juego ahí es muy bueno y mucho más competitivo”, recuerda el jugador.
Actualmente, el joven tunuyanino continúa en el Club Independiente de Villa Obrera de la Provincia, equipo que este año logró el ascenso al Argentino B y aunque cuenta que no es fácil vivir lejos de su familia, para él es un orgullo poder desarrollarse profesionalmente. “Disfruto mucho cuando juego a la pelota y de esto quiero vivir el resto de mi vida”, subraya.
En su equipo, Diego comparte los vestuarios con dos jóvenes de Tunuyán: el arquero José Mocayar y el centrocampista José Carvallo. Allí sueña y proyecta metas como alcanzar algún día a vestir la camiseta de River Plate como lo hizo su ídolo uruguayo, Enzo Francescoli.
Jorge García