Por Inés Peñafort*
Dicen que hay animales que en situaciones extremas se devoran a sí mismos, matan o se comen a sus crías para asegurar la supervivencia de las más viables y otras cosas horribles que miramos con cierta repugnancia pero comprensivamente porque son animales. Obedecen a las “oscuras fuerzas del instinto”. Lo verdaderamente obsceno es que se replica ese tipo de comportamientos en poblaciones humanas, más sofisticados por cierto, ya que se trata de bichos medianamente racionales y con capacidad de semiosis ilimitada.
Me pregunto y pregunto, no a los alfa de las manadas, ellos tienen clarísimo para qué sirven las situaciones extremas. Pregunto a los cualquiera, a los nadie como yo, por qué eligieron esto, por qué no pudieron tramitar el odio ancestral, la furia revanchista, la insatisfacción por lo imperfecto, de modos menos autodestructivos. Ellos también perderán sus casas, sus trabajos, sus largamente peleados derechos elementales. Ellos también sufrirán la angustia de no poder garantizar el presente ni el futuro de sus hijos, de sus viejos. Ellos también van a mirar desde sus tumbas cómo sus nietos y bisnietos pagarán con el cuerpo y con la dignidad las deudas contraídas. Ellos también tendrán que soportar la dictadura informativa y ver cómo lo que llamábamos patria será carne de buitres cada vez más bulímicos. Ellos también verán devaluados los “bienes secundarios” como la salud, la educación, el arte, los pequeños placeres culturales. Ellos también verán llorar de frustración a sus hijos, amigos, colegas. Ellos también serán cada vez menos humanos y entrarán en la vorágine de intentar salvarse solos y los demás que hagan lo que puedan si pueden y si no que se jodan.
Por qué no pudieron reconocerse en lo que somos todos los de clase media para abajo: rehenes de los dueños del país y del mundo, carne de cañón, meloneados por traidores. Por qué no pudieron defender lo mínimo que se había empezado a construir y desde allí disputar lo que estaba mal, que también era mucho.
Tengo un hermoso vestido de fiesta color amarillo PRO que no puedo usar porque ya no tengo fiestas y además me quema la piel. Si alguien lo quiere avise.
*Docente (Publicado en el Facebook)
3 comentarios
Si no le gusta… vaya a contar plata a la rosadita… O mejor, dediquese a enseñar, que seguro , bien no lo hace.
Es asi como dice este articulo. Hasta el año pasado teniamos menos pobres que en Alemania!! Pero gano Macri y de pronto hay villas de emergencia en todas las ciudades de Argentina. Seguramente el Sr. Macri se tomo el trabajo de importarlas de la India y de Brasil. Quizas tambien de Alemania
Un papelon lo que decis,vos sos de esos giles que todavia creen y defienden a la manga de delincuentes que nos gobernaron 12 años,por gente como vos todavia los politicos creen que gobiernan un publo boludo e ignorante.lastima me das
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