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Opinión: “Paritando en la complejidad”

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Por Juan Jofre

La relación entre patrón/empleador y trabajador/asalariado ha sido siempre muy compleja, discutible, abordada desde varios puntos y protagonista de la historia, sobre todo de los dos últimos siglos. Producto de esta complejidad contamos hoy con numerosos teóricos, leyes, disposiciones y hasta costumbres que tienen que ver con esta contradicción propia del mundo capitalista.

Una de esas costumbres es el uso del término “paritarias” para designar al proceso de negociación entre partes iguales que representan a trabajadores y patronales, donde se discuten los salarios, condiciones laborales y planes a futuro del sector que está paritando. Este proceso es garantizado en la Constitución Nacional , los Acuerdos Internacionales y las demás normativas que incluyen a los organismos de representación de los trabajadores en las decisiones como partícipes y no solo como reclamantes.

Los procesos de paritarias dan como resultado un Convenio Colectivo de Trabajo que, al ser homologado por quien corresponde, alcanza fuerza de Ley. Esta es una conquista de largas e históricas luchas de trabajadores durante el Siglo XX.

Más allá de esta terminología necesaria, cotidianamente tratamos con el término paritaria y sabemos que escucharemos, veremos o leeremos discusiones, acusaciones cruzadas y amenazas de paro y descuentos de un lado y de otro.

Desde la recuperación del espacio de paritarias durante el gobierno de Néstor Kirchner, se escuchan al comenzar el año este tipo de disputas. Vale rememorar que en la Dictadura, obviamente no existían estos espacios, y que durante el gobierno de Menem y De la Rúa los salarios estuvieron congelados y las paritarias suspendidas.

A pesar de esta “normalidad” que tienen las paritarias nuestras de cada año, las de este

2013 son especiales porque a la discusión de siempre se le suman varios elementos a su complejidad. A nivel nacional la paritaria no logró un acuerdo y el pasado jueves el Gobierno anunció un cierre en 22% de aumento escalonado en tres pagos. Los representantes de las asociaciones gremiales, no conformes, propusieron seguir dialogando considerando que todavía queda algo de tiempo para intentar algo mejor.

Alberto Sileoni, ministro de Educación de la Nación , afirmó que “el objetivo de esta paritaria es ser superada por cada discusión provincial”. Pero el otro sector, la otra parte representada por algunos gremios más cercanos al Gobierno como CTERA y otros más opuestos como la UDA o Sadop, no quedaron para nada conformes con un nuevo fracaso paritario.

Los más cercanos le reconocen al Gobierno los avances y conquistas en materia educativa durante las gestiones kirchneristas, como la Ley de Educación Nacional, el aumento de inversión destinado a educación (del 2% en 2002, al 6, 47% en 2011), la creación de más de 1.600 escuelas, la reapertura de la discusión salarial, la recuperación de la educación técnica, entre otras. Los más opuestos le siguen reclamando mayores alcances, como los 25 alumnos como máximo por aula, la formación permanente en servicio y gratuita, y un nivel salarial más alto.

Para sumar a esa complejidad, la presidenta Cristina Fernández solicitó techos en los aumentos de sueldos al mismo tiempo que anunció el Plan Quinquenal de Educación, donde incluye como nuevas conquistas algunas de las asignaturas pendientes y de los reclamos gremiales. Esto ha minado aún más el campo gremial, ya que hay quienes deciden seguir apoyando y otros que refuerzan la postura de ir por más y más conquistas.

A nivel provincial el análisis nos obliga a incorporar otras aristas más a esa mirada compleja del terreno nacional. En Mendoza, el SUTE es el único gremio con la cantidad de afiliados necesarios para sentarse en la mesa paritaria. Este sindicato ha venido manteniendo posturas de apoyo a las actuales gestiones entendiendo que en los últimos años se han conseguido muchas cosas.

Pero en este 2013 la cosa parece distinta. Es que la propia realidad del sindicato se presenta difícil. La lista Celeste actualmente en la conducción, deberá enfrentar elecciones difíciles en los próximos meses ante una creciente oposición interna impulsada desde el radicalismo y los sectores cercanos a Raquel Blas.

Cercanos al kirchnerismo, desde el sindicato juegan con un escaso margen porque van a defender un aumento necesario en los salarios que han perdido valor real ante la inflación. Pero también saben que un Gobierno no peronista puede traer peores condiciones como fue por ejemplo el recorte del 13% durante la gestión de Iglesias. Por esto, desde el sector celeste tienen en cuenta que no pueden cometer errores y que necesitan un buen resultado en las paritarias para que se traduzca luego en un buen resultado en las elecciones del sindicato.

Con ese panorama, en diciembre pasado se pidió el inicio de la discusión para poder tener más tiempo. Esta estrategia no dio los frutos esperados y ahora el inicio de clases para el próximo 25 corre serios riesgos.

“Vergonzosamente, el Gobierno ha planteado como ofrecimiento lo que ya habíamos rechazado en el cuarto intermedio anterior. Nos hemos levantado de la silla y hemos salido del recinto porque este manoseo perjudica y ataca el ámbito paritario. Si el Gobierno no es capaz de traer una propuesta digna nos veremos las caras seguido”, manifestó Javier Guevara, secretario general del gremio de educación, minutos después de que fracasara la última reunión que mantuvo con los representantes del Ejecutivo provincial en la Subsecretaría de Trabajo. De esta manera rechazaron el ofrecimiento del 21,3% pagado en tres etapas y convocaron a plenarios para esta semana entrante.

La cosa no termina ahí. En la otra parte, la del Gobierno, también el clima de elecciones 2013 disminuye el margen de error. Por un lado está el pedido emanado desde la Casa Rosada de no otorgar grandes aumentos porque esto podría ser aprovechado por los sectores del empresariado privado para aumentar los precios de bienes y servicios: las pujas se harían interminables y un disparo en la inflación antes de las elecciones nacionales podría ser destructivo para la actual conducción kirchnerista y su pretensión de alcanzar mayoría en el Congreso.

Por otro lado, el gobernador de la provincia, Francisco “Paco” Pérez, sabe que lo que arregle con el gremio de los trabajadores de la educación deberá arreglarlo con los que posteriormente se sienten a negociar. Para colmo, en ese grupo están las combativas y opositoras, Del Pópolo y Blas, que ya vienen poniendo pimienta desde hace meses con el pedido de un 50% de aumento.

Así están las cosas en estas paritarias. Difíciles para los oficialismos (Nación, Provincia y Sindicatos) y un poco más fáciles para los opositores que saben que tienen en el reclamo y en la amenaza de paro un arma que en este 2013 puede lastimar más que en otras oportunidades.

Con estas pocas certezas, crecen las dudas y especulaciones, y en las sombras se relamen aquellos que esperan agrandar sus chances electorales con los posibles tropiezos y problemas de los oficialismos. Esto siempre es así y las oposiciones lo saben muy bien. Se viene una semana decisiva para saber cuánto se cosechará en esta Vendimia.