El tunuyanino, parte del equipo creador del Wine Rock, invitó a toda la región a acompañar el encuentro de Vino, Arte y Rock que se lleva adelante en la Bodega Monteviejo.
Y sí, en su quinta edición, el Wine Rock no sólo se ha posicionado en el país, sino que además, durante todo el año, ha sido promocionado en distintas partes del mundo. “La internacionalización del evento permite que en el mundo se conozca el Valle de Uco y Tunuyán”, expresa orgulloso uno de los creadores del WineRock, el tunuyanino Pablo Molinengo, y agrega: “por eso necesitamos darnos cuenta de que el turismo es parte de la economía regional, debemos animarnos a “ser amigos del turista”. Al respecto, uno de los datos sobresalientes es que para el primer fin de semana de mayo, fecha de próximo Wine Rock Tour, prácticamente todo el alojamiento del Valle de Uco está completo.
“Queremos que la gente del Valle de Uco se acerque y participe. Normalmente un festival de este tipo en la ciudad de Mendoza es mucho más caro, en esta ocasión no sólo es un gran evento en nuestra tierra sino además que las entradas son accesibles, y el servicio de catering también. Van a ofrecerse platos desde 40 pesos”, explica Molinengo. El evento es una oportunidad para probar el mejor Malbec que se produce en la región junto con la presentación de grandes artistas, además de acompañar la experiencia con un plus de arte y cultura.
Para la economía local también es un aporte importante: durante las jornadas del festival, trabajarán más de 250 personas del lugar; además llegarán 80 periodistas de todo el país. Entre los trabajos de comunicación que se realizarán, para promocionar el lugar y la producción, se llevará a cabo un documental, con gran producción audiovisual, para emitir en los principales canales televisivos de Buenos Aires.
El año pasado, Monteviejo explotó. El universo les dio permiso de conjugar la fórmula de la felicidad: el sol brillante del día potenció la majestuosa montaña y el color de las viñas que rodean la bodega. Sobre el escenario, desde el mediodía, la vedette de la tarde, la música. Y abajo, los mortales con los pies sobre una tierra que germina el mejor Malbec, elevándose con el vino, la amistad, la integración. Este año, nuevamente se presenta un grande, Jaime Torres, imperdible para deleitarse con una fina conjugación de vinos y paisajes. Pero también, el rock que nunca se acaba de la mano de Catupecu, y la presencia de Los Pericos.
“Sabemos que el festival ha alcanzado una etapa de madurez, y la calidad artística está acompañada por el reconocimiento nacional e internacional”, expresa Molinengo, y finaliza orgulloso: “esto es un sueño cumplido”.