Se trataría de la movilización más grande de la historia de la provincia. Inició el domingo por la mañana en San Carlos y concluyó ayer en Casa de Gobierno. A pesar de ello, Suarez no dio marcha atrás y promulgó la reforma de la norma.
Desde el pasado 10 de diciembre, Mendoza vive jornadas de todo tipo de manifestaciones por gran parte de la comunidad. Es que ese día el gobernador Rodolfo Suarez, a horas de haber asumido su cargo, presentó el proyecto de reforma de la Ley Provincial 7.722, la cual restringía el uso de sustancias toxicas en el desarrollo de la minería local.
Durante la semana pasada la propuesta del mandatario fue tratada en la Legislatura por senadores y diputados, y finalmente el viernes 20, en ambas cámaras y por amplia mayoría, los legisladores aprobaron las modificaciones a la norma.
Frente a ello, los manifestantes que defienden la ley «ambientalista» y que ya se movilizaban desde hacía días, continuaron con las medidas de fuerza.
En San Carlos, departamento pionero en la defensa del agua y el medio ambiente, en simultaneo a la votación en la Casa de las Leyes se realizaba un corte sobre la ruta 40 e intersección con calle Cobos. Allí mismo en horas de la tarde, luego de que llegará la noticia de la aprobación de la reforma, entre lágrimas y mucha bronca, los miles de vecinos presentes decidieron que emprenderían «la marcha más grande de la Historia de Mendoza» con el fin de exigirle a Suarez el veto de la nueva ley.
Fue así que el día domingo 29 poco después de las 8 de la mañana, desde la Terminal de Eugenio Bustos partió por la ruta 40 un centenar de personas caminando, en bici, a caballo y a bordo todo tipo de vehículos con destino a la capital mendocina, a 100 kilómetros de distancia. En el camino, al arribar a las diferentes ciudades y pueblos, se sumaron más personas y de esta manera la marcha se convertía en multitudinaria e histórica.
La caravana llegó cerca de las 7 de la mañana de este lunes al nudo vial de la Ciudad, donde aguardaban otras miles de personas para continuar juntas hasta la Casa de Gobierno.
Ya en destino, eran alrededor de 80 mil manifestantes -según estimaciones- que al ritmo de «Suarez, pariente, el agua es de la gente», «El agua de Mendoza, no se negocia», entre otros cánticos, le exigían al gobernador presentarse y vetar la reforma de la 7.722.
A pesar de que la manifestación concluyó con algunos disturbios entre un grupo minúsculo de manifestantes y la Policía, fue tan masiva que medios de todo el país y del mundo hablan de ella al día de hoy. Además, sin duda queda grabada en la historia como la más grande que haya vivido la provincia.
