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Mis deseos para el 2013: “Mejorar nuestra democracia”

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Por Juan Jofre

Estas palabras son la expresión de un profundo deseo para nuestra sociedad en este nuevo año que comienza. Deseo sencilla y humanamente que podamos superarnos en el proceso de toma de conciencia sobre la realidad, para poder mejorar en la toma de posiciones y decisiones políticas que engrandezcan y mejoren nuestra democracia como forma de vida y como forma de auto gobernarnos.

Motiva este escrito algunas discusiones (en el sentido de diálogo, no de pelea) que he mantenido últimamente con amig@s, compañer@s de trabajo y algún que otro interactuante casual.

Algunos más pesimistas rechazan de plano la posibilidad de creer en la política como herramienta de transformación del mundo en que vivimos. Con ellos la discusión iba por el lado de la esperanza. Si no hay posibilidad de cambiar lo que nos pasa, pues casi no tiene sentido seguir viviendo, trabajar, armar algo hacia delante. Muchos de ellos manifiestan vivir solo por el gusto de disfrutar algunos momentos, lo demás es solo padecer lo que le toca a cada uno.

Coincidía yo en lo importante de disfrutar, sentir cosas lindas, buscar la belleza, pero me es imposible concebir la vida sin la posibilidad al menos de intentar cambiar algo de lo que nos parece injusto. Pues mi deseo para ellos fue que el 2013 los provea de experiencias que renueven su esperanza y su capacidad de indignarse ante lo que no creen correcto. Pues con pesimistas y obedientes oprimidos es muy difícil construir un mundo un poco menos peor.

Otros de los dialogantes se pararon en un idealismo y desde ahí criticaban a las formas viejas y actuales de hacer política. Aceptaban que la política como lucha en defensa y promoción de sus ideas e intereses es la forma de transformar el mundo, pero no aceptan los modos en que hoy se hace o intenta hacerse. Según ellos la negociación arruina todo y tira todo por la borda. Creen en sujetos idealistas que nunca dialogan con el enemigo, que jamás se sientan a discutir con sus adversarios y que siempre, ante todo, defienden sus ideales aunque los lleve a la muerte. Idolatran al “Che”, a Ghandi, a Luther King u otros mártires de la historia; dicen que ya no hay más como ellos.

Algunos  también defendieron a Hitler o a Videla por haber llevado adelante sus ideales inquebrantablemente. Difícil continuar una charla en esas circunstancias. Con ellos la discusión iba por el lado de la conciencia crítica. Me tomé el atrevimiento de tomar prestado conceptos de Freire diciéndoles que a sus denuncias les faltaba el anuncio de lo que proponían, o que estaban en una etapa de conciencia ingenua que espera al Mesías que reúna todas las condiciones para transformar la realidad.

¿Quién si no nosotros mismos a través de la política podemos mejorar nuestra realidad? La política entendida como participación, construcción con otros, diálogo, reflexión y acción. Lógicamente este modo de entender la política exige tener la capacidad de hacer algo con otros, con los que quizás no vamos a estar plenamente de acuerdo siempre. Con otros con los cuales nos separen algunas cuestiones del pasado, algunas creencias o concepciones, pero sin los cuales comprendemos que es imposible llevar adelante algo.

Los acusé lisa y llanamente de egoístas y caprichosos. Quizás son términos demasiados duros pero no encontré ni encuentro otros calificativos para ese tipo de posturas.

Algunos de ellos han formado parte de varios movimientos sociales, agrupaciones o entidades, y siempre han terminado renunciando por diferencias con el grupo o con alguno de sus miembros. Ellos dicen haber puesto sus ideales por delante y, como eso no se negocia, decidieron dar un paso al costado. Aquí les planteé que eso es dejar de lado los ideales, porque ante la primera dificultad abandonan la lucha. Les argumenté que quien realmente cree en ideales y lucha por ellos, tiene la obligación de continuar, de seguir buscando la forma de convencer a los demás por medio de la razón y la acción de que sus ideas son las mejores. Eso es militancia y la debe tener todo aquel que desea realmente aportar su granito de arena en pos de algo mejor.

El egoísmo de creer que uno es quien debe llevar adelante una lucha y estar al frente, se arruina aún más cuando se mixtura con el capricho de no entender que el otro es otro y por ende puede (inevitablemente) pensar distinto y tener legítimos intereses que a veces son contrapuestos a los propios.

Un poco más apasionado en algunos momentos manifesté que ese idealismo solo es sostenible en la mesa del café, y volviendo a robar de Freire, agregué que la verdadera conciencia crítica que lleva a la transformación de la realidad es necesariamente praxis, porque se nutre de los aportes teóricos pero necesariamente tiene que estar en contacto con la realidad, y en esa realidad hay otros que a veces coinciden y otras no tanto con nosotros.

Mi deseo para ellos en este 2013 que comienza fue que la vida los ponga en situaciones reales donde las contradicciones se hagan evidentes, ya que eso necesariamente los haría tener que decidir de qué lado están, sin tanto rulo teórico, sin tanto tiempo para el análisis profundo que habrá que seguir haciendo. De lo contrario, mientras no estén en acción, sólo se verán condenados a creerse superiores éticamente mientras son otros los que siguen haciendo lo que se puede para mejorar el mundo.

Dice Feinmann el bueno (José Pablo, no Eduardo), que en política la clave es leer bien la realidad. Si mi ideal y mi deseo me marcan que tengo que hacer cinco pasos hacia adelante, pero la realidad me permite hacer tres, pues tengo que dar esos tres y tratar de seguir construyendo fuerzas para luego dar los que dos pasos que me faltan. No dar ninguno es ser conservador, y no dan ninguno los que ideológicamente no quieren darlo y los que idealistamente se encaprichan en dar los cinco.

Para todos nuestros lectores, amigos y no tanto, mis deseos de comienzo de nuevo año es que dejemos, aunque sea un poco, las posiciones extremas del blanco o el negro, que mejoremos nuestros ideales y luchemos por ellos sin ingenuidad y leyendo la realidad en clave de las contradicciones que nos atraviesan en cada momento para que al analizarlas decidamos cuál es la mejor decisión y avancemos en acciones que mejoren las innumerables injusticias que quedan por transformar en nuestro doloroso y hermoso mundo.

 ¡Felicidades!

2 comentarios

  1. Linda nota. Lindos deseos. Otro mundo es posible y se construye en lo concreto, lo horizontal; con democracia y participación.

  2. buaaa-….qué embooole…nunca había leído algo tan denso……..!!!…ta luego…me voy a dormir…bueno…en realidad debo confesar que soporté solamente cinco renglones.

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