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Opinión: “Sobre balances y otros demonios”

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Llegó el fin de año y una vez más nos encontramos reflexionando. De una u otra forma, todos en éste momento hacemos un recuento, un recordatorio o balance de lo vivido en el calendario. En definitiva, ¿qué nos dejó éste 2012 de positivo y negativo?

Sin dudas la vedette del año económico fue el cepo cambiario, o las restricciones a la compra-venta de la moneda extranjera. Se llevó el interés y a más de uno lo dejó sin dormir. El motivo desde el Gobierno fue el pago de la deuda contraída y la verdad es que, según dijeron los medios, esto fue así y el esfuerzo de todos redundó en algo positivo.

 Muchos no estuvieron a gusto. Algunos sectores como el inmobiliario se estancaron en su crecimiento fuertemente. Para otros, como el vitivinícola, fue un obstáculo más al que ya están acostumbrados por uso y costumbre. Las casas de cambio además, no tuvieron las rentas de antaño. En conclusión, fue el gran tema de conversación.

Otro aspecto al que nos amoldamos permanentemente fue el famoso aumento general y sostenido de precios. La inflación fue el obstáculo más poderoso al que se hayan enfrentado desde amas de casa hasta industrias en éste año.

La plata no vale aunque tenemos billetes nuevos, supuestamente hay más de ellos y con caras nuevas incluso. Lo cierto es que a la hora de los bifes, sólo compramos un cuartito de ellos con el mismo dinero con el que antes comprábamos un kilo.

No quiero que parezca que le tomo el pelo a alguien explicando los por qué de la inflación, porque todos sabemos que existe, está al alcance de la mano  y convivimos con ella. La realidad, lejos de los colores políticos es que desde hace más de cuatro años que estamos pagando un aumento de precios del orden del 25 %. Así, éste karma de las economías ha sido el karma de todos.

Debemos darle el lugar que se merecen a las energías y su precio. Desde que los hidrocarburos son nuestros, por fin, ya no hacemos colas interminables  ni recorremos cuatro o cinco estaciones buscando combustible, aunque pagamos cada vez más caro por ellos. Parecía que siendo estatal la cosa, podíamos solucionar un problema de más de 15 años. La verdad fue que la empresa otrora española siguió funcionando igual, aumentando los precios al ritmo del barril del petróleo y regulando las cantidades como cualquier hijo de vecino.

A la otra energía a la que debemos prestarle atención es a la eléctrica. Para algunos aumentó considerablemente, para otros todavía es protegida por el amparo. Mientras tanto con el agua, pagamos un recurso sumamente caro que es algo más que barato.

Sin duda los impuestos y la presión impositiva han dado que hablar también. Pero la pregunta sería, ¿alguna vez esto ha sido diferente? Como sé que no, lo mejor fue para muchos acordar los pagos de los impuestos, deudas y demás para seguir trabajando como siempre, con menos rentabilidad tal vez, o trasladando los aumentos al consumidor final.

Como verán, ha sido rico en temas el año que se nos va. Un ciclo fructífero para algunos sectores, no tanto para otros, y sumamente negativo para los olivícolas o aquellos dedicados a la importación y exportación de bienes. Tampoco éstos se salvaron de las políticas proteccionistas como dicen que se llaman.

De cualquier forma, la vida siguió y sigue dándonos sorpresas. Nos espera otro año y me gustaría decir que mejor, es lo que creo. Siempre algo puede pasar y no es una mirada pesimista sino un punto de vista previsor.

Con la inflación que tenemos, el aumento sostenido del gasto público, las restricciones a las importaciones y exportaciones, y el cepo cambiario, lo mejor sería endeudarse en pesos, en bienes durables, cuotas fijas. No hay mejor persona que usted mismo para tomar la decisión final sobre qué hacer. En definitiva, si ya lo hizo éste año sólo queda  hacer lo mismo para el que viene: esforzarse un poco más en tratar de ahorrar y si no se puede, hacer que el dinero valga y sea gastado de la manera más eficiente posible.

Nos espera un buen año, tengamos fe entonces que así será. Creamos en la economía, creamos en nosotros. Significará crédito, significará mejoras en nuestra calidad de vida. Buen año y felices fiestas.