Este año sí que comenzó convulsionado, devaluamos nuestra moneda, algunos dicen un 15% otros un 20%. La verdad es que todos somos un poco más pobres, porque de 6 a 1 que estaba el peso y dólar, llegó a estar 9 a 1 o más. Pero no importa el dato duro, lo que importa es el hecho.
Años negando desde el gobierno nacional una devaluación anual, y en dos meses nos bajaron de un hondazo. Se negó la pérdida de competitividad del exportador, y en dos meses reivindicaron el reclamo.
Éstas son las cosas que hacen florecer la inflación, la falta de certidumbre, la falta de claridad, pues si todos los días cambian las reglas del juego, incluso sobre la marcha, es complicado jugar, mucho más querer ganar algo. Y esto sí es responsabilidad gubernamental.
Cómo es entonces que en estos días el dólar ha dejado de ser momentáneamente la vedette del espectáculo. Hay varias suposiciones, pero yo me inclino a pensar en un combo de variables algunas económicas, otras no tanto.
La única manera de descomprimir la tensión en alguna variable económica es modificando otra. Es así que primero el Banco Central modificó la tasa de interés de los bonos de deuda pública, con lo cual aumentó el capital que pagan estos a los tenedores de bonos. Al aumentar esta tasa varios inversionistas se han inclinado a estos bonos, como contraparte el Banco Central se ha hecho de 40000 millones de pesos. Esta política es contractiva, es decir que ha procurado sacar dinero que iría al dólar y al consumo, del recorrido del sistema financiero. Es beneficiosa para el Banco Central y su afán de mantener el nivel de reservas, pero perjudica el consumo con el riesgo de entrar en recesión.
De igual manera el cambio está hecho, y de continuar así, se espera una disminución de la inflación en los próximos meses.
Esta es una de las acciones tomadas por el Central, también modificaron la tasa de interés de descuento que es la tasa a la que los bancos le piden al Banco Central, impactando directamente en la tasa de plazo fijo de los bancos comerciales. Mientras que la modificación de los encajes bancarios, mínimos disponibles en éstos también ha sido modificada.
La otra variable que influye es la información. Generar un agente de distracción suele dar buenos resultados para desviar el foco de atención.
Cuando el dólar trepaba la inflación se disparaba, se puso en la agenda popular, sobre el tapete de la opinión pública, los empleados, fondos y destinos de Futbol Para Todos. En el medio quedó el mejor empresario televisivo de Argentina, y tras idas y vueltas, los ojos del país se concentraron en 1400 millones de pesos, el conductor, los relatores, y así pasaron 3 semanas, casi un mes, y se pasó enero. Gran columna de humo que fue diluyéndose, y que sirvió para ocultar la ineptitud de un gobierno que siempre dijo que no “ajustaría” como si ello fuera perjudicial, y lo primero que hizo fue comenzar a ajustar. Cuando todo parecía volver a su normalidad en términos de realidad económica, Zaffaroni a la cabeza junto con otros renombrados académicos volvieron a la carga con un anteproyecto de modificación del Código Penal Argentino, en donde a grandes rasgos se disminuyen varias penas o cambian procesos, haciendo gala de la corriente “garantista” de la cual provienen, justo en tiempo donde mueren por problemas de inseguridad gran cantidad de personas.
Es el tema perfecto para seguir desviando la conversación inflacionaria. Todos los ojos puestos en cuánto debe cumplir un violador, y no es menos importante, pero en el medio la irrealidad de Precios Cuidado habla por sí sola.
Así va pasando el tiempo, los días se aletargan, nadie habla de la falta de stock de los productos del programa anti inflación del gobierno, se habla de los días de paro de los docentes, administración y trabajadores de la salud, cosa no menos importante, pero sigue corriendo el reloj y no se ven claras medidas macro y microeconómicas que comiencen a solucionar el problema. El cual no se soluciona en éste año, sino en al menos 5 años de medias constantes, coherentes y políticas de estado serias. O sea ni el próximo gobierno nacional podrá terminar su mandato habiéndola solucionado.
Luego de los paros qué viene. La columna de humo más divertida para los hombres, el famoso Mundial de Futbol de Selecciones. Es la distracción perfecta y barata para cualquier gobierno. Y puede funcionar de manera perfecta si miramos a nuestro equipo del medio campo para adelante, o de forma nefasta si vemos la defensa. De cualquier forma tendremos varios días en donde el futbol lo fagocite todo, en donde si las luces de esos pobres chicos que ganan millones de dólares y se sienten presionados puedan llegar a darnos una alegría que haga que nada más importe.
Y el dólar seguirá su camino, como siempre. Pasado el mundial ya estaremos del otro lado del año, para cerrarlo o pensar en el que viene, preocupados por el dólar turista, aprobado el presupuesto y por aprobar otro, corriendo por cerrar un año con poca inflación.
El dólar entonces habrá sido un elemento más, sumamente importante, pues no dejará de ser referencia de precio por nuestra cultura e historia inflacionaria, pero víctima del humo, y la magia gubernamental para hacernos ver lo que ellos quieren que veamos.
Carlos Delú
Contador Público