La prensa boliviana informó que los agentes de seguridad dispararon granadas de gas lacrimógeno para despejar el camino hacia la planta de Senkata, en El Alto, pese a que los manifestantes aseguraron que accedieron a permitir el paso de la caravana.
Tras las primeras señales de desabastecimiento de combustible y gas en La Paz, una operación conjunta de militares y policías reprimió a los manifestantes que habían tomado la planta de Senkata, en El Alto, en protesta al gobierno de facto, con un saldo de al menos un muerto y dos heridos, y la salida de la primera caravana de camiones cisterna con destino a la capital.
La prensa boliviana informó que los agentes de seguridad dispararon granadas de gas lacrimógeno para despejar el camino hacia Senkata, pese a que los manifestantes aseguraron que accedieron a permitir el paso de la caravana, según la española Europa Press.
Luego que policías y militares lograron retomar el control de la entrada y salida de camiones de la planta, el canal de televisión ruso RT mostró cómo las corridas y la represión continuaron, las fuerzas de seguridad disparando balas y gases lacrimógenos, y los manifestantes tirando piedras y, en al menos un caso, haciendo explotar un paquete de dinamita.
Este lunes, el ministro de Hidrocarburos de Bolivia, Víctor Hugo Zamora, había informado que el gobierno interino de la autoproclamada presidenta Jeanine Áñez tomó la decisión de importar combustibles desde Chile y Perú para asegurar el abastecimiento en La Paz, en peligro a causa del bloqueo de la Planta de Senkata.
Desde el inicio de esta semana, un cabildo abierto de juntas vecinales del departamento de El Alto aprobó cercar La Paz y evitar la llegada de combustibles y algunos alimentos, para presionar a Áñez para que renuncie y se busque una salida constitucional a la crisis desatada por la renuncia del presidente Evo Morales, su denuncia de un golpe de Estado y su exilio en México.
La falta de combustible que provocó el cerco alrededor de La Paz derivó en la reducción de las frecuencias del trasporte público en la capital, mientras se multiplican los signos de desabastecimiento de productos de primera necesidad por los problemas de distribución.
Morales fue forzado a renunciar a la presidencia de Bolivia el 10 de noviembre, cuando los mandos de las Fuerzas Armadas le recomendaron que dimita, en medio de protestas sociales y denuncias acerca de posibles irregularidades en los comicios del 20 de octubre, que le dieron la reelección al líder indigenista.
Posteriormente, Áñez asumió la presidencia en una sesión parlamentaria sin quórum y con la misión de convocar a nuevas elecciones en el plazo más breve posible.
Este martes, desde México, tras conocerse que las fuerzas de seguridad habían vuelto a reprimir a manifestantes que exigían la renuncia de Áñez, Morales pidió a «los militares patriotas y nacionalistas dejar de usar contra nuestros hermanos bolivianos el equipamiento que les dotamos con recursos conseguidos gracias a la lucha del pueblo». «Que las Fuerzas Armadas no manchen su honor con la sangre del pueblo por sostener a un gobierno de facto», agregó en su cuenta de Twitter.
Fuente: Télam