Guillermo Altieri (62) fue interceptado por delincuentes en la Ruta Panamericana el 26 de febrero y estuvo cautivo aproximadamente 8 horas. La familia tuvo que entregar 230 mil dólares. Fue liberado en Maipú.
Ronda los 230 mil dólares la familia del ingeniero industrial Guillermo Altieri, presidente de una empresa de insumos para vinos, para que la banda que lo secuestró en febrero lo liberara vivo. Hasta el momento, nadie se encuentra detenido en relación con este grave hecho.
Este monto es el más grande que se haya entregado desde que en la provincia comenzaron los secuestros extorsivos y que están dentro de la esfera de la Justicia Federal.
La línea investigativa tiene un abanico de hipótesis, pero la más firme estaría centrada en que los secuestradores, que serían de Córdoba, contaron con el apoyo logístico de delincuentes locales. Caso contrario mal podían haber hecho una tarea semejante sin contar con una labor de inteligencia hecha al dedillo y por profesionales del delito.
La odisea del empresario empezó la mañana del 26 de febrero, alrededor de las 10, cuando salió de su vivienda de Palmares en su camioneta Land Rover y a poco de andar, en la Ruta Panamericana, ya en jurisdicción de Godoy Cruz, fue interceptado por una Nissan que le cortó el paso embistiéndolo. De esta camioneta bajó un grupo de personas –se estima que eran ocho– quienes lo subieron al vehículo y partieron, previo adormecerlo, con un pañuelo que le colocaron en el rostro. La Land Rover quedó en la Panamericana como mudo testigo del secuestro.
Los delincuentes se alejaron de la zona y apenas pudieron actuar con comodidad y sin la preocupación de que pudieran ser detectados hicieron la primera llamada a la familia pidiéndole U$S250.000. Acongojados le manifestaron que no poseían esa cantidad y tras negociar llegaron a un acuerdo de que aceptaban los 230.000 dólares a cambio del empresario, intimidándolos. Sin embargo, reunir esa cifra no era una cosa menor y fue así como todos los allegados a la familia de la víctima necesitaron algunas horas hasta poder obtener el monto exigido. Con el correr de las horas, los secuestradores no dejaban de intimidar con sus reclamos a la aterrada familia de Altieri.
Una vez que lograron reunir el dinero y cuando los delincuentes llamaron, los familiares del ingeniero secuestrado llegaron a un acuerdo sobre el lugar en que se iba a depositar la plata.
Los secuestradores decidieron en un primer momento que el sitio donde debían dejarlo era en Fray Luis Beltrán, en el departamento de Maipú.
Horas decisivas
Con el correr de las horas, la tensión y preocupación en el seno familiar iba en aumento, pero en ningún momento llamaron a la policía para que se hiciera cargo de la situación.
Prefirieron –y esto también fue una recomendación que usualmente suelen hacer los secuestradores– moverse con mucha prudencia dado que estaba en juego la vida de uno de sus seres queridos.
Las tratativas fueron frenéticas y los minutos parecían una eternidad para la familia del empresario quien es presidente de la empresa Victorio Altieri SA, ubicada en Maipú.
Una vez que fueron ultimados los detalles –obviamente controlados al dedillo por los secuestradores-que no querían correr el más mínimo riesgo– acordaron el horario en que se iba a hacer el intercambio del dinero por el empresario.
El escenario elegido para la entrega de la plata no cambió: se mantuvo siempre en Fray Luis Beltrán y hasta allí fue uno de los familiares de Altieri.
La hora acordada era aproximadamente las 15. Finalmente y después de que Altieri estuvo secuestrado unas 8 horas,y ya con el rescate pedido en la mano, los secuestradores lo dejaron en libertad.
El hombre quien habría sido golpeado pidió ayuda en una vivienda y desde aquí alertaron a la policía.
La causa se encuentra en manos del fiscal Federal Fernando Alcaraz, quien ordenó el estricto secreto del sumario habida cuenta de que la banda todavía no fue atrapada.
Fuente: Diario Uno