Por Carolina Jacky*
En un día como el 1° de Mayo, no solo festejamos el día de los trabajadores, sino también de las trabajadoras, quienes todavía deben luchar contra “el techo de cristal”. El término “techo de cristal” significa aquella limitación velada del ascenso laboral de las mujeres. Se trata de un techo que limita sus carreras profesionales, difícil de traspasar y que les impide seguir avanzando.
La discriminación por ser mujer todavía existe en el mundo laboral, es un caso patético de “violencia de género”. El artículo 6 de la Ley 26.485 en su inciso c) nos dice: “Violencia laboral contra las mujeres: aquella que discrimina a las mujeres en los ámbitos de trabajo públicos o privados y que obstaculiza su acceso al empleo, contratación, ascenso, estabilidad o permanencia en el mismo, exigiendo requisitos sobre estado civil, maternidad, edad, apariencia física o la realización de test de embarazo. Constituye también violencia contra las mujeres en el ámbito laboral quebrantar el derecho de igual remuneración por igual tarea o función. Asimismo, incluye el hostigamiento psicológico en forma sistemática sobre una determinada trabajadora con el fin de lograr su exclusión laboral”. El decreto reglamentario de esta ley, respecto a este inciso nos agrega: “Se considera discriminación en el ámbito laboral cualquier omisión, acción consumada o amenaza que tenga por fin o por resultado provocar distinción, exclusión o preferencia basada en los motivos mencionados en la ley que se reglamenta o en cualquier otro motivo que tenga por efecto anular o alterar la igualdad de oportunidades o de trato, empleo u ocupación de las mujeres. En el mismo sentido, se entiende discriminatoria la exigencia, tanto sea para acceder como para mantener un contrato de trabajo, de cualquier requisito inherente a la pertenencia de género. Se entiende por derecho a igual remuneración por igual tarea o función, al derecho a recibir igual remuneración por trabajo de igual valor, en los términos del artículo 7º, párrafo a) i) del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; artículo 11, párrafo 1) d) de la Convención sobre Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer y el Convenio sobre Igualdad de Remuneración de 1951 OIT 100, relativo a la igualdad de remuneración entre la mano de obra masculina y la mano de obra femenina por un trabajo de igual valor. Se considera hostigamiento psicológico a toda acción, omisión o comportamiento destinado a provocar, directa o indirectamente, daño físico, psicológico o moral a una trabajadora, sea como amenaza o acción consumada, y que puede provenir tanto de niveles jerárquicos superiores, del mismo rango o inferiores. En oportunidad de celebrarse o modificarse una norma convencional, en el marco de la negociación colectiva del trabajo, las partes contratantes tomarán en consideración los principios protectorios que por razón de género se tutelan en la presente normativa legal, a fin de asegurar mecanismos orientados a abordar la problemática de la violencia en el trabajo”.
Qué poco se cumple con este precepto, y qué poco saben muchos de la existencia de tan amplio derecho y protección para las trabajadoras. Si pensamos que esta legislación tiene sustento en normas internacionales, estamos en presencia de una herramienta fundamental a la hora de defender los derechos de las mujeres trabajadoras. Existen otras normas que han ido ampliando la protección, como por ejemplo la Ley Provincial 8806 que modifica a la 5811 (Ley de sueldos y licencias) referida a la licencia por violencia de género en el ámbito de la administración pública. Esta ley data del año pasado, pero pocas áreas de personal del gobierno conocen de su existencia, o por lo menos si la conocen, no la aplican.
¿EN QUE LUGAR DE LA AGENDA ESTÁN LAS MUJERES? Por ejemplo el Ministerio de Seguridad parece continuar tratando estos temas con la desidia de otras administraciones, la falta de visión de género por parte de sus autoridades es alarmante. En cualquier momento se producirá una tragedia y todos miraran para otro lado. Hace unos 15 días, en un fin de semana, dos efectivos varones de esa fuerza se vieron involucrados en casos de violencia de género. Uno de ellos ya con antecedentes, y con una causa en Delitos Complejos, en esa oportunidad su pareja era y es policía. Parece que a este uniformado nada le paso ante aquel hecho y la fuerza policial nada hizo para corregir esa situación. Pero si se dedicaron a desatender a la víctima y dejarla expuesta a un maltrato que llegó al punto de enviarla sin portación de arma a un destino clasificado como de zona roja. Algunos dicen: “eso le pasa por ser una histérica, por buchona”, y a él lo siguen manteniendo en la fuerza y se vuelve a repetir la historia.
Cuando hablo de desidia del Ministerio de Seguridad es porque ni siquiera acatan las órdenes judiciales. Para muestra transcribo una de las últimas órdenes judiciales dirigidas al Ministerio de Seguridad: “SEGUNDO JUZGADO DE GESTIÓN ASOCIADA DE LA PRIMERA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DE LA PROVINCIA DE MENDOZA, a cargo del DR CARLOS DALLA MORA, me dirijo a Ud. a fin de NOTIFICARLE el decreto dictado por el Tribunal por el cual se REITERA oficio anterior del cual no obra constancia de cumplimiento por parte de la DIRECCIÓN DE RECURSOS HUMANOS, dando en este caso un plazo de CINCO DÍAS para su cumplimiento.- Para mayor abundamiento, se transcribe el pertinente decreto que dice: “Mendoza 21 de Abril de 2016. No obrando en el tribunal constancia de cumplimiento por parte de la Dirección de RRHH del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Mendoza y comunicado a esa firma mediante oficio de fecha 28/03/16, recepcionado el 30/03/16, reitérese como se solicita el oficio ordenado a fs. 14, haciéndose saber al organismo oficiado que deberá dar cumplimiento con lo ordenado evacuando el informe en el plazo de 5 días y que es reiteración de uno anterior. Ofíciese. Resérvese sin salir en lista. Fdo. Dr. CARLOS DALLA MORA. JUEZ.”. Si nuestras autoridades no cumplen con las órdenes judiciales, y especialmente el Ministerio de Seguridad, me pregunto cómo pueden exigirle a la ciudadanía que cumpla con las normas. Parece que la Justicia y los Derechos no son su fuerte, y el desconocimiento sobre los alcances y responsabilidades que tienen respecto al cumplimiento de la Ley de Violencia de Género, no ha cambiado. El Señor Ministro debería solicitar el asesoramiento de la Dirección de Género a cargo de la Licenciada Silvina Anfuso, quien tiene un equipo especializado para realizar las reformas que requiere la Policía de Mendoza respecto a esta problemática.
Hoy también dan inicio las sesiones ordinarias de la Legislatura Provincial. El hecho de que recién en mayo se den inicio a las sesiones ordinarias es otra bofetada a los ciudadanos. Tantas veces se ha reformado algún artículo de la Constitución Provincial, para no se sabe qué intereses. Tantas veces se ha hablado de reformar la Constitución de la Provincia, y me pregunto: ¿en algún momento alguien se preocupó para trabajar un poco más? Hoy el Gobernador de la Provincia da su mensaje ante la Asamblea Legislativa, o sea ante el conjunto de diputados y senadores, y todos esperan este mensaje, ya que nos hablará de lo hecho y lo por hacer. Escuchando su discurso, me concentraré en lo que hace a los derechos de las mujeres. EL MINISTERIO DE LA INSEGURIDAD Empezamos con “VOLUNTARISMO”, seguimos con la recién aprobada ley de seguridad pública, las compras de nuevas tecnologías “inteligentes”, que esperamos existan las personas “inteligentes” para usarlas. El Gobernador nos habló de la reforma policial, de lo que se hará de hoy en adelante. Una muy buena explicación de la “ley del gallinero”, la “obediencia debida”, la falta de protección ante denuncias de corrupción sobre sus superiores, y por supuesto nada dijo sobre las mujeres policías, ni sobre sanidad policial, o sea el Ministerio de Seguridad seguirá incumpliendo con la ley de violencia de género. Las amenazas desplegadas son más de lo mismo, y demuestra que seguiremos igual que antes. Mantener violentos dentro de la fuerza policial, policías que maltratan a la mujer policía, que acosan, abusan y hasta pegan o matan a sus parejas es no trabajar por la seguridad. No trabajar con los actuales policías, reeducándolos, haciéndoles saber que deben cumplir con las leyes y acatar las órdenes judiciales. No cambiar y restructurar sanidad policial, para que efectivamente podamos tener el perfil psicológico y psiquiátrico de cada personal de la institución policial, es no cambiar. Lamentablemente las mujeres no están en la agenda, seguiremos teniendo el Ministerio de la Inseguridad. Quien le acercó este discurso al Señor Gobernador, se olvidó de las mujeres, niños, niñas y adolescentes, los que están protegidos por la Ley de Violencia de Género, dentro de la cual se contemplan otras leyes y que conforman una estructura legal basada en Convenciones Internacionales y en los Fallos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, porque si leyeran se darían cuenta que ahí tendrían la respuesta para la lucha contra la trata, el lavado de dinero, el narcotráfico, la violencia de género. De estas normas surge la oralidad, surge el trámite verbal y actuado, tiene su propio procedimiento, no se necesitan nuevas leyes en esta materia. Ahí tienen las medidas de protección, que el Gobernador hablo de medidas cautelares. Llama la atención la falta de profesionalismo de los que asesoraron al Señor Gobernador en este discurso, ya que muchas de las cuestiones que propuso ya existen. Hoy hay herramientas para que en forma inmediata se combata la violencia de género, la trata, el lavado de dinero, el narcotráfico, y esto se puede hacer. Esto no es poner palos en la rueda, esto es repetir lo que ya en un momento le anticipé al actual Ministro de Seguridad, también al Señor Gobernador. En ese momento quedó pendiente una reunión para explicar los “COMO”, los mismos que ya expresé ante el Ministerio de Justicia de la Nación por iniciativa del Dr. Ernesto Sanz. Lamento que se pierda tiempo mientras desaparecen nuestras niñas, mueren adolescentes, matan mujeres, etc.
*Abogada, especialista en temas de género